EEUU inicia operación para proteger las rutas de navegación en golfo Pérsico
Tras meses de negociaciones, el Pentágono anunció este jueves el inicio de la Operación Centinela, que busca garantizar la navegabilidad en aguas del golfo Pérsico y que, por el momento, cuenta con la participación de tres aliados: el Reino Unido, Australia y Baréin. "Me complace anunciar que la Operación Centinela está en marcha", anunció este miércoles el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, durante una comparecencia ante los medios de comunicación, que ha supuesto su primera rueda de prensa en el Pentágono desde que asumió el cargo hace aproximadamente un mes. Esper detalló que la operación tiene dos objetivos "en primer lugar, garantizar la libertad de navegación de buques comerciales, tan vital para la economía global; y en segundo, disuadir de posibles provocaciones y evitar un conflicto en la región".
Tanto el Departamento de Defensa como el de Estado llevaban trabajando desde hace meses para sacar adelante esta operación, que parecía estar atascada ante la falta de apoyo de la comunidad internacional. El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, abordó hoy en Washington con el viceministro de Defensa de Arabia Saudí, Jaled bin Salman, la "necesidad de reforzar la seguridad marítima para promover la libertad de navegación frente a las actividades desestabilizadoras de Irán en la región", informó la portavoz de la cartera de Exteriores, Morgan Ortagus, en un comunicado. La tensión entre EE.UU. e Irán ha ido en aumento desde que la Casa Blanca anunciara el año pasado su decisión de abandonar el acuerdo multilateral nuclear con la República Islámica, que fue impulsado por la Administración de Barack Obama (2009-2017) y que se ha agravado debido al endurecimiento de las sanciones de Washington a Teherán.
Debido a esta escalada, desde el pasado mes de mayo, el Pentágono ha reforzado su presencia militar en la zona con, entre otras medidas, el despliegue de tropas adicionales y el envío del portaaviones USS Abraham Lincoln y de cuatro aviones bombarderos B-52 con capacidad nuclear. Esta fue la respuesta estadounidense a distintos actos de sabotaje registrados en aguas del Golfo, de los que Washington ha acusado directamente a Teherán y a la amenaza del Gobierno de Irán de bloquear el estratégico estrecho de Ormuz, por el que cruza una gran parte del crudo mundial. En la zona del golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, se han registrado desde mayo una serie de ataques a petroleros y buques cisterna, que EE.UU. ha atribuido a Irán, que, por su parte, ha rechazado su implicación, aunque sí ha reconocido el derribo de un dron estadounidense y la captura de un petrolero de bandera británica. Esper insistió este miércoles en que su Gobierno, lejos de querer provocar un conflicto armado, lo que pretende es encontrar una "salida diplomática" a la situación. "Queremos dialogar con Irán y encontrar una salida diplomática (...) No queremos un conflicto con Irán", aseguró Esper, quien consideró que la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de aumentar la presencia de tropas estadounidenses en la región ha servido para "evitar nuevas provocaciones" por parte de Teherán.
Preguntado por la posibilidad de una reducción de la tensión después de que no se hayan registrado en los últimos días incidentes en aguas del Golfo y de que ambos Gobiernos hayan expresado recientemente su deseo de entablar conversaciones, Esper optó por no lanzar las campanas al vuelo. "No estoy seguro de que se pueda afirmar aún que esta crisis se ha terminado", comentó. En los últimos tiempos, Washington ha defendido la necesidad de crear una coalición, liderada por las fuerzas armadas estadounidenses, que velara por la seguridad de los buques que navegan por las aguas del golfo Pérsico ante la actitud desafiante de Irán. Sin embargo, algunos de sus principales aliados, como la mayoría de los miembros de la Unión Europea, veían con recelo esta iniciativa y en julio se llegó a especular con la posibilidad de que los europeos crearan su propia alianza para defender sus intereses en la región.
Ante la falta de avances, el pasado 5 de agosto, el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, llegó a poner en duda el poder militar y la influencia mundial estadounidenses, y dijo que Washington era incapaz de formar una coalición para escoltar los petroleros que surcan frente a la costas de su país. Finalmente, el Pentágono ha lanzado la operación junto al Reino Unido, Baréin y Australia para escoltar los buques de su misma bandera, y ha ofrecido a sus aliados encargarse de las tareas de coordinación y vigilancia necesarias para poner en marcha la operación.
EE.UU. impone sanciones contra proveedores del programa de misiles de Irán
El Gobierno de Estados Unidos incluyó hoy en su lista de sanciones económicas a Irán a dos grupos empresariales y varios individuos por proveer suministros utilizados para su programa de misiles, informó el Departamento del Tesoro. El primero de estos grupos, conocido como Deghan, propiedad de Hamed y Hadi Deghan, ambos sancionados, habría suministrado solo desde 2017 y según EE.UU. transacciones de 10 millones de dólares vinculadas con la proliferación. Entre ellas un millón de dólares en componentes electrónicos a la compañía Rastafann, sancionada en 2017 por colaborar con el programa de misiles de la Guardia Revolucionaria.
La red de compañías fachada utilizada por el grupo Deghan incluía Green Industries Limited, con sede en Hong Kong, con el objetivo de adquirir equipamiento militar estadounidense para a su vez proveerlo a Irán. Al segundo grupo señalado en las sanciones de hoy se le conoce como Shariat y, según el Departamento del Tesoro, "ha suministrado grandes cantidades de productos de aleación de aluminio para múltiples entidades iraníes". Entre sus clientes están las sancionadas Industrias Eléctricas de Irán y la Organización de Industrias Aéreas de Irán, ambas propiedad del Ministerio de Defensa. A Industrias Eléctricas de Irán, en concreto, se la señala por varios países de proliferación de misiles y armas nucleares.
En total, fueron nueve las entidades e individuos sancionados en esta nueva tanda. Las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro implican el bloqueo de todos los bienes e intereses (de tenerlos) de las compañías e individuos afectados en Estados Unidos, así como la prohibición de hacer negocios con ellos. El objetivo es dejarlos fuera de las redes financieras y comerciales globales. Las tensiones entre Teherán y Washington han aumentado desde que, en mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, retirara a su país del acuerdo nuclear y, como resultado, reimpusiera sobre la República Islámica todas las sanciones que habían sido retiradas.
Hace un mes, Washington incluyó en la lista de sancionados al ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.
El presidente de Irán, Hasan Rohaní, aseguró entonces que las sanciones económicas son "duras" para su país pero también "perjudiciales" para EE.UU. y Europa.
"No tengo duda de que los enemigos se arrepentirán de habernos impuesto sanciones", subrayó.