Vladimir Putin ha reunido casi medio centenar de jefes de Estado africanos en la cumbre de Sochi.

Putin descarta al Polisario de la cumbre Rusia-África

photo_camera Vladimir Putin ha reunido casi medio centenar de jefes de Estado africanos en la cumbre de Sochi

Formulada como el primer gran encuentro entre Rusia y África y centrado principalmente, aunque no únicamente, en los problemas económicos, al ágora realizado en la estación balnearia rusa del Mar Negro ha permitido al Kremlin no quedarse a la zaga de las cumbres precedentes entre China y África, Japón y África, Estados Unidos y África, la Unión Europea y la Unión Africana, así como periódica entre Francia y el continente africano. 

Sin embargo, a diferencia de las cumbres que han precedido a  la de Sochi, exceptuando la realizada hace un año en Pekín entre China y el continente que mantuvo el mismo formato, esta vez el anfitrión ruso sólo ha  invitado a “los 54 países de la Unión Africana”, según la agencia rusa TASS, significando de este modo la no-invitación de la República saharahui (RASD) proclamada por el Polisario en territorio argelino, que es miembro de la UA y ostenta además una de sus vicepresidencias. El presidente egipcio, Abdelfatah al-Sisi, presidente en funciones de la Unión Africana, que ha co-presidido el encuentro junto a Vladimir Putin, tampoco se ha esforzado en convencer a su anfitrión de la protocolaria participación del Polisario. 

La fórmula seguida por Moscú ha sido la misma que adoptó Pekin: se invita a los Estados miembros de la ONU con los que el país anfitrión mantiene relaciones diplomáticas. Esto no significa que Moscú haya cambiado de posición respecto al conflicto del Sáhara occidental. Tanto en el seno del Consejo de Seguridad, del que Rusia es miembro permanente, como en las relaciones bilaterales con los países del Magreb, Rusia defiende una solución política negociada, consensuada y pacífica entre los protagonistas. Sin embargo, Moscú no reconoce la RASD como Estado soberano, y tampoco otorga al Frente Polisario la cualidad de “movimiento de liberación nacional” en su sentido histórico, porque eso presupondría que el Sáhara occidental es un país diferenciado ocupado por una potencia foránea. Para Moscú, pues, existe un conflicto que se puede y debe solucionar por un acuerdo político. 

En la reunión celebrada en Sochi entre el presidente ruso. Vladimir Putin, y el presidente interino argelino, Abdelkader Bensalah, presente en la cumbre Rusia-África, si se ha tratado el tema del conflicto en el Sáhara, no ha trascendido lo dicho entre ambos jefes de Estado. El presidente ruso en cambio aprovechó el encuentro para proclamar su apoyo al socio estratégico argelino: “Sabemos que se están desarrollando en Argelia acontecimientos políticos muy importantes, y deseamos sinceramente que el pueblo argelino supere las dificultades del periodo de transición. Estamos seguros de que Argelia reforzara su Estado y su soberanía”.

Mohamed VI que tenía previsto participar en la cumbre de Sochi, delegó en su jefe de Gobierno Saad Eddine el Othmani, que dirigió una delegación ministerial. 
 

Más en Política