Varias ONGs reclaman la verdad sobre el secuestro de Mehdi Ben Barka, líder de la izquierda marroquí
29 de octubre de 2014 (23:01 h.)
Por Rachid Elalamy y Jean-Claude Dufour
Foto: Mehdi Ben Barka, el líder de la izquierda marroquí secuestrado y asesinado hace 49 años en París.
Mehdi Ben Barka fue el líder de la izquierda marroquí a principios de los años 60 del siglo pasado y un opositor contundente y consecuente al régimen autoritario del rey Hasan II. Ben Barka fue uno de los fundadores de la Unión Nacional de Fuerzas Populares (UNFP), en septiembre de 1959, a partir de una escisión del nacionalista Partido Istiqlal (PI), y también desempeñó un papel importante como líder de los países del Tercer Mundo que conseguían la independencia tras décadas de colonización europea. Para Hasan II, Ben Barka se convirtió en el enemigo público número un. Tuvo que exiliarse y el 29 de octubre de 1965 fue secuestrado en París y probablemente asesinado por los servicios secretos marroquíes, que contaron con el apoyo de sus homólogos franceses. Varios periodistas investigaron sobre la desaparición de Ben Barka y algunos recibieron presiones y amenazas de muerte, como le ocurrió al británico Steve Hughes. La Justicia francesa no logró averiguar todos los detalles de la trama, especialmente la implicación de los Gobiernos francés y marroquí como tales, o de sus servicios secretos, las razones precisas del secuestro, las posibles complicidades de otros aparatos de inteligencia como la CIA o el paradero del cuerpo de Ben Barka. Por esta razón, el proceso sigue abierto, aunque casi todos los testigos conocidos han ido muriendo a lo largo de los años, la mayoría por causas no naturales. 49 años después de este suceso, varias ONGs marroquíes y francesas reclaman toda la verdad sobre lo que le ocurrió a Ben Barka, y aseguran que “las razones y las complicidades de Estados siguen protegiendo a los asesinos. Los Gobiernos francés y marroquí tienen que ayudar a la Justicia a conseguir la verdad”. En París, familiares y amigos de Ben Barka y ONGs organizaron el pasado miércoles a las 18 horas un acto de homenaje al líder de la izquierda marroquí enfrente de la cafetería Lip, en el Boulevard Saint-Germain, que es el lugar donde fue secuestrado el dirigente opositor.
“Hay que esclarecer lo ocurrido”
Para ONGs como la Asociación de los Marroquíes de Francia (AMF) y la Asociación de Trabajadores Magrebíes en Francia (ATMF), la familia, los amigos y el conjunto de la sociedad marroquí tienen derecho a saber lo que le ocurrió a Ben Barka. “No puede ser que 15 años después de la muerte de Hasan II, con un nuevo rey en Marruecos que ha llevado a cabo reformas democráticas importantes, aunque insuficientes, todavía no sepamos lo que ocurrió”, declaró un miembro de la AMF a Atalayar. “Hay que esclarecer lo ocurrido, para que nunca más cosas así vuelvan a pasar. Saldremos ganando los marroquíes, pero también los franceses”, opinó este activista de la AMF. El actual responsable de la Gendarmería Real de Marruecos, el general Hosni Benslimane, es una de las pocas personas que todavía pueden aportar algo de luz a este oscuro suceso criminal. Hasta la fecha ningún proceso judicial ha llegado a buen puerto, a pesar de los esfuerzos de la familia de Ben Barka, y sobre todo de su hijo mayor, Bachir, por conocer la verdad. Las autoridades marroquíes se han negado a prestar ayuda al juez francés encargado de esta causa, Patrick Ramäel. La Instancia Equidad y Reconciliación (IER), organismo del Estado que investiga las violaciones de los derechos humanos cometidas durante los denominados ‘años de plomo’, tampoco ha tomado cartas en el asunto.
Testimonios polémicos
El exagente de los servicios secretos marroquíes Ahmed Bukhari aseguró que tras el secuestro y asesinato de Ben Barka, el cuerpo fue trasladado al centro de detención clandestino de Dar al-Muqri, en Rabat, donde fue disuelto en una gran caldera de ácido que el propio Bukhari había tenido que hacer fabricar para la ocasión. Otro testimonio polémico es el del antiguo comisario Lucien-Aimé Blanc, compañero de los dos policías franceses condenados por el asunto Ben Barka, quien hizo públicas las transcripciones de escuchas telefónicas realizadas por los servicios secretos galos a quienes planeaban la desaparición de Ben Barka, lo que demostraría que el Gobierno de París de la época al menos conocía los planes de secuestro. La muerte de Ben Barka fue planificada por el entonces ministro del interior de Marruecos, el general Mohamed Oufkir, que acabó siendo asesinado en 1972 tras organizar un golpe militar fallido contra el rey Hasan II. París y Rabat han negado siempre cualquier implicación oficial en el caso. Marruecos, desde la muerte de Oufkir, ha admitido la participación del general en el secuestro, pero atribuyéndola a un acto individual producto de su enemistad personal con Ben Barka. Maurice M. Buthin, abogado de la familia de Ben Barka, aseguró que “todavía hoy en día hay algunos responsables marroquíes que estuvieron implicados en este asunto. Es intolerable”. “La Justicia marroquí tiene que hacer su trabajo e investigar y la Justicia francesa también. Ya es hora”, destacó un miembro de la AMF. Así las cosas, el Ayuntamiento de la ciudad francesa de Gennevilliers (departamento de Hauts-de-Seine) rindió un homenaje a Mehdi Ben Barka al dedicar una de sus calles al líder de la izquierda marroquí.