El país del Golfo calienta motores en una cita futbolística que sirve de piedra de toque para la próxima organización del Mundial de Fútbol de 2022 y en la que participan por primera vez tres equipos árabes, con el favoritismo del Liverpool inglés

Arranca en Qatar el Mundial de Clubes

photo_camera REUTERS/CARL RECINE - Mohamed Salah del Liverpool con el trofeo tras ganar la final de la Liga de Campeones en el Wanda Metropolitano, Madrid, España - 1 de junio de 2019

Comienza en Qatar el Mundial de Clubes auspiciado por la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA); servirá de preparación para la próxima organización del Mundial de Fútbol, que se disputará en tierras qatarís en el año 2022, y por primera vez en la historia incluye a tres equipos árabes en una misma edición. La competición que coronará al mejor equipo de entre los actuales campeones de todos los continentes se desarrollará en Doha y tiene al equipo inglés del Liverpool, actual campeón de la Champions League europea, como principal favorito. 

Esta cita balompédica enfrenta a los campeones de todas las federaciones continentales y al vigente ganador de la competición nacional del país organizador, en este caso Qatar. Y, por primera vez en la historia de la competición, tres representantes del fútbol árabe participan en el torneo: el Al-Sadd qatarí, el Espérance de Túnez y el Al-Hilal de Arabia Saudí.

El Al-Sadd juega en esta ocasión por ser el campeón del país anfitrión del Mundial de Clubes, y su estrella está curiosamente en el banquillo, el mito del FC Barcelona y de la selección española Xavi Hernández, que colgó las botas en esta formación y que ahora se encarga de la dirección técnica. 

Mientras, el Al-Hilal arriba como campeón de Asia, después de haber ganado la final de la Champions asiática ante el Urawa Red de Japón por 3-0, devolviendo el cetro a un país árabe después de unos años de dominio japonés y coreano; este de 2019 suponía su tercer entorchado continental tras los logrados en 1986 y 2000, gracias a la aportación de sus máximas estrellas atacantes, el italiano ex de la Juventus de Turín Sebastian Giovinco y el francés ex del Olympique de Lyon Bafetimbi Gomis. 

Por su parte, el Espérance tunecino se ganó el derecho a estar en el Mundial de Clubes después de ganar la Liga de Campeones africana por cuarta vez en su historia tras superar en la final al Wydad Casablanca de Marruecos. 

El Mundial de Clubes supondrá una prueba para la capacidad organizativa de Qatar respecto a eventos futbolísticos de cara al gran reto que significará el Mundial de Fútbol de selecciones nacionales, a disputar en 2022. Este Mundial de Clubes es lógicamente un torneo de menor envergadura, pero sí dará muestra de cómo se desenvuelve a nivel organizativo el anfitrión qatarí en una cita internacional relacionada con el deporte rey. 

El primer encuentro es el que disputarán el Al-Sadd de Qatar y el Hienghène Sport de Nueva Caledonia este miércoles a las 18:30, hora española, en el estadio Jassim bin Hamad de Doha. De este enfrentamiento saldrá la escuadra que se mida ya en cuartos de final al Monterrey, campeón mexicano y vigente ganador de la Liga de Campeones de la Confederación de Fútbol de Centroamérica, Norteamérica y Caribe (CONCACAF); en un duelo a dirimir el próximo 14 de diciembre, también en el recinto del Jassim bin Hamad.

En ese mismo terreno de juego y el mismo día también se disputará el otro partido de cuartos que jugarán el Al-Hilal saudí y el Espérance tunecino.

Los vencedores de estas eliminatorias pasarán a la ronda de semifinales donde están clasificados ya de oficio las dos grandes atracciones de la competición, el equipo inglés del Liverpool, actual campeón de la Liga de Campeones europea, y el Flamengo brasileño, actual poseedor de la Copa Libertadores sudamericana. 

El ganador del Al-Hilal-Espérance se las tendrá que ver contra el conjunto carioca el día 17 de diciembre y el que salga victorioso del enfrentamiento entre el Monterrey y el vencedor del Al-Sadd-Hienghène (previsiblemente el equipo qatarí) jugará contra el conjunto de Anfield Road el día 18 de diciembre. Ambos encuentros ya tendrán lugar en el estadio Khalifa International, la gran joya de la infraestructura deportiva y futbolística de Doha, la capital de Qatar. El también conocido como Estadio Nacional es la sede oficial donde juega sus partidos la selección nacional de este país de Oriente Medio y alcanza un aforo de 50.000 espectadores. En el Khalifa International también se celebrará el partido por el tercer y cuarto puesto, el día 21 de diciembre a las 15:30 horas, y la finalísima, esa misma fecha a las 18:30. 

El equipo británico entrenado por el alemán Jürgen Klopp es el gran favorito para llevarse el título y suceder así al actual campeón, el Real Madrid CF, que venció la pasada edición del Mundial de Clubes de 2018 jugado en Emiratos Árabes Unidos tras imponerse en la final a la sorprendente escuadra emiratí del Al-Ain. Y es que sigue habiendo una gran diferencia entre los todopoderosos equipos europeos y el resto de las formaciones de otros continentes, que tienen menos poderío económico para retener en sus plantillas a los futbolistas de mayor calidad. Solamente el representante de Sudamérica es el que suele hacer más sombra al candidato europeo en esta cita mundial de clubes. 

El senegalés Sadio Mané, los brasileños Roberto Firmino y Alisson Becker, el egipcio Mohamed Salah y el holandés Virgil Van Dijk esperan confirmar la esperada supremacía de su equipo y dar el título al Liverpool después del gran éxito cosechado la temporada anterior al ganar la Copa de Europa en la final disputada ante el también equipo inglés del Tottenham Hotspurs. 

Únicamente, salvo sorpresa mayúscula como la del año pasado con el Al-Ain, se espera que haya una oposición algo seria en el representante de América del Sur, en este caso el Flamengo, entrenado por el portugués Jorge Jesús y comandado en el terreno de juego por sus figuras más importantes, como los brasileños Diego Alves en la portería, Rafinha, Filipe Luis, Diego, Reinier y Gabriel Barbosa, apodado como ‘Gabigol’ y gran protagonista de la final de la Libertadores ya que con sus dos goles alzaron el título ante el River Plate de Argentina; y con la ‘nota exótica’ en este caso de la presencia en la plantilla del defensor español Pablo Marí.

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