El Centro de Análisis del Terrorismo de Francia apunta a diversos factores detrás de estas deserciones

Una treintena de soldados franceses se ha unido a grupos yihadistas desde 2012

REUTERS/CLOTAIRE ACHI - El presidente francés Emmanuel Macron se dirige a los soldados franceses en el campamento militar de Port Bouet en Abidján, Costa de Marfil, el 20 de diciembre de 2019

Alrededor de una treintena de militares franceses se habría unido a organizaciones terroristas en Siria e Irak desde 2012, según ha recogido en un informe el Centro de Análisis del Terrorismo de Francia (CAT). Bajo el nombre ‘Los militares franceses y la yihad’, el informe ha seguido la pista a antiguos miembros de las Fuerzas Armadas del país galo que incluso llegaron a ocupar posiciones destacadas como la Legión Extranjera, comandos aéreos o paracaidistas y que han pasado a engrosar las filas de grupos terroristas. 

El informe alude a que esta desafección militar no se puede explicar aludiendo a las mismas razones, sino que diversos factores se encuentran detrás de cada deserción. Algunos militares habían preparado sus proyectos antes de ser reclutados, mientras que otros empezaron a contemplarlo cuando ya pertenecían a las Fuerzas Armadas. El número de militares que han cambiado sus confesiones religiosas permanece escaso.

Soldados del ejército francés patrullan una zona frecuentada por grupos yihadistas durante la operación Bourgou IV, en el norte de Burkina Faso, el 9 de noviembre de 2019

Ciertos militares han sido excluidos del ejército por razones médicas y más tarde se han unido a estos grupos, o bien “otros lo hicieron por el hecho de no ser capaces de conciliar la religión con el compromiso militar”; se negaban a luchar contra musulmanes y “han decidido ir a territorio sirio-iraquí para utilizar su experiencia al servicio de un ejército de combatientes yihadistas”. 

Sin embargo, el informe afirma que la “radicalización islamista sigue siendo marginal dentro de las Fuerzas Armadas”. El número de soldados que se han convertido en yihadistas es un número pequeño en comparación con otros grupos de funcionarios del estado francés. Un informe sobre los servicios públicos y la radicalización presentado por los diputados de la Asamblea Nacional Éric Diard y Éric Puillat en junio de 2019 afirmaba que “las cifras [de radicalización] entre los militares en activo y retirados son débiles” y, en cuanto a los antiguos militares, “la gran mayoría habían pasado un periodo breve dentro de la Armada”. 

Soldados del ejército francés en el Sahel vigilan una zona rural durante la operación Bourgou IV en el norte de Burkina Faso

La investigación subraya que, gracias a la formación que obtuvieron en el Ejército francés, algunos de estos combatientes han podido adquirir capacidades en el manejo de armas, explosivos y técnicas de combate; debido a esto podrían obtener puestos claves entre las fuerzas terroristas o para poder preparar ataques en suelo europeo. Por otro lado, el CAT afirma que este fenómeno no es nuevo. Durante los conflictos bosnio y afgano entre los años 90 y el 2000, ya se registraron casos de militares franceses que habían abandonado el Ejército para unirse a otros grupos terroristas y armados. 

El estudio también ha buscado ilustrar sobre los mecanismos implementados por el Ejército y la Dirección de Inteligencia de Defensa y Seguridad para prevenir y luchar contra la radicalización del Ejército francés. La radicalización de un soldado puede detectarse en base a ciertas “señales débiles” como un cambio de discurso, un cambio en el comportamiento en la apariencia física o la alimentación. Cuando se tiene esta sospecha el Ejército lleva a cabo una “investigación de ambiente”. 

Este fue el caso de Mehmi Hammami, francotirador entre 2005 y 2010. Después de haber intentado unirse a Al-Qaeda ante su negativa a acudir a una misión en Afganistán para no matar a sus “hermanos religiosos”, llevó al SPSD (Dirección de la Protección y de la Defensa) del Ministerio de Defensa francés a llevar a cabo una investigación que, más tarde, descubriría cómo miembros de la familia de este soldado tenían vínculos con el movimiento islamista radical. El CAT ha remarcado los esfuerzos legislativos que está llevando a cabo Francia en la lucha contra el terrorismo que posibiliten una transmisión más rápida de la información entre los diferentes órganos militares y del Ministerio para evitar con más eficacia un riesgo potencial.

Un soldado del Ejército francés vigila una zona rural durante la operación Bourgou IV. Es la primera vez que el ejército francés, los ejércitos nacionales y la fuerza multinacional del G5 Sahel colaboran oficialmente sobre el terreno
La lánguida batalla de Francia contra el terrorismo en el Sahel

El aumento en los últimos meses de los ataques terroristas en África occidental y la crisis humanitaria que se está desarrollando en esta región del mundo está haciendo que los Estados europeos reconfiguren su compromiso militar en estos países, donde la actividad armada se está volviendo más agresiva y compleja.

Recientemente en la visita del presidente de Francia Emmanuel Macron a Níger, el mandatario galo ha pedido a los Estados del G5 Sahel (Mali, Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad) que clarifiquen su postura respecto a la presencia de tropas francesas en su territorio y sus objetivos para luchar contra el terrorismo, en un momento en el que la crudeza de los ataques y las muertes están comenzado a aumentar, situación que las fuerzas europeas no han sido capaces de evitar ni estabilizar.

Emmanuel Macron es recibido por el presidente de Níger Mahamadou Issoufou, mientras participan en una ceremonia militar en Niamey, para rendir homenaje a los 71 soldados nigerinos asesinados el 10 de diciembre

“Observo movimientos de oposición, grupos que denuncian la presencia francesa como una presencia imperialista neocolonialista. […] Veo que en muchos países prospera el sentimiento antifrancés sin una clara condena política, no puedo aceptar enviar a nuestros soldados al terreno en países donde esta solicitud [de presencia francesa] no se asume claramente”, ha afirmado Macron en esta visita oficial. “El presidente [de Níger Mahamadou] Issoufou ha recordado en qué contexto intervino Francia: fue por demanda del estado nigerino”, ha añadido.  

Por su parte, Issoufou ha apelado al apoyo y solidaridad internacional: “Queremos más Barkhane, queremos más aliados, porque el enemigo que combatimos necesita una coalición lo más amplia posible para vencerlo”, ha respondido el presidente nigerino. “Pedimos esa asistencia como sucedió en Irak o en Siria contra el Estado Islámico, o en Afganistán contra el terrorismo: la comunidad internacional debe ser más solidaria en nuestro combate aquí en el Sahel, porque la seguridad es un bien mundial”, ha apuntado. 

Emmanuel Macron y Mahamadou Issoufou participan en una ceremonia militar de homenaje en Niamey

El encuentro entre los dos mandatarios se ha producido después de que un atentado contra un cuartel en Níger se saldara con 71 soldados muertos, que se suman a la reciente muerte de 13 soldados franceses en Mali debido al choque de dos helicópteros. Naciones Unidas cuenta los civiles asesinados en Níger en 250 y más de 300 personas secuestradas.

Francia mantiene 4.500 militares en diferentes bases situadas en Mali, Níger y Chad como parte de la operación Barkhane que lucha activamente contra estos grupos terroristas; además de otras operaciones de formación de los ejércitos de estos Estados sahelianos a los que se les suman Burkina Faso y Mauritania y que se ejecutan en conjunto con otros países de la Unión Europea entre los que se encuentra España. 

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