Erdogan y Sarraj anuncian el control total sobre Trípoli
Más de un año después de que el mariscal Jalifa Haftar, comandante del Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés) libio, anunciara una ofensiva sobre la capital del país, Trípoli, y tras intensos enfrentamientos, la facción rival, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, ha comunicado que ha conseguido defender su feudo y reestablecer el control total sobre dicha franja de territorio.
En una rueda de prensa conjunta celebrada en Ankara, el jefe del Gobierno libio y el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el principal baluarte del GNA, han informado de la derrota del Ejército de Haftar, que se ha precipitado tras la batalla en el Aeropuerto de Maitika/Mitiga, un importante punto geoestratégico de acceso a la capital, y que también perdió el mariscal tras 14 meses bajo su dominio.
El mandatario de la nación euroasiática también ha comunicado en la comparecencia que “la prioridad de Turquía es la estabilización de Libia” y que, para ello, se han convertido en el país que “más ha apoyado” al Estado norteafricano. Además, ha incidido en el mensaje de que “la única solución es una solución política bajo el paraguas de Naciones Unidas” -cabe recordar, en este punto, que el GNA fue implantado por la ONU en 2016-, en la que, sin embargo, no entra Haftar, puesto que “amenaza el futuro del país”, ya que tanto él mismo como su Ejército, el LNA, “han sido los mayores obstáculos para la paz libia”. “No dejaremos a nuestros hermanos libios a merced de golpistas y mercenarios”, ha repetido, quien también ha aseverado que protegerán el mercado del crudo libio, actualmente dominado por Haftar: “El petróleo, que debe usarse para el bienestar de Libia y todos los libios, no debe permitirse que los golpistas lo vendan ilegalmente”, ha declarado Erdogan.
Por su parte, el primer ministro libio le ha agradecido a Turquía por su “fuerte compromiso” con el GNA, y ha informado de que, como recompensa a la gran labor de Ankara, le ha ofrecido una “completa bienvenida a las empresas turcas que quieran venir a Libia”. Sobre Haftar, ha reiterado el mensaje del presidente euroasiático: “No le daremos la oportunidad de negociar después de esto”, ha declarado Sarraj.
Además, ambos han acordado reforzar su cooperación en el Mediterráneo oriental, donde se incluyen “las actividades de búsqueda y perforación, para beneficiarse aún más de los recursos naturales”, según ha recogido la agencia turca de noticias Anadolu. El gas en esta zona, cabe recordar, ha sido un foco de disputa latente entre Turquía y un grupo de países liderados por Egipto, que defienden que donde Ankara está realizando labores de exploración pertenece a la zona económica exclusiva de Chipre, lo que implica una violación de su soberanía.
También se ha conocido este viernes que el GNA ha recuperado ya el enclave de Tarhuna, situado a 80 kilómetros al sureste de Trípoli, según ha informado una fuente militar en Anadolu, otro punto geoestratégico de suma importancia para decidir el destino de la guerra civil por su ubicación. Además, el portavoz del Ejército de Sarraj ha informado de que los siguientes movimientos del GNA contemplan la captura de Sirte, Kufra y los campos petrolíferos del sur del país, actualmente controlados por Haftar.
Hasta el momento, no se ha producido una reacción oficial por parte del LNA al anuncio conjunto de Erdogan y Sarraj. En su cuenta oficial de Twitter, las últimas publicaciones son denuncias contra la llegada a Libia de nuevos mercenarios sirios sustentados por Turquía y su empleo en la guerra libia en las filas del GNA. En este sentido, también recogen el último comunicado del Consejo Supremo de Jeques y Ancianos del país, en el que se critica la implicación de la organización de los Hermanos Musulmanes en la intervención turca. “Todos los partidos políticos e instituciones civiles que salieron del útero de la Hermandad han echado a perder la escena política libia”, lamentan.
En cualquier caso, es previsible -sobre todo, teniendo en cuenta la experiencia pasada- que el LNA decida responder con una contraofensiva para tratar de recuperar el terreno perdido. De hecho, en la jornada de este jueves, Haftar le pidió a Egipto más apoyo para frenar la intervención turca en Libia. Todavía no se conoce si el país liderado por Abdel Fattah al-Sisi responderá favorablemente a su petición, pero dada la animadversión creciente de El Cairo hacia Ankara, es probable que así suceda.
Italia, el único aliado oficial europeo del GNA en la batalla libia -pues Francia apoya al LNA- también ha movido ficha en el nuevo escenario que se abre ahora en el país africano tras la victoria de Sarraj. Según ha comunicado este último en la rueda de prensa, se le ha concedido al Gobierno de Roma la explotación del Aeropuerto de Maitikia/Mitiga, que será reconstruido por un consorcio italiano una vez sea limpiado de las minas que, según el GNA, han dejado las fuerzas de Haftar en su retirada. “Hemos firmado un acuerdo con Italia para recibir apoyo técnico y habilidades para eliminar minas y los restos de la guerra”, ha comunicado el primer ministro. También ha señalado que el coste del proyecto para el aeródromo se eleva a 79 millones de euros, e implica la construcción de dos terminales: una nacional y una internacional, con una extensión de 30.000 metros cuadrados y con un potencial de recibir hasta seis millones de pasajeros al año. Está previsto que las obras duren alrededor de diez meses.
“Nuestra ambición es tener este aeropuerto y otros aeropuertos en Libia como terminal terminal de tránsito hacia África y Europa y como centro turístico”, ha indicado Sarraj.
Se ha conocido ahora que hace dos días, justo antes de los dos dirigentes compareciesen en rueda de prensa, Rusia había comenzado a acercarse al GNA, en previsión de que este ganara la batalla sobre Trípoli, como así ha sucedido. En un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores ruso, se da cuenta de la reunión que mantuvo el 3 de junio el responsable de la diplomacia rusa, Sergey Lavrov, con el vicepresidente y el ministro de Exteriores del GNA, Ahmed Maiteeq y Mohammed Siala, respectivamente. Durante el encuentro, que se celebró en Moscú, Lavrov “confirmó la voluntad de las empresas rusas de reanudar sus actividades en Libia tras la normalización de la situación político-militar”.
Otro gesto de acercamiento fue el apoyo que mostró “a la iniciativa presentada por el presidente de la Cámara de Representantes de Libia, Aguila Saleh, el 23 de abril, que crea la base para comenzar las conversaciones dentro de Libia, con miras a desarrollar compromisos para superar los problemas existentes y formar organismos gubernamentales unificados en el país”.
Sin embargo, Lavrov aprovechó la cumbre también para pedirle a su homólogo la liberación, “lo antes posible y sin condiciones previas”, de los ciudadanos rusos Maxim Shugaley y Samer Sueifan, que fueron detenidos en Trípoli en mayo de 2019, siendo este “el principal obstáculo para el progreso de la cooperación mutuamente beneficiosa entre los dos países”.