Europa respira con el acuerdo de tránsito de gas entre Rusia y Ucrania
El gas natural ruso seguirá llegando a la Unión Europea a través de Ucrania. Europa respira aliviada al lograr evitar una repetición de la crisis del gas entre ambos países de hace una década y que llevó a Rusia a cerrar el grifo del aprovisionamiento de gas, canalizados a través de Ucrania, a sus clientes en el continente. Rusos y ucranianos, por su parte, logran un importante acuerdo económico para los dos países que en medio de la palpable tensión han acercado posturas diplomáticas en los últimos meses. Pese a ello, el acuerdo de gas no incluye mención alguna al conflicto territorial que ambos países tienen abierto aunque sí abre nuevos escenarios en la tensa relación entre los dos antiguos países soviéticos y vecinos.
Las tensiones de la crisis ucraniana, que ha visto avances y retrocesos por igual, no han impedido que las empresas Gazprom, de Rusia, y Naftogaz, ucraniana, hayan firmado un acuerdo de tránsito de gas con destino a Europa por un plazo de cinco años. El contrato, que fue firmado la noche del lunes en Viena, estipula un volumen de tránsito de 65.000 millones de metros cúbicos de gas en 2020 y de 40.000 millones de metros cúbicos en los siguientes cuatro años (2021-24). Las cantidades son más pequeñas que las que Rusia envió a través de Ucrania en años anteriores.
El acuerdo entre el gigante energético Gazprom y Naftogaz, firmado en Viena, pone fin a la creciente preocupación que existía en el mercado europeo. Rusia abastece por la red de gasoductos administrada por Naftogaz alrededor del 40% del gas natural algo que se reforzará con el nuevo acuerdo que extiende el contrato para el suministro y tránsito de has ruso a través de Ucrania a Europa (en la misma línea del que firmó en 2009 para cerrar la crisis del gas de ese año que expiraba a finales de este año).
Las cantidades recogidas en el acuerdo podrían verse incrementadas de mutuo acuerdo, mientras que el contrato puede prolongarse por otros diez años, como era el deseo de Kiev y la Unión Europea. Rusia pretendía prolongar el acuerdo solo un año, en tanto que Ucrania prefería otro de diez años de duración, por lo que la firma del contrato de tránsito de gas a Europa por cinco años muestra un entendimiento y compromiso por ambas partes. Kiev alegaba que Moscú solo buscaba un acuerdo de corta vigencia porque a partir del año próximo inaugurará Nord Stream 2 y, en teoría, ya no haría falta transportar el gas a través de Ucrania a Europa, advierte.
El acuerdo pone fin a una serie de batallas legales existentes entre ambas partes que también firmaron un acuerdo que contempla la retirada de todas las demandas judiciales en las que Kiev exigía a Gazprom más de 12.000 millones de dólares, aunque el gigante ruso sí pagó a Kiev 2.900 millones de dólares en línea con la decisión del Tribunal de Arbitraje de Estocolmo. Además señala una posible reanudación de las compras de gas ruso en Ucrania que finalizaron en 2015, poco después de desatarse la crisis de Ucrania con la anexión de Crimea por parte de Rusia y el apoyo de Moscú a una insurgencia separatista en el este de Ucrania.
Kiev espera recaudar hasta 7.000 millones de dólares por el acuerdo con Gazprom con el que se compromete a dejar transitar el gas ruso por su país hasta 2024, según aseguró el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski. El presidente había asegurado que era necesario mantener el contrato de tránsito con Rusia para proteger miles de puestos de trabajo y tarifas más bajas para los consumidores ucranianos.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič, que participó activamente en las negociaciones en las últimas semanas, se congratuló del acuerdo entre Gazprom y Naftogaz en su cuenta de Twitter: "¡Mi más sincero agradecimiento por todo el trabajo y el esfuerzo! Sobre la base del acuerdo político de la semana pasada [el 20 de diciembre] entre Rusia, Ucrania y la Comisión, se ha firmado y sellado el contrato de tránsito entre las respectivas empresas, que garantiza el flujo continuo de gas a Europa a partir del 1 de enero de 2020".
Uno de los proyectos de gas que más ruido han hecho en los últimos años, y que ha estado muy presente en las negociaciones entre Rusia y Ucrania por el nuevo acuerdo, es el gasoducto Nord Stream 2, que llevará directamente gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico (eludiendo el tránsito por Ucrania y Polonia). El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ratificó oficialmente el 20 de diciembre las sanciones impuestas a Nord Stream 2.
El gasoducto es parte de la estrategia de Rusia de desarrollar nuevas redes de suministro de gas que eviten tener que pasar por Ucrania. Así, el gasoducto Nord Stream 20, que también es parte de la estrategia de seguridad energética europea, ya está construido en más de un 90% y una vez terminado tendrá una longitud de 1.255 kilómetros. En el proyecto, cuyo coste se estima en más de 10.000 millones de dólares, participan el consorcio ruso Gazprom y las empresas europeas OMV, Wintershall Dea, Engie, Uniper y Shel.
Rusia está comprometida a completar el proyecto el próximo año a pesar de que las sanciones de Estados Unidos obligaron a la compañía suiza Allseas, encargada de la construcción del tramo submarino del gasoducto Nord Stream 2, a anunciar ayer su retirada definitiva del mar Báltico y su disposición a asumir nuevos trabajos. Vladimir Putin, aseguró a principios de este mes que "el gasoducto Nord Stream 2 está a punto de estar completado" y dijo que su "puesta en marcha duplicará el potencial de Rusia para el suministro de gas a través de la ruta báltica".
El paso al frente en las relaciones energéticas, por tanto económicas, entre ambos países no se corresponde con los avances políticos. Pese a que el acuerdo del gas fue parte de las conversaciones del 9 de diciembre en París entre los líderes de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania sobre la crisis ucraniana en el este de Ucrania, tal y como recogió Atalayar, no son parte de la solución política. En dichas negociaciones, que marcaron el primer encuentro de Zelenski con el presidente ruso Vladimir Putin, se allanó el camino para que Ucrania y los separatistas prorrusos completaran el canje de hasta 200 prisioneros de guerra en poder de ambos bandos el pasado día 29, el primer canje desde 2017, en línea con lo acordado en la cumbre de París, y que muestra el actual deshielo entre Putin y Zelenski.
Así las cosas la situación está en un punto más favorable que a comienzos de 2019. Una interrupción en el suministro de gas ruso a Europa tenía el riesgo de golpear a la seguridad energética de la Unión al comienzo de una nueva legislatura europea, a la credibilidad rusa como proveedor energético, y a las opciones de avanzar en un proceso de paz con Ucrania. Por ahora los tres actores respiran y calientan motores para un nuevo año en el que las relaciones trilaterales serán fundamentales para el devenir de los actores.