Fallece el embajador de España Ignacio Rupérez, colaborador de Atalayar
Javier Fernández Arribas
El día de Navidad nos llegaba una muy mala noticia: Ignacio Rupérez ha muerto. Pocos días antes, en la Asamblea General de la APE (Asociación de Periodistas Europeos) Alberto Rubio de The Diplomat nos comentaba que el estado de salud del ex embajador de España en Irak, Ignacio Rupérez había empeorado mucho. Colaborador desde el principio con Atalayar, Ignacio Rupérez siempre estuvo ahí cuando le necesitabas, sus análisis eran equilibrados basados en sus experiencias y conocimientos, y su apoyo con gestiones personales muy de agradecer. Sin pedir nada a cambio, siempre valoró muy positivamente la iniciativa de una publicación como Atalayar, y, con sus comentarios y con sus artículos, apoyó hasta que le flaquearon las fuerzas. España pierde un gran profesional de la Diplomacia, un gran defensor de los intereses de España y una buena persona.
Muere Ignacio Rupérez/EFE
El exvicepresidente del Comité Hispano-Americano y exembajador de España en Irak Ignacio Rupérez ha fallecido a los 72 años en Madrid tras una "larga enfermedad", según informaron hoy fuentes familiares. Rúperez, diplomático y embajador español en Irak (2005-2008), murió el jueves pasado por la noche en un hospital de Madrid a consecuencia de una enfermedad que le aquejaba desde hace tiempo, indicaron las mismas fuentes.
En 2003 fue nombrado vicepresidente del Comité Hispano-Americano, cargo que ocupaba cuando el 3 de junio de 2005 fue designado embajador en Irak, el primero en el país en 14 años, aunque no pudo incorporarse a su destino hasta diciembre de ese año.
Se encargó de la reapertura de la Embajada española, cerrada desde 1991 cuando se produjo la primera guerra del Golfo, y de restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países. Rupérez fue licenciado en Derecho y Periodismo, ingresó en 1980 en la carrera diplomática y realizó el curso en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.
En su última entrevista en EL PAÍS, publicada en 2008, Rupérez afirmó que el conflicto de Irak era más complicado que el de Vietnam. "Desgraciadamente Irak es más complicado que Vietnam. En Vietnam había dos actores: el Norte y el Sur. En Irak hay muchas más piezas. El conflicto se ha comparado también con la guerra civil y la descolonización de Argelia, e incluso con la guerra civil de Líbano y la crispación entre sus comunidades, pero pienso que el problema iraquí les supera en dificultades y enredos", opinaba.
Con respecto a la solución para ese país, consideraba que sería "muy lenta, a muy largo plazo". "Irak es hoy un país desajustado, que ha estallado en pedazos, en donde el problema étnico, el social, el religioso y el de una criminalidad pura y dura se superponen y desarticulan. Recomponerlo es casi imposible. Irak es un drama humano y un problema internacional que rebasa ampliamente los límites del país".
Reproducimos el último artículo para Atalayar de Ignacio Rupérez
LA MALA COSTUMBRE DE CASTIGAR A GAZA (31 julio 2014)
Sin concluir las hostilidades en Gaza, sin que haya terminado aún la trágica contabilidad de víctimas y destrozos, aumentado cada día las cifras de muertes palestinas, de manera muy especial, paro también las de las víctimas israelíes, ineficaces todos los esfuerzos de pacificación, con treguas intermitentes, rechazadas o efímeras, con el horror por el elevadísimo número de niños caídos, parece todavía difícil dilucidar si en Gaza esta vez Israel disponía de una estrategia para la actuación y para la salida del conflicto, en lo que ya se percibe como el mayor revés militar que ha registrado desde su intervención en Líbano, verano de 2006, o la quiebra mas importante para la democracia y el pluralismo. En Gaza se muestra un Israel distinto, desde luego no el mejor para algunos.
En cualquier caso, imposible encontrar en este mundo otra parcela con tanto sufrimiento como el padece Gaza por persona y metro cuadrado, aunque se trate tan sólo de 360 kilómetros cuadrados, con un máximo de 10 kilómetros de ancho, pero que alberga 1,8 millones de personas, con un altísimo nivel de natalidad e índices también altísimos de contaminación en el agua, la tierra y la atmósfera. Gaza huele mal y se hunde bajo el peso de su población y sus castigos, una y otros multiplicándose en un espacio cada vez mas exiguo pero que con la guerra intermitente, 2008, 2012, 2014, etc., deriva en cantera de radicalismo político y fanatismo religioso, la víctima inocente e indefensa según los sentimientos árabes en que así se identifica a Gaza ante el acoso y el castigo sistemáticos perpetrados de manera odiosa y prepotente por la potencia ocupante de los territorios palestinos; por los países occidentales en otros lugares y episodios de una historia traumática que se compendia en Gaza.
LA INDIGNACIÓN SE AMPLÍA
Territorios que esta vez, en Cisjordania y Jerusalén Oriental, incluso dentro de la Línea Verde y entre los árabes israelíes, han reaccionado de manera muy expresiva ante los destrozos en vidas y haciendas que en respuesta a los cohetes de Hamas provoca la Operación Margen Protector, indebidamente iniciada, de final incierto y de consecuencias imprevisibles. Todo ello al estallar Gaza como rompeolas de todos los refugiados y del resentimiento árabe universal, la olla a presión en que se cuecen el resentimiento y la amargura; uno de los lugares mas conflictivos en este mundo y más envilecidos también, sin esperanza, difícil de acceder y mas aún de abandonar, algo así como uno de los peores círculos dantescos que merece el título prestado de Paul Eluard, “Gaza, capital del dolor”. Escenario de todos los enfrentamientos desde tiempos bíblicos, donde murió Sansón con todos los filisteos, de las expediciones de Bonaparte y Allenby, con un larguísimo etcétera de violencia endémica y objeto de innumerables instrumentos negociadores dignos de exhibirse en el imaginario Museo Diplomático de los Trastos Inútiles.
Gaza es por tanto el testimonio mas vivo, peligroso e injusto de la permanencia e intensificación del drama humano y del riesgo político que comienzan en 1948 con la Partición de Palestina. En días mejores se pretendió que Gaza se convirtiera en algo así como Hong Kong o Benidorm, repitiendo lo que alguna vez fueron Basora, Agami o El Arish, con proyectos prometedores de un puerto y un aeropuerto, sin realizar o destruidos hoy. Tanto conflicto y tanto refugiado, un pleamar de violencia, sin embargo han llegado a convencer hoy de que en Gaza no hay nada que hacer, es un paraje maldito de manera irremisible ya desde los relatos bíblicos. Ni Egipto, ni Jordania, quisieron hacerse cargo de la administración del territorio, o de acoger sus refugiados, cuyo único medio de vida prácticamente consiste en proporcionar abundante y barata mano de obra para el mercado israelí; más aún la clausura del territorio y de la población de Gaza se acrecentó a partir del triunfo electoral de Hamas , 2006, y su enfrentamiento con Al Fatah , que parecía en vías de solución con el acuerdo de ambas organizaciones el pasado 14 de Abril.
REACCIÓN DESMESURADA
Bien recibido tal acuerdo por los Estados Unidos y la Unión Europea, rechazado abiertamente por Israel, se especula que su reacción a partir del secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en Junio, y que culmina en la Operación Margen Protector de un mes mas tarde, tendría entre sus motivos la presión del Partido Habayabit Hayehudi y de la derecha del Likud, encaminada a castigar a los culpables del crimen y de paso doblegar Hamas de una vez por todas, cegar sus túneles, eliminar almacenes y emplazamientos de los cohetes que desde Gaza se disparan. No se esperaba tal rotundidad en la respuesta israelí, se descontaba la imprecisión dudaba de los cohetes pero no se creía tuvieran un alcance notablemente superior respecto a los de anteriores conflictos. Por lo demás la eficacia del sistema denominado Cúpula de Hierro y la fragante desproporción entre el número de unas y otras bajas habría puesto de manifiesto la desmesura de una respuesta implacable, por tierra, mar y aire, frente a un enemigo molesto pero de capacidad militar incomparablemente menor.
A partir de Junio los incidentes sumieron Israel en una marea política y mediática que juntó a muchos elementos extremistas clamando por la venganza y la respuesta inmediata y drástica contra Hamas y en Gaza. La movilización de Israel en una onda altamente emocional ante un grave incidente de orden público, lo que finalmente eran los asesinatos, por situar al país en una difícil encrucijada que tal vez debería haberse evitado con una respuesta mas moderada en lugar de una demostración rotunda de fuerza, habría debilitado la autoridad del Estado y puesto en peligro la posibilidad de que Israel continúe funcionando como una democracia pluralista. Una vez mas el conflicto de Gaza habría mostrado a los israelíes que poderosas fuerzas radicales, mesiánicas, xenófobas, racistas y ultranacionalistas, han alcanzado lugares prominentes en la política nacional, así como en la polémica ancestral que se libra para fijar la identidad y el sentido de Israel como Nación. Liberales, progresistas, tolerantes, pragmáticos, etc. han perdido sus posiciones.
HAMAS NO DESAPARECE, GAZA TAMPOCO
La guerra en Gaza, ésta, la anterior y la siguiente, no eliminará la presencia de Hamas , se llame de una u otra manera, tampoco las grandes carencias de la Franja, ni las aspiraciones a la reconciliación con Al Fatah; aunque haya reforzado al Gobierno Netanyahu la guerra no ha acentuado la censura internacional contra Hamas, tal vez lo contrario . Sí, en cambio, habría incrementado la preocupación por el radicalismo en la política y la sociedad de Israel, de espaldas al liberalismo, la democracia, el compromiso territorial en Tierra Santa y los dos estados. Se habría echado mano al discurso que nunca se archivó del todo por el que se reclama la colonización total de los Territorios Ocupados; de manera mas o menos declarada desde los años 70 se ha prestado apoyo logístico y financiero a los asentamientos, tolerándose o minimizando la violencia o el expolio. Así se habría ido enrareciendo el conflicto, que en Gaza alcanza su expresión más dramática, se ha hecho más y mas quimérica la negociación, deteriorándose tanto la imagen pública de Israel, como la naturaleza de su democracia y la unidad de su población. Promovidas o toleradas se han movilizado fuerzas contrarias al compromiso territorial, a la paz por territorios, hoy difíciles de controlar y visibles en el Gobierno, la Administración y las Fuerzas Armadas.
Muy hábiles en interpretar la ideología sionista y la historia judía, tales fuerzas habrían minado la autoridad del Estado de Israel, provocando de nuevo que su Gobierno pelee en Gaza, lugar de difícil salida y embrollado éxito. Otra vez el Estado de Israel ha dado sobradas muestras de indiscutible superioridad militar y de eficacia en su ofensiva, pero una vez mas y al despejarse el campo de batalla lo que queda es la percepción de que era innecesaria o desajustada tal violencia, habiéndose perdido la batalla política ya que los éxitos militares contradicen esa paz justa y duradera que en vano se invoca desde hace décadas. Con motivo de la Operación Margen Protector el anhelo por un arreglo de paz inencontrable se une a la preocupación ante la evolución de una sociedad y una política como las de Israel; dominadas por extremistas políticos y religiosos mas bien ajenos a lo que necesitan y sienten los palestinos, con espacio destacado en la política nacional y capacidad para atizar todos los miedos. Por su dominio Israel puede pasar de ser aquel Estado que se constituyó para el refugio, la liberación y la democracia de un pueblo, a otro lo más parecido a la Sudáfrica del “apartheid”.
IGNACIO RUPÉREZ
31 Julio 2014