El BM y el FMI predicen un 2025 que dependerá de la geopolítica

Logotipo del FMI en la Reunión Anual del Fondo Monetario Internacional - REUTERS/JOHANNES P. CHRISTO
Es la cita tradicional en la recta final de año entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) y que suele anticipar el escenario para el año siguiente
  1. Las economías europeas estancadas
  2. La inflación mundial va bajando

En su más reciente reunión, del 21 al 26 de octubre, la conclusión de los equipos de ambos organismos es que 2025 enfrentará un aterrizaje suave en el crecimiento mundial, mientras la lucha contra la inflación empieza a dar sus frutos. 

El FMI estima que este año el PIB global cerrará con un crecimiento del 3,2 % y repetirá misma cifra el próximo año, todo dependiendo de que no empeore el curso actual de las guerras, tanto la de Ucrania, como la de Medio Oriente. 

Por su parte, el Banco Mundial es menos optimista y avizora para este año un PIB global de 2,6 % y en 2025 de 2,7 % igualmente condicionado a la volatilidad que experimenten los precios de los “commodities”, fundamentalmente el petróleo. 

No será China la economía que más crecerá, de hecho, lleva una década perdiendo fuelle en su PIB que este 2024 podría cerrar, según el FMI, en 4,8 % y en 2025 podría tener un PIB de 4,5 %. Nuevamente, será India la economía con más capacidad económica: su PIB este año se prevé que se ubique en 7 % y, el próximo año, sería de 6,5 %. 

En cuanto a la economía estadounidense, lo advierten ambos organismos internacionales, su rumbo dependerá del resultado de las elecciones de este 5 de noviembre. El republicano Donald Trump plantea una economía menos abierta y más enfocada en su mercado interno; además, sus amenazas, de imponer una serie de aranceles no solo a China, sino también a otros países emergentes y europeos, significan más trabas, más costos y más inflación. 

El FMI no está proyectando su escenario a partir de un contexto postelectoral, lo hace con base en las previsiones actuales y de esta forma predice que la Unión Americana cerrará este año con un PIB de 2,8 % y en, 2025, lo estima en 2,2 %.

De allí que seguramente el FMI y el BM ajustarán sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos y para el mundo en enero y volverán a hacerlo para su reunión de primavera.

Las economías europeas estancadas

El FMI no contempla grandes cambios, ni virajes sorpresivos, para el desempeño económico de las economías europeas que llevan desde la crisis de las “subprime” en 2008 primero en medio de una recesión y después saliendo de ésta, pero con crecimientos marginales que siguen destruyendo el estado de bienestar europeo. 

En 2024, este organismo internacional, sitúa a Alemania como la economía con peor desempeño con un crecimiento de 0 % y de 0,8 % para el próximo año. 

¿Qué le pasa a Alemania? Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE), advierte que esta economía tiene “el motor gripado” con una tendencia negativa que se centra en una Alemania enfrentada a la recesión con un consumo y una demanda interna en caída libre, así como en las exportaciones.

“El país teutón viene padeciendo el colapso de la cadena de suministros, se le ha cerrado el grifo de la energía rusa de costo tan reducido, a lo que se unen los problemas actuales de la economía china, sumida en una crisis inmobiliaria sin precedentes y pagando el peaje de un debilitamiento de su comercio exterior, la salida de su gran fabrica, ante el menor crecimiento mundial”, de acuerdo con Pedraza.

El economista español recuerda que la debilidad económica germana se centra en la industria, que ha caído en términos de producción en los últimos cinco años un 12 %. 

“Algo que no encuentra otra causa que el debilitamiento de su sector automovilístico, afrontando la feroz competencia en su propio terreno. Estas importaciones en Europa de vehículos chinos aumentaron un 37 % en 2023, algo que continúa creciendo”, explicó. 

La crisis de Volkswagen es el epítome de la crisis en la que está embrollada la economía alemana: recientemente el fabricante automotriz dio a conocer, a través de su jefa de Comité de Empresa, Daniela Cavallo, que planea cerrar  al menos tres plantas  en Alemania.     

Cavallo advirtió a los 120.000 trabajadores del fabricante automotriz que vienen tiempos duros con recortes de puestos de trabajo, reducciones salariales y cierres de plantas para “sobrevivir” ante la competencia exterior. 

En Alemania ven el futuro inmediato con desasosiego, la locomotora económica de la Unión Europea (UE) está a punto de descarrilar y no se le ve intenciones de corregir el rumbo. 

Tampoco Francia tiene un mejor panorama: el FMI prevé un PIB este año de 1,1 % y para 2025 de 1,1 %, con un impacto de la situación política interna en la economía; la pérdida de competitividad, las constantes pugnas con los sindicatos y un programa de pensiones que sigue presionando las finanzas públicas son los tres quebraderos de cabeza del actual presidente Emmanuel Macron, acechado su Gobierno, por la ultraderecha y la ultraizquierda. 

Por su parte, Italia, con la primera ministra Giorgia Meloni, cuyo crecimiento esperado este año es de 0,7 % y en 2025 de 0,8 %; la inflación y el desempleo sobre todo juvenil siguen afectando al país de la bota. 

De la zona euro, España es la economía ligeramente más estable con un PIB que en 2024 se espera que se sitúe en 2,9 % y para el próximo año bajaría a 2,1 %; la precariedad laboral y salarial, así como los índices de desempleo son los grandes pendientes de una nación que sigue reduciendo la inflación; sin embargo, la gente en los bolsillos, padece una importante pérdida en su poder adquisitivo mientras se le exprime cada vez más fiscalmente.

La inflación mundial va bajando

De acuerdo con el Banco Mundial parece que la batalla contra la inflación está dando sus resultados, aunque las presiones sobre de los precios persisten en algunos países, hay un grueso de éstos que empiezan a notar su reducción.

“Tras alcanzar un máximo del 9,4 % interanual en el tercer trimestre de 2022, ahora proyectamos que la inflación general será de 3,5 % a finales del próximo año, ligeramente por debajo de la media de las dos décadas anteriores a la pandemia. En la mayoría de los países, la inflación se sitúa ahora cerca de los objetivos de los Bancos Centrales, lo que allana el camino para la flexibilización monetaria en los principales bancos centrales”, según el BM. 

Esto será posible, salvo que no ocurra un bloqueo en las principales vías marítimas de circulación de mercancías a causa de la guerra en Medio Oriente e impacte el precio final de los bienes y mercancías que transitan por la zona afectada.

¿Cómo se ve el escenario inmediato para los energéticos? El organismo internacional señala que hay un exceso de petróleo: “Tan grande que probablemente limitará los efectos de los precios incluso si se intensificase el conflicto en Medio Oriente”.

Si bien se ha avanzado por el buen camino en materia de política monetaria para subir las tasas y contener la demanda a fin de desinflar la inflación, el organismo recuerda que los precios generales de las materias primas seguirán siendo un 30 % más altos que en los cinco años anteriores a la pandemia.
    
El Banco Mundial anticipa que, en 2025, el suministro mundial de petróleo superará a la demanda en un promedio de 1,2 millones de barriles diarios; un exceso que solo se ha superado dos veces antes: durante los cierres relacionados con la pandemia en 2020 y el colapso de los precios del petróleo en 1998.

El nuevo exceso de oferta refleja en parte un cambio importante en China que a medida que ralentiza su crecimiento, baja su demanda de petróleo. El gigante asiático vive una desaceleración de su producción industrial y un aumento de las ventas de vehículos y camiones eléctricos propulsados por gas natural licuado. 

Además, se espera que varios países que no forman parte de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo incrementarán su producción de crudo. El Banco Mundial señala que la OPEP tiene una capacidad ociosa, que asciende a 7 millones de barriles diarios, casi el doble que en vísperas de la pandemia en 2019.

Ahora bien, ¿qué se espera al respecto de los precios de los alimentos?  Este organismo internacional, anticipa una bajada de estos: “De 2024 a 2026, se prevé que los precios mundiales de las materias primas se desplomen casi un 10% y los precios mundiales de los alimentos que bajarán un 9% este año, lo harán un 4% adicional en 2025”.

En sus proyecciones, los precios de la energía bajarán 6 % en 2025 y luego un  2 % adicional en 2026.  Estas previsiones no contemplan un recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente, Irán viene amenazando con bloquear las principales vías marítimas de navegación para las navieras de carga.

En la opinión de Indermit Gill, economista en jefe del Grupo del Banco Mundial, la caída de los precios de los productos básicos y la mejora de las condiciones de suministro pueden amortiguar los choques geopolíticos.

“Pero harán poco para aliviar el dolor de los altos precios de los alimentos en los países en desarrollo, donde la inflación de los precios de los alimentos es el doble de lo que se tiene en las economías avanzadas. Los altos precios, los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y otras perturbaciones han provocado la inseguridad alimentaria de más de 725 millones de personas en 2024”, afirmó.