Diversas personalidades valoran positivamente el documento firmado en febrero por el Papa y el imán de Al-Azhar durante la convención religiosa celebrada en Madrid

El documento de Abu Dhabi, protagonista en Paz Sin Fronteras

“Una manifestación del espíritu divino”. Así ha caracterizado Vittorio Ianari, moderador de la mesa redonda, el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común. El escrito fue firmado en febrero de este año por el papa Francisco y Ahmed al-Tayeb, imán de la mezquita cairota de Al-Azhar. Se percibió, entonces, como un paso adelante en favor de la tolerancia y la estabilidad mundial. En el acto presentado en Madrid por la comunidad católica de Sant’Egidio, todos los ponentes han alabado el espíritu de la iniciativa, no sin reconocer la necesidad de nuevas medidas más concretas que vayan en la misma dirección.

Sin contar al moderador, el panel ha estado compuesto por cuatro representantes de las confesiones cristianas -tres de ellos católicos-, dos periodistas especializados en temas de religión -el italiano Antonio Ferrari y el británico Austen Ivereigh- y el pensador indio Sudheendra Kulkarni. El escenario de sus comparecencias ha sido la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Comunidad de Sant'Egidio

Ianari se ha encargado de presentar a los demás miembros de la mesa redonda. En su introducción, ha querido destacar los valores de reciprocidad, misericordia y encuentro que rodearon a la firma de la declaración. Ha calificado como una “puerta abierta para todos”, también para los no creyentes, el espíritu manifestado por las instituciones parte -Iglesia Católica y Consejo Musulmán de Ancianos.

El discurso más puramente religioso ha corrido a cargo de Henri Teissier, arzobispo emérito de Argel y gran conocedor de la turbulenta segunda mitad del siglo XX en el país norteafricano. Precisamente, ha destacado la iniciativa ‘Vivre ensemble’ (vivir juntos) impulsada por la Administración colonial francesa durante los años 50 como modelo de convivencia. Su intervención ha estado salpicada de referencias a la Biblia y al Corán. Se ha referido a la fraternidad, la principal protagonista de la declaración de Abu Dhabi, como una “responsabilidad” derivada de la creación divina.

En la misma línea, ha querido incidir Miguel Ángel Ayuso, obispo de Sevilla -recientemente designado cardenal por Francisco- y presidente del Consejo Pontificio de Diálogo Interreligioso. Ayuso, miembro del Alto Comité creado ad hoc para la aplicación del contenido del texto, ha remarcado que sus premisas constituyen una invitación a la fraternidad universal. Ha introducido la idea de búsqueda de un bien común para toda la humanidad. Sin embargo, ha advertido de que la fraternidad que inspira el documento no debe ser solamente teórica: “Abu Dhabi es un punto en el viaje; es un hito, pero deben venir más”.

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Ayuso, además, ha sido muy crítico con lo que ha llamado “un mundo deshumanizado, una cultura de la avidez”. En contraposición ha instado a dejar que el sentimiento de solidaridad sea el que guíe la acción humana. Ha puesto como ejemplo los corredores humanitarios impulsados por la comunidad de Sant’Egidio para tratar de evitar la muerte de migrantes en el Mediterráneo.

La política, sombra muy alargada

El encuentro no se ha limitado a las disertaciones sobre religión y valores. El acto ha estado imbuido de un componente político bastante destacado que ha caracterizado los discursos del resto de ponentes. Uno de los más aplaudidos ha sido el pronunciado por el pensador indio Sudheendra Kulkarni, miembro del Forum for a New South Asia. Ha resaltado las contradicciones del mundo globalizado y ha criticado con fiereza la oleada nacionalista que ha sobrevenido en numerosas democracias a lo largo de los últimos años. De hecho, se ha referido con desaprobación las recientes compras de misiles de su propio país.

En un espectro más amplio, ha condenado a los actores políticos que han convertido a las religiones en “fuerzas antitéticas de la fraternidad humana”. Kulkarni ha querido rechazar explícitamente las narrativas de nosotros contra ellos con una anécdota atribuida al sabio hinduista Ramana Maharshi. Preguntado por cómo debería tratarse a los otros, el gurú respondió sencillamente: “No hay otros”. La paz, por tanto, debe ser para todos, en tanto que la humanidad es una unidad, ha sentenciado Kulkarni. Ha reconocido que la declaración de Abu Dhabi, al que se ha referido como una “fuente de luz”, refleja dicha premisa.

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Un tema similar ha abordado el periodista británico y biógrafo del papa Francisco Austen Ivereigh, que ha calificado el viaje del pontífice a Emiratos Árabes Unidos y la firma del documento como un “salto por encima del fundamentalismo y el tribalismo”. Ivereigh ha comentado que un gesto así es necesario en tiempos de una “polarización diabólica”. Concretamente, se ha referido a la retroalimentación que se produce entre discursos islamistas radicales y el crecimiento de la islamofobia entre las poblaciones mayoritariamente cristianas. Ha asegurado que las autoridades religiosas tienen la responsabilidad de ejercer como contrapeso a estos discursos de odio.

El editorialista del Corriere della Sera Antonio Ferrari ha querido ser igualmente concreto. En una intervención apasionada, se ha deshecho en elogios hacia el papa Francisco, para quien ha pedido una ovación. “Francisco es algo totalmente nuevo… y lo está pagando”, ha afirmado, a medio camino entre la resignación y la ironía. Se ha mostrado pesimista con respecto a la situación actual de la región de Oriente Próximo. Del mismo modo, ha lamentado el desconocimiento existente del mundo cristiano hacia el musulmán. “Existe una idea del islam unívoco, sin matices que es absolutamente falsa”, ha recordado. Abu Dhabi representó, para él, un “momento mágico para creer en el diálogo”.

Asignaturas pendientes

También ha participado en la conferencia Olav Fykse Tveit, pastor luterano noruego y secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias. Ha expresado una condena firme de las mentalidades racistas y ha pedido una solución pacífica para el conflicto entre Israel y Palestina. Sin embargo, una de sus declaraciones más interesantes se ha producido cuando se ha referido al lenguaje que se utiliza para hablar de la fraternidad.

Tveit ha razonado que, puesto que se trata de una aspiración universal, la forma de expresarla ha de ser lo más amplia posible. En particular, ha dado la bienvenida a que se emplee un lenguaje más inclusivo en los discursos oficiales, para que la representación de las mujeres sea más evidente.

Al hilo de este tema, la mesa ha sido preguntada en el coloquio posterior por la ausencia de mujeres entre los ponentes. El padre Ianari, el moderador, ha admitido, de primeras, que no podía dar una buena respuesta. Más tarde, ha matizado y ha reconocido que la visibilización de la mujer en los distintos ámbitos de la mujer supone “un esfuerzo continuo”. 

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En el turno de preguntas, ha surgido repetidamente la cuestión de los pasos prácticos que deben suceder a la creación del Alto Comité para la aplicación de la declaración de Abu Dhabi. En otras palabras, cuál será la agenda más concreta a partir de ahora para que el documento no sea un brindis al sol. Los ponentes han manifestado que, efectivamente, es necesario comprometerse con lo estipulado y trasladar los principios a la acción. Austen Ivereigh ha apostado por la creatividad para llevarlo a efecto, pero ninguno de los presentes ha propuesto un enfoque concreto.  

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