Por primera vez desde 2010 las ventas al exterior perdieron peso en el PIB, es decir, crecieron menos que el resto de la economía.

Desaceleración económica e incertidumbres debilitan el sector exterior español

El comercio exterior español se enfría. Los datos del informe que elabora mensualmente la Secretaría de Estado de Comercio, correspondientes al primer semestre del año, muestran que las exportaciones españolas de bienes crecieron apenas un 1,7% entre enero y junio, hasta los 147.408 millones de euros. Una cifra que es 1,1 puntos inferior a la tasa del mismo periodo de 2018, que fue de 2,9%.

Por su parte, en los primeros seis meses del año, las importaciones crecieron un 1,6% con respecto al mismo periodo del año pasado, hasta los 162.120 millones de euros. Esto incremento es 3,3 puntos inferior que el del primer semestre de 2018, que fue del 5,0%.

De esta forma, el déficit comercial de España alcanzó en el periodo los 14.711,8 millones de euros, un 0,9% más que el registrado en la primera mitad de 2018. Por tanto, la tasa de cobertura se situó en el 90,9%, apenas 0,1 puntos porcentuales más que la de enero-junio de 2018.

En concreto, el saldo no energético arrojó un déficit de 2.587,1 millones de euros, superior al del mismo periodo de 2018 (que fue de 2.348,4 millones de euros), mientras que el déficit energético disminuyó un 0,9% hasta los 12.124,6 millones de euros.

Peor comportamiento que nuestro entorno

Al comparar los datos de España con los de otros países de nuestro entorno, vemos que en esta primera mitad del año las exportaciones españolas crecieron más que las de Alemania (donde solo aumentaron un 0,6% interanual) pero por debajo del conjunto de la UE-28 (3,0%), la zona euro (2,6%), Italia (2,7%), Francia (4,8%) o Reino Unido (2,7%). Las ventas al exterior tuvieron aún un peor comportamiento en Estados Unidos (cayeron un -0,9% interanual), China (-0,4%) y Japón (-4,7%).

Ralentización desde 2018

Este frenazo en las exportaciones ya se intuía al cierre de 2018. Por primera vez desde 2010 las ventas al exterior perdieron peso en el PIB, es decir, crecieron menos que el resto de la economía. Así, el año pasado las empresas españolas vendieron fuera de nuestro país bienes por valor de 292.063,2 millones de euros, un 3,17% más que en 2017. Sin embargo, su peso en el PIB se redujo del 24,27% al 24,17%.

También la balanza comercial empeoró el año pasado, al aumentar más las importaciones (un 5,6%, hasta los 318.863,9 millones de euros) que las exportaciones. De esta forma, el déficit comercial alcanzó los 33.840 millones de euros, un 36,8% más que el registrado en 2017 (24.744,3 millones).

El año pasado las empresas españolas vendieron fuera de nuestro país bienes por valor de 292.063,2 millones de euros, un 3,17% más que en 2017. Sin embargo, su peso en el PIB se redujo del 24,27% al 24,17%

Planta industrial

Análisis por sectores

Tres de los cuatro principales sectores de la exportación española tuvieron un comportamiento positivo en estos primeros seis meses de 2019. Los bienes de equipo, cuyas exportaciones representan el 20,5% del total, aumentaron un 6,7% interanual; las ventas de alimentación, bebidas y tabaco, que suponen el 16,7% del total, crecieron un 3,5% interanual; y las exportaciones de productos químicos, que representan el 14,4%, aumentaron un 2,2% interanual. Por el contrario, el sector automóvil, con el 15,8% del total, lastró las exportaciones en el periodo, al caer sus ventas al exterior un 5,7% interanual.

En cuanto a las importaciones, los principales sectores en términos de peso sobre el total fueron el de bienes de equipo (sus importaciones representaron el 21,3% del total y subieron un 4,5% interanual), productos químicos (16,1% del total y ascendieron un 6,7% interanual), productos energéticos (14,0% del total y aumentaron un 0,6% interanual) y sector automóvil (13,2% del total y decrecieron un 2,5% interanual).

Análisis geográfico

Por áreas geográficas, las exportaciones españolas aumentaron un 1,5% en nuestro principal mercado, la Unión Europea, cuyos países son el destino del 66,4% de los bienes exportados. Las ventas a la zona euro crecieron un 1,1%, mientras que las destinadas al resto de la UE se incrementaron un 2,6%. Destaca el incremento de las exportaciones a Portugal (4,8%), Reino Unido (1,5%), Alemania (1,4%), Italia (1,1%) y Francia (0,5%).  En cuanto al resto de Europa es reseñable el dato negativo de exportaciones de bienes a Turquía, que se redujeron un 25,9%.

Las ventas a terceros destinos suponen ya el 33,6% del total, y se incrementaron un 2,2% interanual en estos primeros seis meses de 2019. De relevancia los incrementos de exportaciones a América del Norte (10,6%), Asia excluido Oriente Medio (8,9%), África (5,0%) y Oceanía (2,9%). Sin embargo, ha habido retrocesos en Oriente Medio (-13,4%) y América Latina (-2,0%).

Por países, en los primeros seis meses de 2019 destacaron positivamente los aumentos de exportaciones a Singapur (117,5%), Nigeria (53,7%), Canadá (28,7%), Corea del Sur (26,5%), Sudáfrica (23,0%), Emiratos Árabes Unidos (17,5%), Indonesia (14,5%), Egipto (11,7%), Estados Unidos (6,7%) y Marruecos (0,8%). Por la parte negativa, cayeron las exportaciones a Argentina (-37,7%), Arabia Saudí (-19,1%), México (-5,9%) y Perú (-3,9%).

Imagen puerto

Las exportaciones españolas aumentaron un 1,5% en nuestro principal mercado,  la Unión Europea, cuyos países son el destino del 66,4% de los bienes exportados

Desigual comportamiento por comunidades

Esta primera mitad de año está arrojando comportamientos desiguales en las distintas comunidades autónomas. 12 de ellas han aumentado sus ventas al exterior en el periodo, especialmente Principado de Asturias (33,7%), seguida por Cantabria (19,6%) y Aragón (12,9%), y cinco las han reducido, sobre todo Galicia (un -10%), Castilla y León (-9,6%) e Illes Balears (-8,7%).

Cataluña sigue siendo la comunidad más exportadora, con un 25,4% del total, y un incremento del 2% interanual. Andalucía, la segunda comunidad que más exporta, con el 11,6% del total, vendió un 0,8% menos en el periodo, y Comunitat Valenciana, la tercera en el ránking (con el 11% del total), aumentó sus exportaciones en un 2,7%.

La comunidad con la mayor contribución positiva a la tasa de variación anual del periodo (1,7%) fue Madrid, con 0,6 puntos porcentuales, cuyas exportaciones representaron el 10,4% del total y crecieron un 6,2% interanual.

En quinta posición se sitúa el País Vasco, cuyas exportaciones suponen el 8,9% del total, y crecieron en este semestre apenas un 0,8% interanual.

Galicia, que representa el 7,1% del total de exportaciones (la sexta en el ránking), fue la comunidad con la mayor contribución negativa a la tasa de variación interanual, -0,8 puntos, seguida de Castilla y León con -0,5 puntos (5,0% del total).

Los indicadores siguen en positivo

El informe que elabora la Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial de la Secretaría de Estado de Comercio a partir de los datos de comercio declarado del Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria no es la única fuente de información que permite hacernos un día del estado en que se encuentra el comercio exterior español. 

La propia Subdirección General de Estudios y Evaluación de Instrumentos de Política Comercial publica trimestralmente la Encuesta de Coyuntura de la Exportación. La del segundo trimestre de 2019, la última conocida, sigue aportando valores positivos en relación a la percepción que las empresas exportadoras tienen sobre el comportamiento de su cartera de pedidos.

Así, el Indicador Sintético de Actividad Exportadora (ISAE) -que resume la información proporcionada por las empresas entrevistadas sobre la evolución de su cartera de pedidos de exportación en el trimestre de referencia y las perspectivas a tres y doce meses- se sitúa en 8,7 puntos. Los valores positivos del ISAE indican una mejor percepción de la actividad exportadora y/o de las previsiones. Esta percepción moderada está vinculada al contexto complejo e incierto en que se desarrolla el comercio internacional.

Los tres factores más citados en esta encuesta por las compañías españolas, por su influencia positiva sobre la actividad exportadora, siguen siendo la evolución de la demanda externa, la competencia en calidad y la disponibilidad de los recursos humanos adecuados para la exportación. Por el contrario, la competencia internacional en precios, el precio de las materias primas y el precio del petróleo han sido los dos factores más mencionados por su influencia negativa.

Perspectiva industrial

Es cierto que el ISAE del segundo trimestre de 2019 sigue en valores positivos, pero es significativo que, a pesar de una ligera alza en el primer trimestre (cuando anotó 10,3 puntos), lleva cayendo desde finales de 2017 (cuando alcanzó los 25,8 puntos).

Otro indicador que puede ayudar a situarnos es el Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI) que elabora Amec, la asociación de las empresas industriales internacionalizadas. La asociación entendía que medir la internacionalización solo a partir del valor de las exportaciones o del número de empresas exportadoras presentaba limitaciones, por lo que decidió crear un índice compuesto por 19 indicadores cualitativos y cuantitativos a través del cual recoger de forma sintética la fortaleza y robustez de la internacionalización de la economía. El último dato conocido, correspondiente al cierre de 2018, sigue siendo positivo. De hecho, muestra una mejora de la solidez de la internacionalización de la economía española con un incremento del 6,20% respecto al año anterior, alcanzando un nivel de 7,268 puntos sobre 10.  

Los expertos coinciden: ante la ralentización del comercio exterior, reformas e innovación

Desaceleración es la palabra más repetida por los expertos para valorar la situación del comercio exterior español. “La ralentización de las exportaciones es una tendencia que viene ya desde comienzos del año pasado. España está perdiendo cuota de mercado en el comercio mundial”, señala Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles. “El sector exterior español se resiente de la desaceleración de la economía mundial y, en especial, de algunos de los principales mercados de exportación. Los intercambios internacionales se contraen y ello afecta a una economía muy abierta como la española”, añaden desde el Círculo de Empresarios, que vaticina que la tendencia se mantendrá en los próximos meses.

Desde la CEOE, aunque califican la situación actual del comercio exterior español como positiva, en comparación con hace una década, reconocen que la desaceleración de las economías europeas y el aumento de la incertidumbre están debilitando nuestras exportaciones”. Así lo expone Marta Blanco, presidenta de CEOE Internacional, quien explica que nuestras exportaciones “continúan muy concentradas en la zona euro, por lo que quedan muy supeditadas a la evolución de nuestros vecinos comunitarios”.

Joan Tristany, director general de AMEC (Asociación de las Empresas Industriales Internacionalizadas), se muestra algo más positivo: “España goza de buena salud exportadora. El Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI), que elabora de forma anual amec, obtuvo una puntuación del 7,26 sobre 10 en 2018, lo que supone una mejora del 6,2 % respecto al año anterior, a pesar de las barreras comerciales y de la ralentización del crecimiento de las exportaciones”. En la misma línea, Jaime Montalvo, director de Internacional de la Cámara de Comercio de España, subraya que el peso de nuestras exportaciones en el PIB ha crecido hasta el 34% “lo que nos sitúa, de acuerdo a este indicador, en segundo lugar, entre las grandes economías europeas, tan solo detrás de Alemania”. Sin embargo, Montalvo sí reconoce que “las nuevas tensiones comerciales y la desaceleración económica global están repercutiendo negativamente sobre la evolución reciente y perspectivas a corto y medio plazo”.

Desaceleración es la palabra más repetida por los expertos para valorar la situación del comercio exterior español​

Las causas

Los expertos citan varias razones como causas de esta desaceleración de los intercambios comerciales internacionales: en especial, la disminución de la demanda de nuestros principales mercados, como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido; pero también, aunque en menor medida, la incertidumbre que genera el Brexit; o los efectos indirectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.  

“El Brexit ha supuesto una desaceleración de la economía británica y una depreciación de su moneda que, sin duda, se ha dejado notar en las exportaciones de nuestros productos al Reino Unido”, explica la presidenta de CEOE Internacional. Por su parte, las políticas proteccionistas de EEUU y China han afectado directamente a algunos sectores en España, “como la aceituna o el acero”. “A esto hay que añadir la posibilidad creciente de que EEUU decida imponer aranceles a las importaciones de vehículos desde la UE, lo que agravaría la actual crisis del sector automovilístico”, añade Marta Blanco.

Actividad comercial

Además de la contracción del crecimiento en nuestros principales mercados de exportación, la guerra comercial entre las dos potencias mundiales o la salida del Reino Unido de la UE, desde el Círculo de Empresarios y el Club de Exportadores apuntan a un factor más: la inestabilidad política en España. “Todos los factores señalados están contribuyendo a la desaceleración de nuestras exportaciones, pero a ellos se suma, de forma muy sobresaliente, a nuestro juicio, la ausencia de un Gobierno estable en España que afronte una agenda reformista en materia económica y empresarial que revitalice la exportación y la internacionalización de nuestro tejido productivo”, razona Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores. En la misma línea, desde el Círculo de Empresarios opinan que la falta de Gobierno “contribuye a aumentar esa incertidumbre, especialmente sobre la política económica y el marco regulatorio futuro, lo que repercute negativamente en la inversión, el crecimiento y el empleo”.

¿Cómo revertir la situación?

Lograr que las compañías españolas salven con éxito esta fase de desaceleración del comercio internacional pasa por generar un entorno de negocios favorable al crecimiento y el desarrollo empresarial. “Para ello es necesario poner en marcha reformas estructurales que permitan elevar la competitividad del modelo productivo español en ámbitos como el laboral, fiscal o educativo. La competitividad es una condición necesaria para la internacionalización”, recalcan desde el Círculo de Empresarios

El Club de Exportadores hace referencia también al actual marco regulatorio que “adolece de rigideces que atenazan el día a día de nuestra economía”. Se refieren a los obstáculos que impiden que las empresas ganen tamaño para poder encarar procesos de innovación o internacionalización. “La realidad es que nuestras empresas son un 22% más pequeñas que la media de la UE. A las empresas les compensa seguir siendo pequeñas para no tener que enfrentarse a una serie de requisitos y rigideces legales”, apuntan. Los elevados precios de la energía, la necesidad de más recursos en I+D+i o una reforma del sistema educativo “con el fin de aproximar los contenidos formativos a las exigencias del mercado”, son otras de las propuestas del Club de Exportadores para mejorar la internacionalización de la empresa española.

Marta Blanco, presidenta de CEOE Internacional, también aboga por reforzar el papel de la Organización Mundial de Comercio que contribuye “a disciplinar los intercambios comerciales y respetar las reglas del juego, de forma que se reduzcan la incertidumbre y la inestabilidad en los mercados, elementos fundamentales para abordar estrategias de internacionalización”. Ya en un ámbito interno, desde la CEOE piden a la administración “que adopte medidas en ámbitos como la fiscalidad internacional, la financiación o la movilidad internacional de trabajadores”.

Ante la aparición de nuevas barreras al comercio, desde amec reclaman medidas: “Hay algunas que pueden ser internas, de nuestra economía, y hay que trabajar para alinearlas. También hay las barreras de destino. Las administraciones deben contribuir a su identificación facilitando la información a las empresas para que puedan conocerlas. Y obtener posiciones que disminuyan estas barreras, cosa que atañe a la UE”, explica Tristany.  Y ante el retroceso en la intensidad tecnológica de las exportaciones españolas, el director general de AMEC ve necesario un Plan Renove que modernice la capacidad productiva del país.  “Estamos en la industria 4.0, si nuestros equipos productivos siguen siendo los mismos del siglo pasado, el resto de países, que sí hagan este cambio y transformación nos pasarán por delante”, subraya.

Los retos de futuro

Mejorar la competitividad apostando por la innovación es la receta de los expertos para que las empresas exportadoras puedan afrontar los retos del futuro. Así, “inversiones en investigación, desarrollo, innovación, digitalización, talento o marca son algunos de los factores que permiten elevar el valor añadido y posicionar los bienes y servicios en los segmentos que corresponden a una economía del nivel de desarrollo de la española”, señalan desde el Círculo de Empresarios. Un consejo similar hace Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores: “en esa búsqueda de una mayor productividad, las empresas tienen que apostar por la innovación, tanto en materia de productos y servicios como en procesos, y deben buscar un posicionamiento basado tanto en el diseño como en la marca”.

Adaptarse a los cambios geopolíticos “que tienen implicaciones en las reglas del comercio” y a la “imprescindible” transformación digital es la recomendación de AMEC para la empresa que quiera tener éxito en su internacionalización.

Mejorar la competitividad apostando por la innovación es la receta de los expertos para que las empresas exportadoras puedan afrontar los retos del futuro

Por su parte, Marta Blanco se refiere a la “importancia de consolidar posiciones e identificar oportunidades, en mercados y sectores donde ya están presentes y en nuevos mercados. Al mismo tiempo, la necesidad de competir incorporando la innovación, la digitalización, la tecnología y la sostenibilidad en sus estrategias de internacionalización”.

Jaime Montalvo, director de Internacional de la Cámara, aconseja también “dedicar medios a la preparación ante contingencias y riesgos como los que genera el Brexit, o el aumento del proteccionismo a nivel mundial”, así como “aprovechar las oportunidades que brindan los nuevos acuerdos comerciales suscritos por la UE”. Como concluye el propio Montalvo, la exportación siempre supone dificultades, pero las empresas españolas pueden y deben apostar por la internacionalización.​

Más en Economía y Empresas