La política de desinformación del `Polisario´

Jamal Eddine Mechbal

Pie de foto: Campamento de refugiados de Smara en la provincia argelina de Tinduf. Photo:AFP

En vísperas del encuentro de Ginebra, en el entorno de la mesa redonda en la que participan Marruecos, Argelia, Mauritania y el Frente Polisario para tratar de encontrar una solución justa, duradera y realista a la controversia del Sahara occidental marroquí, el aparato de propaganda de la organización político militar separatista Polisario desencadenó campañas de propaganda basadas en mentiras y desinformaciones que perjudican este encuentro y atentan contra los esfuerzos de las Naciones Unidas. 

En este contexto, Mhamad Jadad, o Enhamed Khaddad (según los documentos de la ONU),coordinador del movimiento armado Polisario ante la MINURSO, ha denunciado el pasado domingo 17 de marzo, según la página El Confidencial Saharaui, en unas declaraciones a la radio BBC en el programa “Bila Quyud”, que “Marruecos teme los resultados de una consulta democrática del pueblo saharaui”. Ha alegado que “los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU están más que nunca comprometidos con una solución que garantice el derecho a la libre autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental” y acto seguido ha añadido lo siguiente: “Pero Marruecos está empeñado en bloquear los esfuerzos en curso”.

Según la página digital, Jadad ha declarado también “que el acuerdo ilegal de pesca firmado por la Unión Europea (UE) y Marruecos y ratificado por el Parlamento Europeo incluye las aguas territoriales del Sáhara Occidental, al mismo tiempo que ha asegurado que el Frente Polisario explorará todas las vías posibles para la revocación del mismo”. Así, ha argumentado que el acuerdo “ha enviado un mensaje erróneo a Marruecos y dará respaldo a sus ilegales reivindicaciones sobre el territorio”.

En este sentido, Jadad (o Khaddad)ha recordado que, en base a los dictámenes emitidos sobre la situación, Marruecos “no ejerce ninguna soberanía ni administración sobre el territorio, siendo considerada como una potencia militar ocupante”. El responsable del movimiento armado Frente Polisario en estas declaraciones miente, y tuerce la verdad. En efecto, es una insolencia y una falacia su afirmación de que “Marruecos teme los resultados de una consulta democrática del pueblo saharaui”. 

Es una falacia porque omite intencionadamente que Marruecos es quien, mediante su Rey Hassan II, el que, en 1981 en la Cumbre de la OUA, propuso una consulta democrática a la población del Sáhara mediante un referéndum. Es, entonces, el régimen de Argelia y su Polisario, quienes temieron el resultado y rechazaron la oferta bajo pretexto que ya había una “realidad” sobre el terreno, con quien Marruecos debe negociar el reconocimiento de esa “realidad”. La “realidad” en cuestión era en alusión a la RASD proclamada por la misma organización político-militar Polisaria.

Pie de foto: El ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, asiste a una conferencia de prensa después de una mesa redonda sobre el Sáhara Occidental en las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, 6 de diciembre de 2018. REUTERS/Denis Balibouse

Es absurdo crear una “república saharaui” (saharaui en árabe; desértica), puesto que la proclama un movimiento armado monocolor de pensamiento único; la instala sobre un territorio ajeno, bajo los auspicios y la soberanía de otro país. En este caso, toda reivindicación de un referéndum de autodeterminación se convierte en superflua y las reclamaciones del movimiento armado dejan de ser creíbles. 

Ante la oferta de Hassan II, la organización política militar optó por la lucha armada revolucionaria, privilegiando, como reza su lema, el fusil para alcanzar el objetivo. Cuando durante diez años no lo logró, se convenció después de su error; de que, ni con el fusil ni con el terrorismo se podía lograr, ni alcanzar nada. Es, entonces, cuando empezó a intentar lograr sus fallidos objetivos mediante el uso de las urnas, pero de manera fraudulenta. 

El referéndum que antes rechazaba se convirtió aparentemente en su lema en vez del fusil, pero intentó confeccionar ese referéndum a su medida. Un referéndum excluyente de la gran parte de los saharauis, pues excluía incluso a los quien el franquismo había incluido en su censo de 1974. En realidad, el objetivo del movimiento armado separatista es uno y único; el separatismo. Todo camino que no conduce a lograr ese objetivo es rechazado. Para estas bandas armadas, la autodeterminación es entendida exclusivamente en términos de independencia. Con toda razón, el ministro Cortina Mauri, declaraba ante los diputados en las Cortes que lo que pretende esta organización político-militar es una autodeterminación predeterminada y, además, desde Argelia.  

Pie de foto: Un poryectil de mortero es fotografiado cerca de un muro de tierra que separa las áreas controladas por Marruecos y el Frente Polisario en el Sahara Occidental. REUTERS/ Zohra Bensemra

La ONU se convenció de que el Plan de arreglo en el que se preveía un referéndum con dos opciones maximalistas, el de la “integración” o “independencia” no es factible ni aplicable ante la imposibilidad de determinar quién es el saharaui con derecho de voto, y se orientó hacia una vía intermedia, una solución de compromiso donde no haya perdedores y ganadores, sino que todos salgan ganando. Por ello, hace más de una década que ya no se menciona ningún referéndum en todas las resoluciones del Consejo de Seguridad y cuando estas bandas armadas hacen referencia a ello es solo para confundir. En su lugar, la ONU insta a las partes a alcanzar “una solución política justa, duradera y aceptable”. Es preciso llegar a una soluciónacordada, no dos ni tres, como pretende la banda armada. Por esta razón, hay que generar confianza para que haya un diálogo sincero y fructífero y no lanzar discursos desfasados de desinformación y de propaganda destructiva.

Mhamad Jadad (o Enhamed Khaddad) acierta al decir que "los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU están más que nunca comprometidos con una solución que garantice el derecho a la libre autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental”. Pero es un acierto calculado y una verdad interesada utilizada para que de una manera escandalosa mienta cuando acto seguido diga: “Pero Marruecos está empeñado en bloquear los esfuerzos en curso". No solo es una vulgar falacia y una afirmación sin fundamento, sino que el Consejo de Seguridad, a raíz de la presentación por parte de Marruecos de su propuesta de una solución basada en una autonomía, en todas sus resoluciones adoptadas desde 2007 se puede leer la siguiente frase:

Tomando nota de la propuesta presentada al Secretario General por Marruecos el 11 de abril de 2007 y acogiendo con beneplácito los serios y creíbles esfuerzos de Marruecos por hacer avanzar el proceso hacia una solución”. Pero no se puede leer lo mismo o algo parecido en las resoluciones del Consejo de Seguridad hacia el Polisario.

En fechas aún más recientes, en la penúltima resolución del Consejo de Seguridad, la S/RES/2414/2018, se puede leer como el Consejo expresa su preocupación por las violaciones de los acuerdos vigentes y exhorta a las partes a que respeten sus obligaciones, absteniéndose de adoptar medidas que puedan poner en peligro el proceso. Sin embargo, acto seguido reconoce la postura de retención a la provocación del Polisario. La resolución dice:“reconociendo la respuesta mesurada de Marruecos a las inquietudes más recientes con respecto a la zona de separación”.Más adelante en otro párrafo, de la misma resolución, expone: “Acogiendo con beneplácito, a este respecto, las medidas e iniciativas adoptadas por Marruecos y el papel desempeñado por las Comisiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos en Dajla y El Aaiún, y la interacción que mantiene Marruecos con los procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”.

Pie de foto: Miembros del Frente Polisario conducen una camioneta montada con un arma antiaérea al atardecer en Bir Lahlou, Sahara Occidental. REUTERS/Zohra Bensemra/

Mientras, el movimiento armado, en ojos del Consejo de Seguridad, es quien está empeñado en bloquear los esfuerzos en curso y la ONU muestra su preocupación por sus actos desestabilizadores. Esto se puede leer en el punto 7 y 8:

7. Expresa preocupación por la presencia del Frente Polisario en la zona de separación en Guerguerat y pide su retirada inmediata;

8. Expresa preocupación por el anuncio del Frente Polisario de que se prevé trasladar funciones administrativas a Bir Lahlu, y pide al Frente Polisario que se abstenga de ejecutar tales actos desestabilizadores;  

Así pues, el responsable de las bandas armadas del Polisario no encuentra mejor manera de afrontar las responsabilidades que debe asumir su movimiento armado que intentar de manera primaria acusar en falso a Marruecos para silenciar los reproches de la ONU.

El responsable del movimiento armado Polisario, Mhamad Jadad (o Khaddad), se permite sin potestad legal alguna juzgar, como si de un juez se tratase, el acuerdo de pesca firmado por la Unión Europea (UE) y Marruecos, que incluye las aguas del Sáhara Occidental, sentenciando que es un “acuerdo ilegal”. Para ello, hace errónea referencia a “dictámenes emitidos” con conclusión errante y torcida. Según él, Marruecos “no ejerce ninguna soberanía ni administración sobre el territorio, siendo considerada como una potencia militar ocupante”.

El responsable del movimiento armado Polisario se refiere a la famosa carta del asesor jurídico de las Naciones Unidas Hans Corell de fecha 29 de enero de 2002 dirigida al presidente del Consejo de Seguridad (S/2002/161).

Khaddad, en realidad, repite con redundancia una interpretación torcida y una lectura errónea que hace su movimiento armado a la carta del asesor jurídico de la ONU, afirmando con toda desfachatez que Marruecos “no ejerce ninguna soberanía ni administración sobre el territorio”. 

Cabe resaltar, ante todo, que la carta del 29 de enero 2002 del consejero jurídico de la ONU, Hans Corell, no es ninguna sentencia con carácter jurídico, ni siquiera un dictamen como pretende Jadad. Simplemente, es una opinión no vinculante emitida a solicitud del presidente del Consejo de Seguridad, que como el mismo Corell afirma es para conocer “mi opinión sobre la legalidad, en el contexto del derecho internacional (…) de las medidas que habrían tomado las autoridades de Marruecos, a saber, la licitación y la firma de contratos con empresas extranjeras para la exploración de recursos minerales en el Sáhara Occidental”.  

En la Carta, Corell resalta en el párrafo 6, que España, mediante el acuerdo de Madrid como potencia administradora del territorio, transfirió las facultades y responsabilidades, pero no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni la condición de potencia administradora. Esta transferencia de la autoridad administrativa por parte de España en 1975 no afectó la condición internacional del Sáhara Occidental como territorio no autónomo. 

En efecto y como resaltaba Cortina Mauri ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados de España en 1978, España, aunque quisiese, no podía transferir algo que nunca había tenido, puesto que la soberanía emana de los pueblos. Por otra parte, Marruecos nunca se consideró potencia administradora, sino la madre patria que logró recuperar su territorio que venía reclamando junto a otros desde 1956. Por ello, desde la recuperación de Sidi Ifni en 1969 y el Sáhara en 1975 nunca transmitió la información sobre estos territorios prevista en el apartado e) del Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas.

Por ello y como reconoce el mismo Corell en el párrafo 7 de su carta, “Marruecos, sin embargo, no figura como la potencia administradora del territorio en la lista de territorios no autónomos de las Naciones Unidas”.

No obstante, el análisis de Corell, como el mismo relata, está limitado a las actividades   relacionadas con los recursos minerales en los territorios no autónomos y, por ese motivo, no examina en detalle el proceso político en su carta. “Sin embargo, a los efectos del presente análisis, el cuerpo de resoluciones del Consejo de Seguridad relativas al proceso político no es pertinente al régimen jurídico aplicable a las actividades relacionadas con los recursos minerales en los Territorios no autónomos y por ese motivo no se examina en detalle en la presente carta”.

Pie de foto: Vista general del campo de refugiados de Smara en la provincia de Tindouf de Argelia. AFP PHOTO / Farouk Batiche

Por esta razón, el propio secretario general de la ONU, a diferencia del análisis de su consejero jurídico, en algunos informes se refirió Marruecos como potencia administradora. Entre otras referencias, cito el parágrafo 2 de su informe S/2001/613: “Durante el período sobre el que se informa, mi Enviado Personal, James A. Baker III, se entrevistó con funcionarios del Reino de Marruecos a fin de determinar si, en su calidad de Potencia administradora del Sáhara Occidental, Marruecos estaba dispuesto a ofrecer o apoyar alguna transferencia de poderes que fuera verdadera y sustancial y estuviera en consonancia con las normas internacionales a todos los habitantes y antiguos habitantes del Territorio”. 

Jadad, en su calidad de coordinador de las bandas armadas Polisario con la MINURSO no debería de mentir de forma tan vergonzosa, afirmando con insolencia que Marruecos“no ejerce ninguna soberanía ni administración sobre el territorio, siendo considerado como una potencia militar ocupante”, pues Jadad mejor que nadie no solo conoce la verdad, sino el mismo es citado, con su nombre, en el informe de la ONU S/2001/613, porque fue el portador de la respuesta de su organización político militar al secretario general de la ONU en la que se rechazaba la primera propuesta de autonomía presentada por James Baker. En lo que se refiere al análisis de Corell concluye en el párrafo 24 que:“cuando las actividades de explotación de recursos redundan en beneficio de los pueblos de los Territorios no autónomos y se realizan en su nombre o en consulta con sus representantes, se consideran compatibles con las obligaciones que incumben a la Potencia administradora en virtud de la Carta, así como conformes a las resoluciones de la Asamblea General y al principio consagrado de “soberanía permanente sobre los recursos natural”.

En este contexto, las falacias que propaga el Polisario son groseras e inaceptables, puesto que en los acuerdos entre Marruecos y la Unión Europea, tanto el de pesca como el agrícola, gracias a la judicialización de la cooperación de la UE con Marruecos, por parte del Polisario ante el Tribunal europeo las sentencias han sido tomadas en cuenta subsanando los acuerdos anteriores y reforzándolos con mayor blindaje, para que la legalidad de estos no ofrezca ninguna duda.

En este sentido, el territorio del Sáhara que no quedaba claramente incluido en anteriores acuerdos porque las dos sentencias del Tribunal europeo consideraron que no le eran aplicables, esta vez han sido, gracias a la querella del Polisario, incluidos de manera evidente, tomando cuidado con celo, que los beneficios de los acuerdos   redunden, esta vez de manera inequívoca y solemne, en beneficio de la población del Sáhara. Además, consultando con los representantes de la población elegidos democráticamente, elemento esencial del que el movimiento armado Polisario carece y no puede ostentar, son los criterios del Derecho Internacional que formuló el consejero jurídico de las NNUU, el señor Corell y las partes tomaron en cuenta.

Como consecuencia de lo que precede, y como conclusión de ello, queda claro  y evidente que Marruecos no es considerado por la comunidad internacional “potencia militar ocupante”, como pretende la organización político militar Polisario, puesto que  su Ejército entró de manera pacífica y fue recibido a las puertas de El Aaiún por el general Salazar en representación del Gobierno de España, a raíz de los acuerdos de Madrid (14 de noviembre 1975) establecidos conforme a la Carta de las Naciones Unidas y a instancias del Consejo de Seguridad. Estos acuerdos fueron depositados ante la Secretaría General de la ONU y de los que la misma Asamblea General tomó nota al mes siguiente del mismo año.

Lo que sí hubo, que silencia el movimiento armado Polisario, es el intento de ocupación militar, pero por parte del Ejército argelino con su Polisario. Es oportuno recordar que, a raíz de la entrada pacífica y acordada del Ejército marroquí en el Sáhara, este se encontró con centenares del Ejército argelino al este del territorio intentando instalar a las bandas armadas del Polisario en puntos estratégicos y, al mismo tiempo, conduciendo a punta de fusil a la población saharaui para alimentar los campamentos de Tindúf. Las fuerzas argelinas fueron desalojadas y unos trescientos militares han sido hechos prisioneros y puestos en libertad años después. 

Es la triste historia de unos hechos que nunca debieron ocurrir, para nunca contar. Lamentablemente los principales causantes de manera primaria culpan siempre a todo el mundo sin asumir nunca las consecuencias de sus actos, ni asumir sus responsabilidades. Inconscientes del paso del tiempo, viven y se alimentan de las mentiras y falacias en la nube de una virtual república desértica, dispuestos a seguir otros cuarenta años más, según sus declaraciones. Pero solo lograrán seguir vegetando y viviendo en la ficción.