Réquiem por Venezuela

José María Bartol Espinosa
Pie de foto: Los venezolanos se ven obligados a sufrir largas colas ante el desabastecimiento
No les voy a hablar de la capacidad intelectual de sus gobernantes, de los videos que recorren las redes de internet con la violencia callejera y miseria doméstica que sufren sus habitantes, tampoco de las relaciones estaduales con un novicio partido político español. Para eso ya tenemos a las televisiones machacando diariamente. Contaré de Venezuela.
Ese País bendecido por la mano del Creador y los hados que disgregaron el macro continente Pangea. 29 millones de habitantes para casi un millón de km2 con 67% de mestizaje entre españoles, indígenas y africanos. Con una climatología benigna (18-29°). Uno de los 17 países mega diversos del mundo, paraíso geomorfológico, perla del Caribe de contrastes extremos, desde nevadas cumbres andinas a selvas amazónicas, 1.700 km de blancas y arenosas playas coralinas, hermosos parques isleños, Los Roques, Morrocoy. La maravilla de Isla Margarita, el espectácular Parque de Canaíma, etc. etc…
Venezuela posee el subsuelo más rico del mundo, primera reserva mundial de petróleo y gas, diariamente extrae (o extraía hasta hace muy poco) 2,4 mill. de barriles diarios, solo en la Faja del Orinoco se esconden 1,36 billones de barriles de petróleo crudo pesado. El precio del litro de gasolina es (o era hasta hace muy poco) el más bajo del mundo 0,04 dólares. Miembro fundador de la OPEP, posee también minerales abundantes como hierro, carbón, bauxita, oro, fosfatos etc.etc.
A pesar de que el 51,6 % del PIB proviene de la industria, la última generación de gobernantes políticos vive empeñada en una lucha absurda con el gigante del norte, los EEUU que han sido su principal comprador y proveedor de todo cuanto han precisado.
Venezuela en la década de los 50, se dedicaba a comprar oro por valor de 280 mill. de dólares creando una de las mayores reservas de Latinoamérica, tenía superátvit fiscal, envidiable estabilidad de precios y tipo de cambio con una inflación anual acumulada sin superar el 2%. Carecía de deuda externa, revaluación contínua de la moneda, el bolívar era la moneda más estable del continente y en 1956 superaba el valor del dólar. Gozaban de un 10% de crecimiento interanual de ingreso nacional, era la primera potencia económica de Latinoamérica, tercera del Continente y llegó a ser la sexta mundial.
En la actualidad, Venezuela es ejemplo paradigmático de cómo una Administración inepta, corrupta y populista puede llevar a la ruina una nación privilegiada. La población soporta la inflación más alta del mundo con el 141%, expertos economistas dicen que la situación es aún peor que los indicadores del Banco Central de Venezuela y que la inflación real es del 400%, aventurando para 2017 el 2.000%. El ahorro nacional no existe, hace tiempo que se hundió, el coste de la vida sufrió un incremento del 75%, se ha perdido la inversión extranjera, 1.500 empresas fueron expropiadas de las cuales el 90% de ellas están en perdidas irrecuperables, se fomenta el ataque continuo al sector privado al tiempo que se procede a una expansión exponencial del público. La inseguridad ciudadana se enseñorea por doquier convirtiendo a Venezuela en el segundo país con más crímenes del mundo y el horroroso honor de mantener a Caracas, su capital, como la ciudad mas peligrosa del Planeta con la mayor tasa de muertes violentas. El déficit camina hacia el 20% pero lo arreglan imprimiendo billetes sin parar con lo que se ha provocado el hundimiento de la moneda local (causa principal de la inflación disparada). La caída del PIB es del 8%, los funcionarios trabajan 2 jornadas a la semana por cortes de luz en un país donde hasta hace poco era autosuficiente en suministro energético. El deterioro es tal que, el Gobierno ha decretado hace unas semanas “emergencia económica” durante 60 días, nadie sabe muy bien en que consiste ese “estado de emergencia” para las familias que apenas comen desde hace meses. No creo que signifique gran cosa. La Administración caótica sigue lamentando causas exógenas culpando a gobiernos de otros países que le son hostiles, dicen.
Es el pueblo venezolano quien puso a esos gobernantes y deben ser ellos quienes los destituyan, la metodología del cambio drástico es lo que se discute en el día a día. La tristeza es lo que invade a todo observador cuerdo, esa tristeza es la que me hace dedicarles un Réquiem a Venezuela y a todos los venezolanos de buen corazón que amen su país :
“Te ofrezco Patria mía, la labor que voy a hacer durante todo el día, para que te pongas en camino de ser perfecta; yo no regatearé fatiga a mi tarea hasta acabarla con perfección, si no hacemos eso no lograremos nada. Todo lo que llegue nacerá traspasado de muerte con ese frio del telar en que duermen las lanzaderas. No hay otro remedio que aplicarse cada cual en lo suyo, a la dulce esclavitud del trabajo diario”
Estas hermosas palabras no son mías, sino de un gran español, un político poeta que murió fusilado e incomprendido en los albores de la Guerra Civil española. Donde dice Patria, póngase la nación amada por cada uno, y donde dice telar, escríbase refinería, comercio, fabrica, granja, etc...
Yo invito a todo ese fantástico y sufrido pueblo venezolano a rezar la que debería ser nuestra oración de todas las mañanas de cada día que les reste dé vida. Henchir el pecho oprimido por el orgullo esclavizado de las últimas décadas y no cejar hasta que su magnifica Patria, salga del atolladero en la que todos y cada uno de ellos -unos más que otros- la han metido. Yo también rezaré para que jamás os acometa el desaliento. ¡Viva Venezuela!.