El líder de Daesh murió en la última operación militar de Estados Unidos en el noroeste de Siria

Donald Trump confirma la muerte de Al-Baghdadi

Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, anunció en un discurso a la nación desde la Casa Blanca la muerte oficial de Abu Bakr al-Baghdadi, cabecilla de Daesh, tras la última operación militar estadounidense llevada a cabo al noroeste de Siria durante la pasada madrugada. 

"Abu Bakr al-Baghdadi está muerto", informó un orgulloso Trump ante la nación. "Anoche EEUU hizo justicia con el terrorista número uno del mundo", agregó el dirigente del gigante norteamericano flanqueado por las banderas de su país y de las Fuerzas Armadas nacionales en la sala diplomática de la residencia presidencial. 

Finalmente, se confirmó que Al-Baghdadi se suicidó con un chaleco explosivo al final de un túnel en el edificio en el que se refugiaba llevando consigo tres niños (que resultaron también muertos), tras ser perseguido durante la acción de los comandos estadounidenses que materializaron la operación en la provincia de Idlib, al noroeste del territorio sirio, muy próxima a la frontera con Turquía. "Murió como un perro, como un cobarde", subrayó el presidente norteamericano ante la manera en que falleció definitivamente uno de los terroristas más buscados del mundo, por el que la Administración norteamericana había puesto 25 millones de dólares como precio a su cabeza. El cuerpo de Al-Baghdadi fue seriamente mutilado por la deflagración, pero las pruebas practicadas confirmaron su identificación.

Trump felicitó a las fuerzas especiales y los servicios de inteligencia estadounidenses por una "operación muy, muy peligrosa", que, según medios de comunicación norteamericanos como Newsweek, había sido aprobada por el líder republicano un par de semanas antes de su ejecución, después de que la inteligencia norteamericana lograse localizar el punto exacto donde estaba escondido Al-Baghdadi.

El mandatario agradeció, asimismo, la colaboración de Turquía, Rusia, Siria, Irak y los kurdos para localizar al jefe de Daesh. Trump señaló que “Rusia fue muy buena”. “Les avisamos de que íbamos a entrar”, explicó el presidente aludiendo a las autoridades rusas, aliados preferentes de la Siria de Bachar al-Asad en el conflicto bélico que se vive en el país árabe. Se estima que servicios de inteligencia y seguridad iraquíes ayudaron a dar con el paradero de Al-Baghdadi en Idlib, donde el Ejército sirio del presidente Bachar al-Asad había ya progresado considerablemente cercando a un gran número de elementos yihadistas. 

El líder de Daesh ha caído definitivamente tras la ofensiva militar ejecutada por Estados Unidos esta madrugada contra un grupo relacionado con Al Qaeda y con miembros de la organización terrorista Daesh en Barisha, enclave radicado en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria. En el operativo dispuesto, un escuadrón de ocho helicópteros pertenecientes a la coalición internacional comandada por EEUU protagonizó un ataque que duró un par de horas contra las posiciones de Hurras al-Din (Guardianes de la Religión), grupo yihadista que se escindió de la antigua rama de Al Qaeda en Siria, cuando esta tomó el nombre de Frente de Conquista del Levante (anteriormente conocido como Frente al-Nusra), y que se encuentra asentado en la provincia de Idlib, al oeste de la ciudad de Alepo. 

Fotografía de archivo de Abu Bakr al-Baghdadi

Idlib se constituye en el último bastión rebelde que queda en Siria y que sigue siendo asediado por el régimen de Al-Asad, el cual es apoyado por Rusia, país que ocupó las zonas abandonadas por Estados Unidos tras la decisión de la Administración Trump de abandonar la zona de la frontera entre Siria y Turquía donde estaban desplegadas sus tropas, tras un acuerdo al que se llegó con Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía. El principal anhelo de Erdogan era sacar de la zona de seguridad entre Turquía y Siria a las milicias kurdosirias de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en turco), que constituyeron una ayuda inestimable para los norteamericanos en la lucha contra el terrorismo yihadista sobre el terreno, y que finalmente recibieron el apoyo de Siria y Rusia.

Donald Trump fue muy criticado por el opositor Partido Demócrata estadounidense y, también, por amplios sectores del Partido Republicano al que pertenece por haber dejado abandonados a su suerte a los kurdosirios y por haber cedido a las pretensiones de Turquía, sin recibir contraprestación ninguna, y haber claudicado ante rivales políticos como Rusia, Siria e, incluso, Irán (aliado de Al-Asad).

La retirada de EEUU de la frontera con Siria dejó a los kurdos a merced del Ejército turco, que llevó a cabo una operación militar contra estos en la zona de seguridad que se había acordado con Estados Unidos entre Siria y Turquía, ofensiva que fue suspendida con un alto el fuego de cinco días tras el acuerdo alcanzado por el presidente otomano Erdogan con Mike Pence, vicepresidente de EEUU, y Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, en la reunión que protagonizaron en la capital turca de Ankara. 

Los 1.000 soldados norteamericanos que estaban desplegados pusieron rumbo a Irak, donde el Ejecutivo de Adel Abdul-Mahdi alertó que la presencia de estos debería ser temporal y no permanente, por lo que tendrían que abandonar rápidamente territorio iraquí. 

Tras estas idas y venidas, ahora, Donald Trump se ha ‘cobrado la pieza’ de Al-Baghdadi; efectivamente, uno de los terroristas yihadistas más buscados del mundo por haber sido durante años la cabeza visible de Daesh, la mayor organización terrorista en el mundo, según la propia Administración norteamericana. Desde el Ejecutivo estadounidense también se ha recordado que hace unas semanas se acabó con la vida de Hamza bin Laden, el heredero del puesto en Al Qaeda de su padre Osama bin Laden, fundador de esta organización terrorista. 

El Ejército de EEUU ya había recordado el pasado mes de junio que el noroeste de Siria “sigue siendo un refugio seguro, donde los líderes de Al Qaeda en Siria coordinan activamente sus actividades terroristas, incluida la planificación de ataques en toda la región y en Occidente”. 

Con Al-Baghdadi cae un dirigente terrorista que ha atraído a sus filas a numerosos estadounidenses y europeos, incluidos españoles, y ha ideado programado terribles atentados sufridos en ciudades como París y Barcelona en los últimos años. El líder de Daesh acumuló tanto poder entre Irak y Siria que en 2014 llegó a proclamar el Califato, llegando a tener su propia organización administrativa y moneda. 

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