Las aguas entre Canarias y Marruecos: ¿nuevo frente en la relación bilateral?
Las relaciones entre España y Marruecos han experimentado altibajos en los últimos dos años. Ahora mismo la situación parece haberse estabilizado con el reconocimiento español a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, lo cual ha reducido la presión migratoria hacia Ceuta, Melilla y las islas Canarias, la reunión entre el presidente del Gobierno de España y el rey de Marruecos en abril y los encuentros entre ministros de ambos países.
No obstante, la situación podría cambiar por temas pendientes. Uno de ellos es la negociación para fijar la mediana marítima entre las costas marroquíes y canarias. Las aguas por negociar, al oeste de Marruecos y Canarias tienen un subsuelo rico en telurio, cobalto y otros minerales raros claves en la economía moderna. Aquel que tenga control sobre esas aguas muy probablemente sacará provecho de su explotación, con lo que es probable que ambas partes aspiren a su control. El conflicto sobre el Sáhara Occidental puede enturbiar las negociaciones. Aunque España haya reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental –reconociendo así la soberanía sobre sus aguas- no es una postura compartida por la Unión Europea, como se vio el año pasado, cuando el Tribunal Supremo de Justicia de la Unión Europea (TJUE) anuló los acuerdos de pesca entre la UE y Marruecos porque incluían al Sáhara Occidental. El Frente Polisario podría llevar las negociaciones entre España y Marruecos al TJUE si considera que las aguas que están en liza son saharauis y no marroquíes. Un dictamen del TJUE favorable a las tesis saharauis con total certeza cerraría las negociaciones, pues Marruecos no aceptará que el Frente Polisario tenga voz y voto en un territorio que considera suyo.
La zona marítima que se negociará está situadas al oeste de Canarias, con 350 millas de extensión. De esas 350 millas, hay una zona de 200 millas al suroeste donde se solapan las aguas territoriales de Marruecos y Canarias. En esas 200 millas se encuentra el Monte Tropic, un monte submarino con potentes yacimientos de telurio y cobalto. Ambos minerales son claves en la fabricación de paneles solares y baterías para coches eléctricos, dos elementos fundamentales de la economía renovable. Por ello, quien controle sus aguas con total certeza aprovechará la extracción de ambos de su suelo, dándole al país que lo controle beneficios económicos. Por ello, es bastante probable que cuando se inicien las negociaciones sobre las aguas, ambos países pugnen por controlar el Monte Tropic, dando lugar a fricciones. Si Marruecos ve que puede perder el control del Monte Tropic, es probable que lance una ley nacional para anexionarse las aguas que rodean el monte, argumentando que son suyas. Tal medida ya fue hecha a principios de 2020, pero el país alauí acabó retractándose al darse cuenta de que su medida no contaba con el apoyo de la comunidad internacional. Sin embargo, el creciente reconocimiento por parte de la comunidad internacional a la postura marroquí sobre el Sáhara fortalece a Rabat a la hora de tomar decisiones unilaterales en las negociaciones si ve que no logra cumplir sus objetivos. En este aspecto, la decisión del Gobierno de España de apoyar la postura marroquí podría servirle a Marruecos para anexionarse el Monte Tropic de la misma manera que lo intentó en 2020.
El conflicto saharaui podría aparecer cuando empiecen las negociaciones entre España y Marruecos. Aunque a ojos de ambos, las aguas a negociar sean vistas como marroquíes o españolas, para gran parte de la comunidad internacional siguen siendo saharauis, lo cual obligaría a incluir al Frente Polisario en las negociaciones, algo inaceptable para Marruecos. En este aspecto, la decisión del TJUE de suspender los acuerdos de pesca entre la UE y Marruecos al considerar que incluían al Sáhara Occidental –el cual no es visto como marroquí- puede jugar un rol clave a la hora de dificultar las negociaciones, especialmente si el Polisario decide llevarlas al TJUE para que evalúe su legalidad. Un fallo del TJUE favorable a las tesis del Polisario con total seguridad pararía las negociaciones, lo cual podría deteriorar las relaciones entre España y Marruecos. Una degradación de las relaciones hispano-marroquíes daría como resultado un repunte migratorio hacia Ceuta, Melilla y Canarias que despertaría recelo en ambas partes, las cuales se acusarían mutuamente de empeorar la relación.
En conclusión, aunque las relaciones entre España y Marruecos se encuentran en un buen punto tras la crisis del año pasado, aún hay temas pendientes que podrían condicionar la relación para bien o para mal. Uno de esos temas es la negociación para fijar la mediana marítima de las aguas situadas al oeste de las Canarias y Marruecos. Estas aguas –especialmente el Monte Tropic- son ricas en telurio y cobalto, con que aquel que las controle muchos beneficios económicos de su explotación. Es probable que Marruecos recurra a leyes nacionales para anexionarse las aguas si ve que no logra controlar las aguas con los minerales en las negociaciones, algo que ya hizo en el año 2020. El reconocimiento internacional a su postura sobre el Sáhara Occidental da a Marruecos la fuerza para poder intentar esto ahora que en 2020. El conflicto saharaui podría hacer acto de presencia en las negociaciones. El Frente Polisario podría pedir que su voz se escuche sobre las negociaciones de unas aguas que considera suyas. En este punto la decisión del TJUE de suspender los acuerdos de pesca entre Marruecos y la UE porque incluían al Sáhara Occidental puede complicar las negociaciones, ya que ambas partes ser verían obligadas a incluir al Polisario, algo inaceptable para Marruecos. Esto podría dar lugar a una degradación de las relaciones entre España y Marruecos que podrían resultar en un repunte migratorio hacia Ceuta, Melilla y las Canarias, elevando las tensiones entre ambas partes.
Tendremos que ver cómo van las negociaciones cuando empiecen para saber si este asunto degrada o no las relaciones entre España y Marruecos.