El jefe de las Fuerzas Armadas argelinas falleció a los 79 años tras un infarto, según han informado medios estatales

Fallece Gaïd Salah, el hombre fuerte de Argelia

AFP/RYAD KRAMDI - El jefe del Ejército argelino, Ahmed Gaïd Salah, murió, según informó la televisión estatal el 23 de diciembre de 2019

Ahmed Gaïd Salah, general jefe del Estado Mayor de Argelia, ha muerto a los 79 años por un infarto tras haber sido ingresado en el hospital militar de Ain Naadja de la capital Argel, según señaló la televisión estatal argelina. Este luctuoso hecho llega poco después de la celebración de elecciones presidenciales el pasado 12 de diciembre, que dieron la victoria a Abdelmadjid Tebboune. El fallecido mando castrense formaba parte del círculo de poder del expresidente Abdelaziz Bouteflika, hasta la renuncia de este a su cargo por las masivas protestas ciudadanas contra la situación del país y la corrupción establecida y por las presiones del propio Gaïd Salah.

La principal misión de Tebboune es enfrentarse a grandes retos que afronta la nación, como los de recuperar la confianza del país, sumido en las protestas, y sacar a flote su economía. Casi 45 semanas de protestas lleva ya Argelia reclamando un claro cambio político tras el férreo poder ejercido por Bouteflika y su esfera; manifestaciones representadas por el movimiento popular Hirak, principal fuerza integrada por elementos sociales de diferente origen que se ha manifestado en contra del poder establecido. 

Tras los últimos comicios se ha venido denunciado en las calles que nada ha cambiado ya que el antiguo régimen sigue rigiendo los designios del país, siempre con la alargada sombra encima de Gaïd Salah, que habría colocado en el centro del escenario político a Tebboune como títere civil de los poderes reales que vienen controlando Argelia durante las últimas décadas. 

Muchas voces han venido denunciando sistemáticamente que es el Ejército quien ha ejercido el poder en Argelia tras la independencia lograda respecto a Francia en 1962, salvo el periodo de 20 años de dominio de Bouteflika, quien tuvo que salir del poder a los 81 años por la presión popular y a instancias del propio Gaïd Salah. Aunque el propio jefe del Ejército criticó siempre estas opiniones que han señalado el supuesto monopolio de poder por parte de la esfera militar. “Han omitido, a sabiendas, que Argelia, con su ilustre historia, su gente valiente y sus posiciones de liderazgo, es el ejemplo para seguir y no al contrario”, llegó a manifestar Gaïd Salah, quien denunció el “intento inútil de meter al Ejército en el atolladero de la política”.

Debido a su preminencia, las Fuerzas Armadas son vistas como un elemento crucial para una transición política y social ordenada en Argelia, al ser el estamento que ha controlado los designios del país, incluso por encima del todopoderoso partido del Frente de Liberación Nacional (FLN) de Bouteflika, encaramado al poder a lo largo de los años. 

Y es que el papel de las Fuerzas Armadas, que han estado dirigidas por Gaïd Salah hasta su muerte, ha sido básico. La esfera castrense tomó la determinación de no reprimir las protestas ciudadanas desde sus comienzos y de obligar en abril al presidente Bouteflika y su entorno a dejar el poder, cuestión clave para que se pudieran celebrar las elecciones que ganó Tebboune; un Tebboune que se presentó como independiente, se salió del FLN y remarcó su posición alejada del régimen, poniendo como ejemplo su cese como primer ministro en 2017. Bouteflika renunció a supuesto con 81 años forzado por las protestas y por la presión del propio Salah, al que Bouteflika nombró jefe del Ejército en 2004 y que siempre formó parte de su círculo. Aunque, a pesar de su salida, prosiguieron las protestas exigiendo la caída de todo el régimen argelino, incluida la cúpula castrense. 

Tras la marcha de Bouteflika  Gaïd Salah impulsó una campaña de “manos limpias” que llevó a la cárcel a militares, políticos, ministros y empresarios próximos al ‘clan Bouteflika’, entre ellos su hermano Said y el general Mohamed Mediane ‘Tawfik’, ex jefe de los servicios secretos, al que se consideraba su sucesor; acusados todos ellos de corrupción, principal asunto detonante del descontento social, junto a la crisis económica, la más grave de los últimos años por el descenso de un 12,5% de los ingresos por exportaciones energéticas, petróleo y gas, el desplome de las reservas de moneda extranjera y la necesidad de reducir un 9% el gasto público con una grave repercusión en el nivel de vida de los ciudadanos.

Desde Hirak se denuncia en cualquier caso que este movimiento que ha derivado en la llegada a la jefatura de Estado de Tebboune es una acción cosmética de la vieja guardia para que no cambie nada en el sistema y siga mandando el mismo aparato de poder. De hecho, Gaïd Salah era uno de los principales blancos de las protestas sociales, con lemas como “queremos un Estado civil, no uno militar” o “Gaïd Salah márchate, el pueblo es la soberanía y reclama libertad”. 

Tras el fallecimiento de Gaïd Salah, el presidente Tebboune decretó siete días de luto oficial por su memoria y nombró al general Said Chengriha, responsable del Ejército de Tierra, como su sucesor.