Maduro propone adelantar las elecciones a la Asamblea Nacional y dice abogar por el diálogo
Eloísa Cózar Navarrete
Pie de foto: El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el Palacio Presidencial de Miraflores en Caracas. REUTERS/IVAN ALVARADO
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado en un acto en el Palacio de Miraflores de Caracas su propuesta para adelantar las elecciones a la Asamblea Nacional previstas para el próximo año 2020. El Parlamento es el único órgano controlado actualmente por la oposición venezolana, después de que la coalición Mesa de la Unidad Democrática obtuviera un total de 109 escaños de los 167 en juego en las elecciones celebradas el 6 de diciembre de 2015. La intervención del mandatario ha coincidido además con el primer aniversario de la victoria de la coalición que lidera en las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018, los cuales han sido tachados de fraudulentos por gran parte de la comunidad internacional.
Esta llamada a adelantar los comicios es vista como una forma de “poner fin a la crisis”, según afirmaba el mandatario, quien ve a su vez necesario lo que ha calificado como “una nueva apertura constitucional”. En el discurso, pronunciado ante cientos de seguidores congregados y que clamaba por “una Venezuela soberana” Maduro llamó a legitimar “al único órgano que no lo ha hecho en los últimos cinco años”, reforzando la idea de que el adelanto de las elecciones es una necesidad para el pueblo venezolano. “Vamos a hacer elecciones para ver quién tiene los votos, para ver quién gana. Vamos para una solución pacífica, electoral, democrática, constitucional. Yo quiero elecciones, elecciones ya”.
Ante el anuncio del presidente venezolano, la Unión Europea ha reaccionado pidiendo que no se retroceda más en la garantía de los derechos democráticos del pueblo. En la rueda de prensa diaria que ofrece la Comisión Europea, la portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kcijancic ha pedido que se evite “cualquier decisión o acción que socave más la democracia y el Estado de derecho”. La solución, por tanto, no pasa por la disolución de la Asamblea Nacional Constituyente, sino por la organización de elecciones “libres y justas en Venezuela”, clamaba.
Y extiende el mandato de la Asamblea Nacional Constituyente
Paralelamente a la propuesta de adelantar los comicios previstos para la Asamblea Nacional, la Asamblea Nacional Constituyente anunciaba la ampliación de su mandato hasta el 31 de diciembre de 2020. Un movimiento político que asegura a las fuerzas de Maduro su permanencia en el órgano legislativo venezolano sea cuales sean los movimientos de la oposición y pese al hipotético adelanto de las elecciones al Parlamento.
Llegados a este punto cabe plantear la legitimidad real de la Asamblea Nacional Constituyente. El origen de la creación de este nuevo órgano se remonta a tan solo tres años atrás, a las ya mencionadas elecciones a la Asamblea Nacional celebradas el 6 de diciembre de 2015. Como consecuencia de estas elecciones y el rotundo éxito de las fuerzas antichavistas, Nicolás Maduro promovió la creación de un nuevo organismo, paralelo a la Asamblea Nacional.
De este modo, en mayo de 2017, se formó en Venezuela la Asamblea Nacional Constituyente, traspasando la mayor parte de los poderes legislativos del país de la Asamblea Nacional a este nuevo órgano estatal conformado únicamente por oficialistas mediante un decreto presidencial. A pesar de que actualmente la Asamblea Nacional constituyente no está reconocida por potentes coaliciones internacionales como la Unión Europea o el Grupo de Lima, continúa a día de hoy asumiendo las competencias exclusivas que corresponderían al Parlamento nacional.
Confirmación de las negociaciones de Oslo
Nicolás Maduro también ha hecho referencia en su discurso a las negociaciones que se están llevando a cabo desde la semana pasada en Noruega, cuya finalidad es encontrar una solución mediada y pacífica a la rampante crisis política y humanitaria que sufre Venezuela en la actualidad: “Hemos sostenido una primera jornada con la mediación del Gobierno de Noruega. Ha resultado muy positiva, tengo que decir, soy un hombre que cree en la palabra como vehículo para superar las diferencias”, confesó.
Abogando por el diálogo como la mejor forma para dar salida al estancamiento en las negociaciones con la oposición, el mandatario ha insistido en que apostará por la palabra con Juan Guaidó como vehículo para superar sus diferencias, “aunque eso no quiere decir que sea un debilucho”.
Las cifras de la crisis humanitaria
La situación política y económica de Venezuela ha derivado en una crisis humanitaria que ha asola el país con unas cifras más que preocupantes. En una conferencia en el Palacio de las Naciones de Ginebra, la portavoz de la Agencia de la ONU para los refugiados, Liz Throssel, que ha asegurado que alrededor de tres millones de personas han huido de Venezuela desde el año 2015, la mayoría de los cuales pueden considerarse como refugiados.
De ellos, 460.000 habrían hecho solicitudes formales de asilo, principalmente en países vecinos de América Latina: “Esto se debe a las amenazas a su vida, seguridad o libertad que resultan de circunstancias que están perturbando gravemente el orden público en Venezuela”. Para intentar paliar los graves efectos de lo que se considera ya como una emergencia, Throssel ha pedido igualmente a los Estados que garanticen a los refugiados venezolanos medidas para que no sean devueltos o deportados a Venezuela. Junto con la Organización Internacional para las Migraciones, la oficina trabaja activamente para suplir las necesidades básicas de los refugiados.