La decisión del primer ministro en funciones se ha anunciado después de varias jornadas de manifestaciones especialmente violentas

Hariri anuncia que no será candidato para formar gobierno en Líbano

REUTERS/MOHAMED AZAKIRAR - El primer ministro interino de Líbano, Saad Hariri, llega para asistir a una sesión del gabinete al palacio Baabda

Saad Hariri, primer ministro en funciones de Líbano, ha anunciado este miércoles que no va a ser candidato para formar gobierno. A la vez, ha insistido en que las consultas formales con el presidente Michel Aoun para designar un nuevo jefe del Ejecutivo se realicen este jueves según lo previsto. De esta forma, Hariri no ha dejado alternativa obvia para la jefatura de Gobierno que tendrá que hacer frente a la peor crisis económica y social que vive el país del cedro desde el fin de la guerra civil en 1990. 

En Líbano, había inquietudes sobre si Hariri iba a volver a presentarse a la cabeza del ejecutivo que ahora se acaban de disipar. “Cuando se hizo evidente que, a pesar de mi compromiso categórico de formar un gobierno de especialistas, las posiciones que han surgido en los últimos días con respecto al tema de mi nombre son inmutables, anuncio que no seré candidato para formar el próximo gobierno”, ha anunciado el primer ministro interino en un comunicado después de cincuenta días de grandes manifestaciones que buscaban su renuncia. “Mañana me dirijo a participar en consultas parlamentarias sobre esta base, con mi insistencia en que no se posponga bajo ningún pretexto”, ha añadido. 

En los últimos días, la fuerza y violencia de las manifestaciones por la nación de Oriente Medio no pararon de aumentar como oposición “al gobierno de especialistas” que Hariri quería presentar. Especialmente entre las jornadas del pasado domingo y lunes, se produjeron los episodios más violentos entre Policía y Ejército sobre los manifestantes, que dejaron como resultado en torno a veinte personas heridas, las cuales se han sumado a las ya decenas de heridos desde que comenzaron las protestas. 

Ante estos altercados, este martes el primer ministro en funciones, junto con el presidente del Parlamento del país Nabih Berri, hicieron un llamamiento a la calma y, sobre todo, alertaron sobre “arduos esfuerzos para arrastrar al país al infierno del conflicto”, como así ha recogido el diario Naharnet. Las dos autoridades subrayaron que existe “una gran necesidad nacional” para alcanzar un acuerdo sobre la formación de gobierno y que se necesitaba “una atmósfera de calma alejada de las tensiones políticas”; llamaron a los manifestantes a poner “el interés del país por encima de cualquier otro”. 

Y es que los principales grupos contrarios a un posible gobierno tecnócrata de nuevo con Hariri a la cabeza y que han participado en los episodios más especialmente en las últimas jornadas en la capital han sido Amal y Hizbulá. La violencia se desarrolló con más virulencia entre los seguidores de estos dos grupos y las fuerzas de seguridad después de un video publicado en las redes sociales en el que un usuario no identificado atacaba a una serie de figuras chiíes e, incluso, a ciertos funcionarios de esta minoría religiosa y al propio líder de Hizbulá, Hasán Nasrallah, según ha recogido la agencia Europa Press. 

Ante la duda sobre el nuevo jefe del Ejecutivo y si habrá o no acuerdo entre los diferentes grupos políticos, el líder de FMP y ministro de Asuntos Exteriores, Yebran Basil, afirmó la semana pasada que no formaría parte del Gobierno si resulta ser enteramente tecnócrata y que no debía estar encabezado por Hariri. Por su parte el líder de Hizbula Nasrallah propuso un gobierno de “asociación” en el que formen parte distintos partidos, incluido el FMP, y liderado por una persona a la elección de Hariri y su grupo político.