Sabri Boukadoum, nuevo primer ministro interino de Argelia
Horas después de que Noureddine Bedoui, el que fuera primer ministro de Argelia bajo la órbita del expresidente Abdelaziz Bouteflika, presentara su dimisión, el recién electo mandatario, Abdelmadjid Tebboune, ha encargado al jefe de la diplomacia argelina, Sabri Boukadoum, formar gobierno.
El nuevo primer ministro argelino comenzó su carrera en la vida política en 1987, como primer secretario de la Embajada de Argelia en Budapest, Hungría. Tan solo un año más tarde, fue nombrado consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, cargo que ostentó hasta 1992. Dicho año, pasó a ocupar el puesto de director adjunto de Asuntos Políticos y de Desarme de las Naciones Unidas, y en 1993, ascendió a director de Asuntos Políticos.
Ya en el siglo XXI, Bokaudoum fue embajador de Argelia en Costa de Marfil (1996-2001), jefe de Protocolo en el Ministerio de Asuntos Exteriores (2001-2005), embajador de Argelia en Portugal (2005-2009), director general de las Américas en el Ministerio de Asuntos Exteriores (2009-2013) y representante permanente de Argelia ante la ONU (2013-2019). En el mes de marzo de este año, volvió a su país natal para ocupar el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, posición que ejerció bajo el régimen de Bouteflika y después, tras la renuncia de este último, bajo la nueva estructura de poder conformada por el presidente Abdelkader Bensalah, el primer ministro Bedoui y el jefe del Ejército, Ahmed Gaïd Salah.
Por ello, con toda probabilidad, el nombramiento de Bokaudoum no será aceptado por el pueblo argelino -definido por el movimiento hirak- que lleva copando las principales arterias del país desde hace más de 10 meses, exigiendo la caída completa de la red tejida por Bouteflika y rechazando el continuismo que representan los líderes impuestos tras su renuncia en abril. Así, bajo estas proclamas, está previsto que el movimiento hirak vuelva a salir a la calle este viernes para reivindicar un cambio radical del sistema.
Del mismo modo, el recién electo presidente, Tebboune, tampoco cuenta con la aprobación de la sociedad argelina. Con un 39,83% de participación, los comicios presidenciales celebrados el pasado 12 de diciembre protagonizaron la tasa más baja de la historia de Argelia, en un signo más del hartazgo del pueblo con la élite gobernante.
Los vínculos de Tebboune con la órbita de Bouteflika han quedado plasmados este jueves 19 de diciembre durante su ceremonia de juramento del cargo, pues decidió otorgar dos medallas honorarias de rango ‘Sadr’ tanto a Bensalah como a Gaïd Salah, por sus “esfuerzos” que permitieron “la sostenibilidad del Estado y sus instituciones”.
Con todo, el nuevo mandatario ya ha ordenado la configuración de un nuevo Gabinete de ministros. Sin embargo, hasta el momento, el único cambio que se ha producido es la salida del ministro del Interior, Salah Eddine Dahmoune, tras unas declaraciones en las que tildaba a los opositores antigubernamentales de “traidores, mercenarios, pervertidos y homosexuales”. Ha sido reemplazado por Kamel Beldjoud, quien fuera ministro de Vivienda, Urbanismo y Ciudad, según ha informado el medio local Alg 24.
En su discurso de juramento, Tebboune anunció que cumplirán las demandas del Hirak, la aprobación de una enmienda a la Constitución, la intensificación de la lucha contra la corrupción y una profunda reforma del sistema tributario.
Su extensa trayectoria diplomática permite aventurar que su mandato como primer ministro interino estará marcado por una fuerte actividad en política exterior. En la quinta edición de la conferencia MED-Dialogues, celebrada con su homólogo italiano, Luigi Di Maio, el pasado 8 de diciembre, Boukadoum ofreció las claves de su ideología internacional.
“Las principales preocupaciones de la política exterior de Argelia pasan por la región del Magreb y África y, en concreto, sobre la contribución de nuestro país a la estabilidad y cooperación a través de los esfuerzos realizados en el archivo libio, sobre la cuestión de Mali y la implementación del acuerdo de Bamako”, declaró el ya ex ministro de Asuntos Exteriores. Según recoge el medio local El Moudjahid, “la cuestión del Sáhara Occidental en relación con la situación en el Magreb y la situación en el Sahel fueron el centro de su intervención”, aunque no se han hecho públicos los detalles sobre esta materia.
En este contexto, los expertos como Karim B, consideran que Boukadoum “debería facilitar el regreso gradual de Argelia al concierto de las naciones, después de un aislamiento que lo ha alejado de las principales decisiones internacionales desde el comienzo de la crisis política en Argelia”.
Sus directrices sobre política interna o asuntos socioeconómicos todavía son incógnitas. En cualquier caso, tendrá que afrontar una serie de desafíos que, de no solventarse, amenazan con desestabilizar al país, lo que podría tener un impacto significativo sobre la seguridad de la región euromediterránea.
La economía se encuentra sumergida en la crisis más grave de los últimos años, propiciada, en su mayor parte, por el descenso de un 12,5% de los ingresos por las exportaciones energéticas de petróleo y gas, que representan el 95% del total de exportaciones del país. Asimismo, es imperante reducir el gasto público y recuperar las reservas de moneda extranjera.