Madrileños: ¡a las urnas!
La suerte está echada. Todos los ciudadanos que vivimos en la capital el Reino somos madrileños. Y tenemos una cita con las urnas el próximo día 4 de mayo. Son unas elecciones de las que están pendientes toda España y buena parte de Europa por la solución que la Comunidad de Madrid ha encontrado para convivir con la pandemia sin asfixiar la economía.
Los datos de la EPA confirman que el Gobierno regional es el que más puestos de trabajo ha generado en el primer trimestre del año: unos 50.000 empleos. Ahí están los 1,25 millones de familias en España sin ingreso alguno, los 155.000 empleos destrozados en el sector privado de enero a marzo; 340.000 parados más en un año, los 690.000 trabajadores en ERTEs y un déficit imposible. Sobrepasamos ya los 5,2 millones de parados y, ante esta “sangría laboral y humana”, el doctor presidente dice que “estamos muy bien y a punto de salir de la crisis”. Menos mal que Felipe González le dio un baño de realidad. “Cuando todo está mal, llega “un tío” (sic) y dice que el futuro es cojonudo”. Y precisó: “Pero oiga ¿usted está viviendo la realidad de sufrimiento y de crisis que estoy viviendo yo?” El expresidente exigió un proyecto que sirva a los ciudadanos y no a la resiliencia de permanecer en el poder a cualquier precio. Es la respuesta más oportuna a un césar con poderes absolutos desde hace más de un año, incapaz de tomar una decisión política –como prometió a las CCAA- que deja el timón del Estado en manos de los jueces vigilados tras finalizar el estado de alerta el 9 de mayo. Un nuevo Pilatos.
Estos comicios son un pulso directo entre la candidata del PP Isabel Natividad Díaz Ayuso ´-“la chica del Zendal-“, y el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, que desde su atalaya monclovita ha maltratado a los madrileños como si fuera el dueño y señor de una plantación de algodón con esclavos (de color) recién llegados de África en el siglo XVI. La estrategia impuesta al candidato socialista Ángel Gabilondo del “no a Iglesias pasando por el cordón sanitario a Vox hasta “Pablo, nos quedan 12 días para ganar a los de la foto de Colón”, confirma que el sanchismo es el mayor enemigo del PSOE. El Gobierno y el partido se han echado en manos de Podemos. Una banda de radicales: comunista, bolivariana y victimista. Y ahí están las encuestas. El debate de Telemadrid solo sirvió para que la izquierda manipulara datos de muertos y de vivos sin que propusieran alternativas a una derecha que lleva ganando elecciones y bajando impuestos desde hace 25 años. ¿Cuántas residencias visitó usted, señor Iglesias cuando era el responsable único desde la vicepresidencia primera? Ninguna, se respondió doña Isabel. Margarita Robles subrayaba al día siguiente que a la UME la manda Defensa, -no por WhatsApp- el titular de la Agenda 2030. Otra mentira más.
Luego llegaron los paquetes con las balas sin detectar en Correos ni en el ministerio del Interior. Incomprensible. Y la navaja pintada en rojo a la ministra Reyes Maroto. Tampoco funcionó el detector de su ministerio de Turismo. Y aun sabiendo que se trataba de un enfermo mental, siguió mintiendo en un mitin sin explicar la verdad. Cual si fuera la señora Lastra. Tres preguntas sencillas. ¿Por qué llega una carta a Pablo Iglesias al Ministerio de Marlaska cuando todo el mundo conoce la dirección de su casoplón de Gal-a-pagar? La de la directora de la Guardia Civil, María Gámez, parece lógico, porque nadie la conoce excepto por su sectarismo, por romper la neutralidad de la Benemérita participando en mítines del Partido Socialista y por perder siempre las elecciones al Ayuntamiento de Málaga. Segunda pregunta: ¿Por qué en la imagen se ven siete casquillos y no cuatro? ¿Por qué en el registro puede leerse 22 abroil 2021? ¿Abroil? Un técnico con diez años de experiencia en Barajas confirmaba a Trece TV que la imagen de la pantalla es la que le muestran en prácticas, pero que no se corresponde con la realidad.
Estamos sin duda ante una manipulación. Y una cuarta pregunta. ¿Cómo es posible que ante tamaños fallos de los sistemas el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, el amigo íntimo de Sánchez, el segundo cargo mejor pagado del Estado (unos 220.000 euros anuales) tras el de la SEPI (235.000) no haya comparecido para explicar púbicamente estos agujeros negros sobre nuestra seguridad. Y de paso, que explique lo de los votos emitidos en clientes que simplemente habían certificado una carta. ¿Pucherazos como en el 1931, 33, 34 y 1936? Confiemos en el servicio postal pero con estos gestores hay que estar muy vigilantes esta vez en el recuento de los votos por correo.
En la era de las telecomunicaciones, no tiene sentido alguno que los plazos de convocatoria se extiendan 54 días. Y que, al igual que en Cataluña, se celebren en una jornada laboral que pagan -hasta 4 horas- siempre los empresarios. Hay que cambiar urgentemente la ley para que se reduzcan esas 54 noches a 30, que se celebren los comicios en el domingo más próximo, que la campaña electoral se reduzca a una semana, que se elimine la propaganda electoral que llega a los domicilios; debates televisivos con propuestas concretas, listas abiertas y, además, que se prohíban utilizar medios institucionales con fines partidistas. Por último hay que eliminar de la ley electoral del 77, que las encuestan no puedan publicarse hasta seis días antes de la jornada de reflexión. Sobre todo, cuando las puedes hacer y publicarlas en Andorra. Por supuesto, tampoco hay que prohibírselas al CIS si se comparten con los partidos implicados. Y si queremos cambiar el futuro, ha de modificarse el Código Penal para que terroristas separatistas, golpistas, violadores, y corruptos queden inhabilitados para presentarse como candidatos. El caso de Puigdemont es el más humillante. Ética, austeridad, transparencia y lealtad constitucional, deben ser los pilares de la regeneración política para consolidar una democracia fuerte que sobreviva al cáncer de los totalitarismos. Para cambiar el mundo tenemos que cambiar nosotros. Ahora está en nuestros votos rechazar la tiranía de un gobierno social-comunista y votar decencia y libertad como han elegido Nicolás Redondo Terreros, Joaquín Leguina y Fernando Savater.
Las balas, las navajas, las descalificaciones, los insultos y la polarización –“nos conviene fomentar la crispación”, en palabras del maestro ZP (2004), ha sido el denominador común de esta campaña de la que solo recordamos seis palabras: Libertad de Ayuso, Protección de Monasterio, Fascistas, de Iglesias -para él todos somos fascistas-, “cordón sanitario” de Gabilondo como el apartheid sudafricano, las mentiras del paro y del falso currículum de Mónica García de MM: (“soy comunista y no encuentro diferencias con UP”), y la llamada desconsolada al centrismo del último “ángel del infierno” Edmundo Bal.
Tras haber perdido el debate televisivo y cambiar del coche oficial al taxi de su número 25 en la lista Celso González para llegar a la cita televisiva, Iglesias Turrión demostró su histrionismo con la “espantá” programada de la Cadena SER. Un show desesperado para salvar los muebles. Sus lloriqueos por el sobre que le entregó el Ministerio para escribir su tweet, - ¿cómo es posible que esa prueba no se la quedara la Policía para la investigación posterior? - demuestran que no es, precisamente el sastrecillo valiente. Como no hizo a mili, su valor ni se le supone.
Aprendimos con Adolfo Suárez que el primer compromiso de un dirigente político es admitir que le puedan asesinar; su valentía el 23F, lo confirmó junto a Gutiérrez Mellado y a Carrillo. Iglesias monta un espectáculo como si hubiera sido el primer amenazado de la historia después de defender a sus amigos los etarras que no amenazaban, mataban con tiros en la nuca a civiles desarmados, a militares y a personas decentes, “como un acto de amor”, dicen ahora. Hay que ser canalla.
Ayuso, después de la amenaza catalana, con buen sentido, optó por el silencio. Incluso Rajoy y Aznar se comportaron como unos caballeros tras las agresiones y un atentado de Eta-Batasuna. Personalmente, estuve amenazado por la banda terrorista vasca, desde 1998 a 2000. Seguí al pie de la letra las recomendaciones de la Policía y lo conté cuando terminó mi responsabilidad en RTVE.
Hace unas horas supimos que Iglesias –el político más tóxico de toda la democracia española- ha declarado al Corriere della Sera que se aleja de la política y traspasará sus poderes (en el 23) a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ni siquiera es de Unidas Podemos. No tiene respeto ni con la madre de sus hijos, ministra y portavoz en el Congreso, que puede ser imputada por utilizar a un cargo digital de su departamento como niñera. Un impostor que será la última fuerza política en la Asamblea de Vallecas y terminará de agitador universal de China, Cuba, Venezuela y Corea del Norte solo o en compañía de Roures.
La bajada de impuestos de los partidos conservadores a la que se ha unido el PSE-M contrasta con el gobierno de la Nación que lleva a Bruselas un Plan de Recuperación con subidas siderales en contra de los programas de Berlín, Roma, Paris, Atenas, Lisboa y La Haya. Ayuso ni siquiera ha sido capaz de recordar a los ciudadanos que su Gobierno lleva 5 años sin subirse el sueldo y que no lo hará hasta que el paro no baje del 9,9%, como propone el Grupo Multidisciplinar de reflexión coordinado por Jesús Lizcano, catedrático de la Autónoma. Solo su valentía de no cerrar la restauración, los cines, el teatro y la ópera le avala para ganar las elecciones. Y ahí está con el Ayuntamiento impulsando el Plan Norte de Chamartín y 15.000 viviendas sociales. Arrojarle en la recta final de la campaña el número de parejas de la lideresa popular es una vileza machista del secretario general socialista, José Luis Ábalos. Aún no ha explicado sus nueve mentiras sobre las maletas de Delcy Rodríguez. ¿Dónde están las feministas? Calladas como “vulpes”.
De la candidata de MM solo sabemos que es muy verde y que quiere desmontar el Zendal y subir más los impuestos. Iglesias está en contra de todo lo que signifique progreso. Y su idea fuerza es apoyar a los manteros y a los okupas. Y Ciudadanos quiere volver a la vicepresidencia que embarró Aguado. Insistimos en que lo único progresista es crear empleo y este debería ser el primer pacto para el día después.
Conviene recordar que hemos llegado hasta aquí por las mociones de censura de Cs-PSOE y UP, en Murcia (Comunidad y Ayuntamiento) y en CyL; la anticipación de Ayuso por media hora, impidió un autogolpe en la Asamblea de Madrid, promovida por la Presidencia de la Cámara en manos centristas. Ahora, que el pueblo hable. En libertad. Tenemos dos años por delante para parar a una izquierda anclada en el pasado. Ojeo los firmantes del manifiesto “Ahora sí” y siempre son los mismos. Los Bardem y el imprescindible ministro de UCD Mayor Zaragoza. Quiero creer que César Antonio Molina lo ha firmado sin leer. Asegurar que “llevan 26 años infernales de atentados contra los derechos y la dignidad de la mayoría ciudadana” es una mentira como la Bola del Mundo porque la izquierda siempre ha estado aquí en minoría. Es un texto redactado por alguien que no conoce ni la sintaxis ni la vergüenza. Una continuación de la superioridad moral (y racista). Hasta aquí hemos llegado.
La fórmula del miedo, las emociones y las amenazas diseñada en la Moncloa no ha funcionado ni con las intervenciones del secretario general del PSOE que ha desaparecido en combate ni con las intervenciones del ministro Marlaska acusando al PP de “organización terrorista”. Luego lo negó pero el vídeo sigue en las redes. Un juez honrado hubiera pedido perdón, sobre todo, porque ascendió a los cielos del CGPJ gracias al PP de don Mariano. Hoy, sin crédito político alguno, es un tipo impresentable y soberbio que está acercando a los terroristas de Eta al País Vasco para que el PNV los ponga en la calle y les otorgue una pensión vitalicia en los próximos meses. ¡Qué vergüenza de ministro! ¡Qué ignominia la de un juez (indigno) que desprecia a las víctimas de la violencia terrorista tras 70 años de sufrimientos! Es el mismo ministro que no ha apoyado en el Senado a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tras la discriminación nazi de la Generalidad al rechazar vacunarlos de la COVID-19 como ha hecho con los Mossos. Algunos jueces buenos han restituido la dignidad de un colectivo dedicado a servir a todos los españoles.
En este viaje a las urnas -213 años y dos días después del famoso 2 de mayo de 1808- nos jugamos mucho. La libertad, la democracia y castigar a un gobierno de la Nación que ha estado contra todos nosotros. Un Gobierno social-comunista agazapado, que, al día siguiente, puede empezar a acelerar los indultos a los golpistas catalibanes, incluido a Puigdemónt y a sus compañeros de Waterloo; un ejecutivo que utiliza el BOE para atacar a la oposición, fagocitar instituciones como el CIS y Correos, y facilitar que los sindicatos puedan parar impunemente el país al despenalizar las coacciones en días de huelga; un consejo de ministros que en breve romperá la Caja Única de la Seguridad Social para entregársela a Urkullu; un equipo de irresponsables que desmontará a mediados de mayo la Guardia civil de las carreteras de Navarra como exige Otegi; un gobierno que guarda silencio cuando un grupo terrorista catalán cuelga en los puentes de las principales autovías las efigies de los dirigentes que no impulsan suficientemente la independencia; un gobierno que después de haber vendido ocho veces la propaganda del Plan de Recuperación, lo aprueba en el último consejo de ministros y lo esconde a los ciudadanos. Luego, a la portavoz Montero se le lleva la boca de transparencia.
Cuando voten piensen en el confinamiento y en los 53 millones que le regalaron a Plus Ultra con los mismos gestores que hundieron Air Madrid; cuando acudan a su colegio electoral, recapaciten en el aumento del déficit (el 8,4%) y en la obscena deuda del 119%. Al depositar su voto, recuerden que ya la ministra Nadia Calviño ha admitido que en los PGE recién aprobados existe un “desfase” de 36.000 millones de euros. Y en la ley Celaá y en la de eutanasia. No olviden los millones generosos regalados a los sindicatos y a la despenalización de la desobediencia. Tenga en cuenta la dejación de responsabilidades de Sánchez en la inmigración y en la pandemia. Ha dejado a las Comunidades Autónomas sin herramientas para combatir el coronavirus. Votar el día 4 es visualizar a la justicia maniatada: “Doy la espalda a que metan mano en el Poder Judicial”, aseguran; si bien, no han tenido el valor de denunciar su acoso y derribo ni al TC ni al Defensor del Pueblo. Si esto es progresismo, que baje Dios y lo vea.
Conciudadanos madrileños llegados de todos los confines de la piel de toro: estamos a unas horas de la jornada de reflexión. Votar hoy es dar un primer paso para acabar con este Gobierno Frankenstein que nos ha alejado de la UE y de Hispanoamérica. Un gobierno que nunca cuenta la verdad. Voten, sin miedo; voten en libertad. La democracia y las urnas ahuyentan el odio de una izquierda (que se dice progresista) pero que nunca habla de las colas del paro ni de la solidaridad de la Iglesia católica y de Manos Unidas. Repasen los salarios, las pensiones y las libertades de Venezuela y Cuba. En Caracas y La Habana también decían que lo del comunismo allí no podía pasar. Comparen. Lo que nos jugamos es el pilar de la Carta Magna, la Transición del 78 y la prosperidad.
Estas elecciones deben ser el primer paso para que el centro, la derecha y la socialdemocracia trabajen juntos para volcar las próximas elecciones generales cuando el dios menor de La Moncloa decida convocarlas. Porque la ruina del coronavirus no puede servir para generar una violencia universal permanente amparada por ideologías totalitarias. (Recomiendo leer en este puente El diablo en la Historia, (Stella Maris, 2015) de Vladimir Tisnaneaunu, un investigador rumano que padeció a los Ceaucescu e investigó a Hitler y a Stalin). Dos proyectos fundidos en un término certero: el nacionalestalinismo, que con tanto ardor defiende cada jornada Pablo Iglesias que ha logrado podemizar paralelamente a La Moncloa y a Ferraz.
“Somos el golpe terrible de un corazón no resuelto”, nos retrató Gabriel Celaya. Tenemos la obligación de no fracturar más la sociedad. “Nosotros los demócratas”, susurra Iglesias cuando él bien sabe que un comunista (y un nacionalista) no puede ser un demócrata”. El líder podemita hace un esfuerzo de última hora para alinear “lo que hace con lo que cree y lo que dice con lo que hace”. Lo llama cabalgar entre contradicciones. Vulgo, engañar. Si no acudimos en masa a las urnas este martes corremos el riesgo de que estalle la paz del conformismo y esta cobardía nos lleve directamente al nacionalestalinismo.
Madrileños: llenad las urnas de libertad, de Constitución, de unidad a España, de apoyo al rey Felipe VI; inundad las urnas de ilusión, de convivencia, de progreso, de solidaridad, de empleo y de vida. ¡A las urnas! ¡Madrid es la casa de todos!
PS. In memoriam. - No conocía a David Beriáin ni a Roberto Fraile, pero seguí en DMAX sus documentales peligrosos con narcotraficantes colombianos o con mafiosos albaneses. Escalofriantes. Puro periodismo. Han sido ejecutados en Burkina Faso cuando intentaban denunciar la caza clandestina de animales en peligro de extinción. Son un ejemplo para toda la profesión y un orgullo para los que creemos en el periodismo como bandera de la Verdad. El Gobierno concederá la medalla al Mérito Civil a David y a Roberto. “Ningún reportaje vale una vida”, declaró en una charla en la universidad de Navarra. Lo hicieron todo en el periodismo. Nos queda su ejemplo. Compartimos el dolor con sus familias y amigos. La muerte siempre vive enamorada de la vida. Rezaremos por ellos. Descansad en paz, compañeros.
Antonio Regalado dirige BAHÍA DE ÍTACA en: aregaladorodriguez.blogspot.com