Multichampions: Benzema ya es un 9
Noche grande del Real Madrid ante un eterno candidato a ganar la Champions. El Atlético recuerda a ese equipo pre-Simeone que remaba demasiado y siempre moría en la orilla. El Barça, bien, sin presumir… de que solo saber ganar en casa. El Valencia jugará a la ruleta rusa en la última jornada. Vuelve Mou.
Que toda Francia estuviese pendiente del Real Madrid – PSG pudo motivar aún más a Benzema. Nunca ha sido un 9 y eso le ha pesado mucho porque es el número que lucía en su camiseta. El segundo gol al PSG (de cabeza, en el área pequeña) le ha pasado al siguiente nivel. Al de los delanteros centro. Hazard tiene mucha culpa de eso. Ambos combinan, juegan, se mueven e inventan.
El Real Madrid tiene un agujero en el centro del campo. A Modric se le fundieron los plomos en el Mundial de Rusia, Isco parece que vuelve por sus fueros, Kross aguanta lo que puede… Casemiro es un fijo con Zidane y Valverde es la nueva alegría del madridismo. El pulso entre el técnico francés y Florentino Pérez es mayúsculo. Zizou quiere a Pogba en enero y el presidente ha renovado al uruguayo con una cláusula propia de los galácticos de casi 800 millones de euros.
Valverde anda despistado en Barcelona. La temporada que mejor plantilla tiene es la que puede finiquitarle como entrenador. El equipo no arranca, los partidos fuera de casa son malos y en el Camp Nou es Messi el que mueve el avispero de los goles. El castigo a Rakitic roza lo absurdo, Dembelé se viste de Bale dentro y fuera del campo y Griezmann no parece encajar en un sistema a la medida de Messi. Cuando quiera encajar, Valverde ya no estará, por eso no le preocupa demasiado el futuro.
El Barça saca sus partidos por pegada. ¿A qué nos suena esa frase? Exacto, al Real Madrid de Cristiano. Jugaba poco, pero ganaba mucho. El Barça ya está en octavos, como primero de grupo, y van 13 años seguidos.
Si Valverde tiene las horas contadas en el Camp Nou, no anda mejor Simeone en el Atlético de Madrid. La temporada pintaba muy bien. Plantilla renovada, fichaje de 126 millones de euros, Morata y Costa marcando goles, Oblak parando todo… Simeone no encuentra el camino de gol y Oblak falla cuando no debe. Morata es su gran baza, pero el exmadridista se parece más al Fernando Torres de su última etapa de rojiblanco.
Recordemos al aficionado que ese Morata goleador que todos esperan lleva marcados 107 goles en 10 años de carrera profesional y que su mejor temporada fue de 14 goles en el Real Madrid, justo antes de irse a la Juventus. Gol, sí, pero poco.
El Valencia de Celades. Del ‘trepa’ que andaba a la espera de que echaran a Marcelino para ponerse a los mandos de un equipo Champions. Cuando el rodillo de la calumnia dejó en paz a Celades se pudo ver a un entrenador que aceptó de aquella manera lo de poner a determinados jugadores mientras sostenía al equipo en Europa.
El Valencia se va curtiendo en Europa. Si fuera más regular le iría mejor, pero La Liga también se le atraganta. El partido ante el Chelsea fue ese cúmulo de despropósitos y de mala suerte. Parejo fallando un penalti, Rodrigo fallado goles cantados, el VAR encendiendo a la grada… y aún así un empate que le deja posibilidades en la última jornada ante el Ajax en un grupo donde holandeses, españoles e ingleses tienen opciones dramáticas.
La Champions tiene más valor con Mourinho en un banquillo. El Tottenham tocó techo con la final ante el Liverpool, pero no supo renovarse. Pochettino pagó los platos rotos y Mourinho ocupó el cargo. Otro ‘trepa’ que dirán algunos. Su equipo remontó y hasta Casillas le hizo un guiño en Twitter con lo de ‘reMOUntada’. Ya están en octavos y eso promete.
El campeón tiene un problema. Klopp sabe que su Liverpool es el rival a batir y tiene opciones de quedarse fuera si no gana al Salzburgo en la última jornada. El Nápoles de Ancelotti es un claro ejemplo de equipo acostumbrado a pasar unos cuantos meses en Europa y eso pone en problemas hasta al campeón.
Mientras, Guardiola espera que ésta sea su Champions. De tanto insistir y de tanto gastar dinero, al final toca. Y si no toca, siempre le quedará la República. Aunque ya sabe que la República no existe.
