La primera visita de Estado a Cuba, a la última colonia española en América, el único país iberoamericano que el rey Felipe VI no conocía, simboliza la apuesta de los dos países por normalizar definitivamente sus relaciones

Visita histórica de los reyes de España a Cuba

photo_camera Casa de S.M. el Rey - El rey Felipe VI y la reina Letizia, en la primera visita de Estado a Cuba, son recibidos por el presidente Miguel Díaz-Canel y su mujer Lis Cuesta

La primera visita de Estado de Felipe VI a Cuba, el primero de un rey a la última colonia española en América, y el único país iberoamericano que no conocía el rey, simboliza la apuesta de los dos países por normalizar definitivamente sus relaciones

Los reyes de España se encuentran en Cuba en la primera visita de Estado a la isla "que sirve para poner de relieve y reforzar los lazos históricos y las relaciones bilaterales entre ambos países", según la Casa Real. La histórica vista, criticada por diversos sectores de la política española, se enmarca dentro los eventos conmemorativos del  500 aniversario de la fundación de la ciudad de La Habana, la capital cubana.

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 La visita de Felipe VI junto a la reina Letizia a la última colonia española en el continente americano trae consigo una cargada agenda con actos de carácter institucional, económico y cultural. En Cuba están acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, Josep Borrell y por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de la Iglesia
Ningún monarca español había realizado una visita de Estado al país algo que queda atrás con la llegada a última hora de la tarde el lunes, hora local, a La Habana (el anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, sí estuvo en La Habana junto a la reina Sofía con motivo de la cumbre iberoamericana de 1999). Además, Cuba era también el único país iberoamericano que no había visitado don Felipe ni como rey ni como príncipe de Asturias, con lo que esta circunstancia aporta a este viaje una significación añadida.

La estancia de los reyes en la capital cubana se prolongará hasta el mediodía del jueves para desplazarse después a Santiago de Cuba y cerrar allí su viaje homenajeando a los militares españoles caídos en dos de las batallas contra Estados Unidos que supusieron el fin del imperio colonial de España.

El primer acto oficial de la agenda de los reyes, como es habitual en las visitas de alto nivel de mandatarios extranjeros a Cuba, tuvo lugar el martes 12 a primera hora de la mañana, cuando ofrecieron una ofrenda floral ante el Mausoleo José Martí. Se trata de un monumento al héroe nacional cubano, el pensador y poeta José Martí (1853-1895), que se encuentra ubicado en el lado norte de la Plaza de la Revolución en el barrio de El Vedado. Durante el acto se interpretaron los Himnos Nacionales de los dos países y Don Felipe colocó una corona con una cinta con la Bandera de España.

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Después los reyes y la comitiva de autoridades se dirigieron a pie al edificio del Consejo de Estado, situado al otro lado de la plaza, para encontrarse con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta. Felipe VI y Díaz-Canel se reunieron con las delegaciones de ambos gobiernos que, en presencia de los dos jefes de Estado, donde firmaron el acuerdo marco de asociación país, que sienta las bases de los proyectos de cooperación bilaterales para los próximos años. En una conversación con los periodistas posterior, el ministro Borrell subrayó que en la reunión, que se prolongó durante una media hora, se habló "de todo", aunque apuntó que será el próximo jueves, al final del viaje de la estancia de los reyes en La Habana, cuando haría balance de los contactos con las autoridades cubanas. Mientras se celebró ese encuentro, la reina y Lis Cuesta hicieron una visita a una escuela taller y al Convento de San Francisco, en La Habana vieja. 

Tras finalizar los actos de sus agendas matinales paralelas del martes, Don Felipe y Doña Letizia tuvieron la oportunidad de recorrer las calles de La Habana Vieja a pie, accediendo al interior de la Catedral, contemplaron desde el centro de la plaza los edificios que la rodean y entraron también en otros como el Palacio del Marqués de Arcos, una construcción de mediados del siglo XVIII que alberga el Liceo Artístico Literario. También conocieron el Museo de Arte Colonial y, en su recorrido posterior, saludaron a personas que se acercaron hasta ellos y posaron incluso para fotografiarse con los turistas y cubanos que quisieron inmortalizar el momento. La plazuela de Santo Domingo, la Plaza de Armas y el Palacio de Segundo Cabo fueron otros espacios y edificios que pudieron observar los Reyes en su paseo.

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También el martes, entre otros actos,  los reyes inauguraron una exposición de la Agencia Efe e Iberia sobre la historia gráfica de España y Cuba. La exposición celebra el quinto centenario de la capital cubana, fundada por los españoles en 1519, y conmemora asimismo los 80 años de la Agencia y los 70 que la aerolínea lleva volando a Cuba. Después, en el Gran Teatro de La Habana atendieron la Gala de Ballet en la que se interpretaron cuatro piezas. A última hora del día, Díaz-Canel ofreció una cena oficial de bienvenida a los reyes en el Palacio de la Revolución. En la cena, los comensales degustaron varios platos típicos de la isla, entre ellos, ropa vieja tradicional y especialidades criollas de carne y pescado, informaron fuentes oficiales.

El miércoles tendrá lugar otra cena ofrecida por don Felipe y doña Letizia en el Palacio de los Capitanes Generales, donde el rey pronunciará el discurso de más calado de su visita de tres días a Cuba, aunque antes hablará ante la colectividad española.

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La situación de los derechos humanos es uno de los asuntos que forma parte de la agenda política entre España y Cuba desde hace varios años, aunque durante la visita Felipe VI no habrá una reunión del rey con disidentes cubanos, pero sí con representantes de la sociedad civil como intelectuales, artistas y periodistas independientes que le expondrán su visión sobre la situación que vive el país. El Ejecutivo español considera que al jefe del Estado no le toca hacer política.

Para los críticos de la primera visita de Estado a Cuba, la presencia de Felipe VI y doña Letizia legitima el régimen cubano, un reproche que fuentes diplomáticas rechazan recalcando que el viaje "no es una manifestación de apoyo a nada, sino una normalización de relaciones con un miembro de la comunidad iberoamericana con el que se producía una anomalía". No habrá una reunión del rey con disidentes cubanos, pero sí con representantes de la sociedad civil como intelectuales, artistas y periodistas independientes que le expondrán su visión sobre la situación que vive el país.

Relaciones económicas

La visita se produce cuando las relaciones económicas entre ambos países se encuentran en pleno auge, con España otorgando una creciente importancia a Cuba en materia económica. Pese a la delicada situación financiera del país caribeño y la millonaria deuda que arrastra con los empresarios españoles, en los últimos años ambos países han intensificado su comercio y mantienen sus proyectos inversores. 

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La visita de los reyes a la isla se produce un año después de la del presidente, Pedro Sánchez, cuya visita cristalizó en varios acuerdos económicos y la promesa aún no cumplida de que La Habana pagará los casi 300 millones de euros que adeuda a las empresas. Desde hace más de dos años Cuba adeuda aproximadamente 300 millones de euros (unos 331 millones de dólares) a las compañías españolas que operan en la isla, lo que afecta especialmente a los pequeños empresarios.

España exportó productos a Cuba por valor de 1.016,2 millones de euros entre agosto de 2018 y septiembre de 2019, lo que supone un incremento interanual del 10,2 %, según datos publicados este mes por el Ministerio español de Industria, Comercio y Turismo.
El incremento de dos dígitos pone a Cuba por encima de Argentina, Perú y Ecuador como destino exportador, lo que refleja la "apuesta que realiza la empresa española por este mercado", declaró la semana pasada la consejera delegada de ICEX España Exportación e Inversiones, María Peña, durante la Feria Internacional de La Habana (Fihav).

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Aproximadamente 300 empresas españolas operan dentro de Cuba, donde el sector turístico acapara gran parte del volumen de negocio con la presencia de grandes corporaciones hoteleras como Meliá, Iberostar y Barceló, que, operando en régimen mixto con el Gobierno cubano, abarcan el 70 % de las habitaciones en la isla.
Solo Meliá Hotels Internacional acapara más de 14.000 de las 50.000 plazas hoteleras y busca consolidar su liderazgo en el sector hasta 2020 con la apertura de dos nuevos hoteles.

En contraste con el dominio de sus empresas en el sector hotelero, España ocupa un discreto sexto lugar como emisor de turistas a Cuba con 112.175 visitantes en 2018, cifra que además supone un 13 % menos que el año anterior y queda por debajo de Canadá, EE.UU., Francia, Alemania y México.

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La economía cubana está bajo mínimos por el déficit crónico en la balanza de pagos, la crisis de Venezuela -su principal socio político y valedor- y el endurecimiento del embargo de EE.UU., con medidas como la restricción de vuelos, prohibición de viajes en crucero a Cuba y limitación de importaciones de productos que integren componentes estadounidenses.
Además, la Administración del presidente Donald Trump activó en mayo el título III de la ley Helms Burton, que permite demandas en tribunales de EE.UU. contra firmas extranjeras que se estén beneficiando de bienes expropiados tras la Revolución de 1959, querellas que han afectado ya a empresas hoteleras españolas.

El Gobierno español, así como la Unión Europea, han rechazado frontalmente esta medida extraterritorial de Washington, si bien solo se ha registrado un puñado de demandas y el mayor impacto del título III sobre la economía cubana se atribuye a su efecto disuasorio sobre potenciales inversores extranjeros.  

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