“A España le interesa que Marruecos sea un país desarrollado económicamente”
En el marco de la firma del documento de cooperación transfronteriza descentralizada, la Carta de Málaga, que ha tenido lugar este lunes en el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU) de la ciudad andaluza, Atalayar ha entrevistado a Francisco de la Torre, alcalde de la ciudad de Málaga.
El nuevo documento ha sido suscrito por 40 representantes locales marroquíes, entre ellos, alcaldes de ciudades como Assilah, Agadir, Oujda o Sidi Ifni, delegados regionales y el presidente de la Asociación Marroquí de Presidentes de Consejos Comunales (AMPCC) y alcalde de Alhucemas, Mohammed Boudra.
¿Qué significa para Málaga, para usted como alcalde, el haber reunido a una treintena alcaldes de Marruecos?
Significa un paso muy importante en el camino que llevamos de cooperación entre Málaga y las ciudades marroquíes. Sobre todo, el planteamiento de esta Carta y de esta reunión es conseguir un documento, que es lo que se ha firmado, donde podamos hacer entender a las autoridades regionales y nacionales de España y de Marruecos que, en el diálogo con Bruselas en el próximo marco comunitario 2021-2027, es importante que sea una realidad la cooperación transfronteriza, la cooperación de vecindad entre Europa y Marruecos a través de las ciudades del sur de España, no como ha pasado en el anterior marco comunitario. Hagamos los esfuerzos necesarios en materia del diálogo, en materia diplomática. Tenemos la visión clara de que esa cooperación debe estar orientada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que además deben estar en la agenda política de cada municipalidad.
Málaga se coloca a la vanguardia de la cooperación con Marruecos. ¿El Gobierno central y Europa tendrían que respaldar también estas iniciativas?
Nosotros no queremos sustituir ni al Gobierno central ni a Europa. Lo que queremos es, a nivel de ciudades, establecer mecanismos de amistad, de cooperación, donde se demuestre el buen entendimiento que tiene Málaga con tantas ciudades de Marruecos, para que, además de los niveles nacionales y regionales de cooperación, el nivel local sea fecundo. Pero para esa fecundidad, además de que nosotros hagamos esfuerzos con nuestro personal, con nuestros presupuestos, es bueno que los presupuestos europeos para cooperación al desarrollo y para los programas transfronterizos se canalicen hacia este programa, que durante los últimos años no ha estado aprobado y que ahora, más que nunca, debe estar aprobado para 2021-2027. No tratamos de sustituir a nadie, sino de cooperar con todo el mundo.
La política de los ayuntamientos es la más cercana a los ciudadanos. ¿Se pueden conseguir resultados tangibles en formación de jóvenes, desarrollo sostenible, etc.?
Es verdad que, en España, por ejemplo, la descentralización local no se ha hecho, sino que se ha hecho una descentralización autonómica. En Europa, existe el principio de subsidiariedad: lo que puede hacer un ayuntamiento, que lo haga el ayuntamiento y no la región; y lo que puede hacer la región, que lo haga la región y no el Estado central. Por eso, es necesario llenar de abajo arriba. Si tuviéramos unos municipios en España con plenitud de competencias, como pasa en muchos otros países europeos, la capacidad de cooperación sería mayor con los municipios de Marruecos. También animo a Marruecos a que lleven a cabo una descentralización de tipo local. En cualquier caso, aunque no tengamos todas esas competencias, la cooperación es factible. Nosotros hemos hecho mucha cooperación con Marruecos, y podemos seguir haciéndola. Siempre los fondos europeos nos ayudarán a ser más eficaces.
Concretamente, este tipo de iniciativas, encaminadas a fomentar la formación de jóvenes, evitan que estos sean captados por grupos islamistas terroristas.
Eso, por un lado, y, además, permite la búsqueda de un empleo digno, que se puede conseguir dentro del país o fuera, pero siempre con formación. La formación para el empleo es esencial, y es una asignatura pendiente en España. Todavía sigue habiendo abandono escolar importante. Precisamente, hablaba recientemente con el presidente de la Fundación Europea de la Educación, y abordábamos la posibilidad de extender la cooperación entre Málaga y Alemania a Marruecos. Se puede establecer un convenio marco de programas de cooperación Marruecos-España-Alemania, en materia de educación. Hay que aprovechar todas las vías para ser eficaz.
Sobre todo, para superar clichés y estereotipos que todavía existen en algunas partes de la sociedad española respecto al norte de África y Marruecos en concreto.
No tiene sentido tener una visión peyorativa, no abierta. Somos dos países vecinos. A nosotros nos interesa mucho que Marruecos sea un país estable políticamente, desarrollado económicamente, y cohesionado socialmente, y todo lo que sea ayudar en esa línea, hagámoslo. A ellos les interesa también que España sea un país lo más desarrollado posible, con mucho emprendimiento, para que las empresas de uno y de otro lado puedan desarrollarse de una forma potente y generar más empleo.
La Carta de Málaga puede dar pie a que las empresas se incorporen para desarrollar estos proyectos.
La cooperación siempre se ha entendido así. Cuando hemos hecho reuniones y visitas, siempre hemos procurado que empresas de Málaga, tanto del sector público como del sector privado, estén presentes. Hay que fomentarlo al máximo.
Con lo que está ocurriendo en la región, con las elecciones en Argelia previstas para el 12 de diciembre, y la segunda vuelta de las presidenciales de Túnez fechada en el 13 de octubre, ¿podría afectar a los intereses de Málaga?
Es obvio que el Magreb, en su globalidad (Marruecos, Argelia y Túnez), es muy importante para todo el Mediterráneo sur español. Espero que todos estos movimientos sean positivos para que consigan los objetivos de estabilidad política, respeto a la democracia y derechos humanos, cohesión social y desarrollo económico. La formación debe ser, además, un instrumento en todos ellos.