Pocos días atrás se ha escuchado la voz serena y documentada de cuatro informadores extranjeros haciendo valer su experiencia profesional para explicar cómo ven nuestro país

España vista por cuatro corresponsales extranjeros

España corresponsales

Pocos días atrás se ha escuchado la voz serena y documentada de cuatro informadores extranjeros haciendo valer su experiencia profesional para explicar cómo ven ellos la sociedad española, en la que viven y trabajan. Los cuatro tienen una larga experiencia como periodistas, y tres de ellos han estado décadas sirviendo para sus respectivos medios de comunicación como corresponsales en España. El cuarto es el más escéptico, pero igual de entusiasmado con el Spanish way of life.

Compartieron mesa de análisis organizada por FAPE y La Caixa con el doble propósito de conocer cómo desde sus respectivos países se ve la realidad social española, y cómo se ve el  convulso momento actual, con un bloqueo político e institucional que mantiene al país ya casi un año sin gobierno, situación que se repite por segunda vez en sólo tres años. En ambos casos aportaron visiones poco conocidas sobre España, y sorprendieron con algunas impresiones sobre las cosas que ocurren a este lado de los Pirineos. Cataluña, por ejemplo, rara vez ocupa portadas en los medios europeos ni siquiera con el enconamiento de la crisis de convivencia o conflicto político, según se quiera denominar. 

Tom Burns, excorresponsal Financial Times, Washington Post y Reuters, fue el más incisivo en este asunto al considerar que “se necesitan muertos” para considerar que Cataluña sea equiparable en interés periodístico en su país a lo que ocurre en Chile o en Hong Kong. Su impresión es que ningún país de todos los que ha conocido en su actividad profesional está tan obsesionado por lo que dicen sobre él como España, una especie de “papanatismo” que a Tom le conmueve pero que no acierta a comprender. Lo más sorprendente de la aportación que este veterano de las corresponsalías en España tuvo que ver con el interés que en Europa se presta a la actividad de las grandes multinacionales españolas, que son vistas como gigantes que influyen en la vida diaria de los europeos: Zara, Iberdrola, Telefónica...

Las empresas españolas interesan a los medios internacionales, como también ocurre con la familia real y con el ascenso del extremismo de derecha, curiosamente no correspondido con interés alguno cuando ocurre lo mismo con el extremismo de izquierda. Pero con una diferencia clara para Cécile Thibaud, corresponsal Les Échos para España y Portugal: la que separa, a años luz, a Vox del partido de Le Pen en Francia, porque no se dirige a las clases obreras con un discurso populista como el de Marine. Cécile considera que la corrupción y la imagen que proyecta al exterior es algo que a los franceses o a los británicos no les preocupa lo más mínimo, a diferencia de los españoles. El hecho de que el presidente de Nissan y Renault esté en prisión en Japón no altera en nada a sus compatriotas, algo que en España ocurre en cambio cuando un miembro de la Casa Real o un ex vicepresidente del gobierno están entre rejas por sus delitos. Pero la corresponsal también dejó la nota positiva hacia nosotros: Francia está fijándose en las leyes españolas que combaten la violencia contra las mujeres, consideradas allí como un avance social de primera magnitud. Y cree además que en Europa se ha asimilado ya que Cataluña no será independiente.

Rop Zoutberg, corresponsal NOS, la televisión holandesa, y presidente del Círculo de Corresponsales, explica que le cuesta menos publicar informaciones sobre España en su medio cuando se trata de asuntos que refuerzan la opinión que los holandeses tienen sobre nuestro país. El sol, la música, las vacaciones, un país machista y demasiado católico... Hay una idea distorsionada a sabiendas de la realidad española. Los atentados de Barcelona marcaron su trayectoria como informador de su medio en España, y su opinión es que no se debe olvidar este tipo de acciones yihadistas porque el olvido permite que se vuelvan a repetir en cualquier otro lugar del continente europeo. Rop señaló que, en la cobertura de los momentos álgidos del referéndum independentista, los catalanes que anhelan un país propio se comparaban con los holandeses, sus compatriotas, por su lucha para expulsar a los españoles de su territorio. 

Daniel Dombey es corresponsal Financial Times, y fue el más entusiasta de los cuatro en su planteamiento sobre España, país al que cualquiera de sus compañeros de la redacción londinense quisiera ser destinado, un país “para jubilarse y para vivir”. “España es un éxito”, fue su frase más contundente, aclarando además que sus editores no le piden exclusivamente historias negativas sobre el lugar en el que trabaja. Daniel apuesta porque en España nos olvidemos de lo urgente y nos centremos en lo importante, la resolución de conflictos como el del independentismo catalán o el bloqueo, pero teniendo siempre presente que los servicios al ciudadano son inmejorables. 

Todos ellos han coincidido en que la guerra de la comunicación la ganó de calle el independentismo frente a la torpeza del gobierno de Rajoy al transmitir los mensajes necesarios de unidad y tranquilidad. Madrid optó por el silencio, mientras la Generalitat servía en bandeja entrevistas, jornadas completas junto a Puigdemont, fuentes y datos. Un error que no debería volver a cometerse. 

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