Irán: ¿un terremoto político a la vista?
- “La guerra de los lobos”
- Destitución de altos cargos: grietas en el gabinete
- Las megacrisis en Irán
- El auge de las unidades de resistencia
- Un cambio de era
- ¿Un precedente histórico?
Sin autorización legal, bloquearon las carreteras para exigir la aplicación estricta de la ley sobre el uso obligatorio del hiyab. En respuesta, algunas facciones del régimen consideraron sospechosas estas manifestaciones, afirmando que las participantes habían sido remuneradas por participar en ellas.
Mahmoud Nabavian, miembro influyente del Frente de Perseverancia (Jebhe-ye Paydari), un partido dentro del Gobierno, describió estas protestas como parte de un “plan enemigo” destinado a sembrar el caos en el país.
Lo que complica aún más la situación es el aumento de las tensiones internas en el régimen, que podrían estallar y desembocar en una crisis importante o incluso en un levantamiento popular.
“La guerra de los lobos”
A diferencia de otros países, la estructura política iraní no se basa en facciones tradicionales. En su lugar, el régimen está dominado por grupos mafiosos que libran una lucha encarnizada por el poder y el enriquecimiento personal. Estas rivalidades internas, conocidas entre los iraníes como la “guerra de los lobos”, han alcanzado un nivel de violencia tal que incluso el líder supremo, Ali Jamenei, parece incapaz de contenerlas.
Estas crisis revelan profundas fracturas dentro del régimen y una situación sin precedentes que amenaza directamente su supervivencia.
Una de las facciones dominantes, dirigida por un antiguo candidato presidencial, considera que la única manera de evitar el colapso de la República Islámica es aplicar estrictamente leyes represivas como la obligatoriedad del hiyab. Para este grupo, dada la inminente explosión social y los repetidos fracasos del régimen en la escena internacional, una mayor represión es esencial para mantener el control.
Sin embargo, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, la máxima autoridad de seguridad del país, considera que la aplicación inmediata de estas leyes podría desencadenar un levantamiento y prefiere aplazarlas. Esta divergencia muestra que incluso las directivas de Jamenei ya no se respetan sistemáticamente en el círculo del poder.
Destitución de altos cargos: grietas en el gabinete
La destitución del ministro de Economía, Abdolnasser Hemmati, así como la de Javad Zarif, vicepresidente (y exministro de Asuntos Exteriores), es otro indicador de la crisis interna del régimen. Estas figuras clave, que ocupaban puestos estratégicos en la gestión económica y diplomática del país, han sido expulsadas bajo la creciente presión de las facciones rivales.
Jamenei había mantenido a Zarif en el Gobierno para mantener una apertura diplomática con Occidente. Pero ahora, bajo la presión de las corrientes ultraconservadoras, y mientras Zarif es considerado “anticuado”, ha sido apartado. Paralelamente, un influyente grupo de diputados, desafiando la autoridad de Jamenei, exige la estricta aplicación de las leyes sobre el hiyab y la moral islámica.
Estos acontecimientos ilustran una realidad crucial: Jamenei ya no controla totalmente su propio Gobierno.
Las megacrisis en Irán
Más allá de las luchas políticas internas, Irán se enfrenta a múltiples y graves crisis:
- Dos tercios de la población viven ahora por debajo del umbral de la pobreza.
- La moneda nacional se está derrumbando, acelerando la inflación descontrolada.
- La corrupción está gangrenando todos los sectores de la economía y la Administración.
- Los cortes de electricidad han provocado el cierre de escuelas y fábricas.
- Teherán, la capital, está al borde de una grave crisis de escasez de agua.
Según el exministro de Economía, más de un millón de litros de diésel se exportan ilegalmente cada día. El aumento de la pobreza y las advertencias de los medios de comunicación cercanos al régimen sobre un “levantamiento de los hambrientos” preocupan profundamente a las autoridades.
Además, los fracasos estratégicos del régimen en la región agravan las tensiones dentro del poder y debilitan aún más la posición de Jamenei. Sin embargo, este último sigue afirmando en sus discursos que “nos hemos vuelto aún más fuertes”.
El auge de las unidades de resistencia
En la última década, las unidades de resistencia, creadas por la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (OMPI/MEK), se han convertido en el principal desafío del régimen. Estos miles de unidades, repartidas por todo el país, desempeñaron un papel activo en las grandes revueltas de 2019 y 2022.
El régimen ha hecho todo lo posible para evitar que la comunidad internacional reconozca su existencia. Pero a pesar de la brutal represión y las ejecuciones masivas de sus miembros, estas unidades siguen expandiéndose y ganando influencia.
Las facciones del régimen debaten cuál es la mejor estrategia para contener estos movimientos:
- Una represión directa y brutal.
- Una represión más selectiva y estratégica para preservar la imagen del régimen en la escena internacional.
Pero, en todos los casos, el temor principal sigue siendo el mismo: que un levantamiento incontrolable marque la caída del régimen.
Un cambio de era
Irán parece estar entrando en una nueva fase. El fracaso del régimen en varios frentes —desde el debilitamiento de Hezbolá y los grupos armados afiliados hasta la agravación de las crisis internas— aumenta la presión sobre el Gobierno.
Al mismo tiempo, la política occidental de complacencia hacia Irán ha cambiado: la comunidad internacional ya no cierra los ojos ante los crímenes del régimen, al menos en lo que respecta a su programa nuclear.
Las condiciones que se imponen ahora para cualquier interacción con Irán incluyen:
- La total y verificable suspensión del programa nuclear.
- El abandono del apoyo a los grupos armados en la región.
Ante esto, el régimen se encuentra en una encrucijada:
- Continuar con su programa nuclear y su apoyo a las milicias, como hasta ahora.
- Negociar con la comunidad internacional y abandonar estos proyectos a cambio de un levantamiento gradual de las sanciones.
Hasta ahora, Jamenei se ha mantenido obstinadamente en la primera opción. Ha declarado públicamente que negociar con Estados Unidos “no es ni racional, ni inteligente, ni honorable”.
¿Un precedente histórico?
Sin embargo, existe una excepción histórica: en 1988, tras años de guerra contra Irak y a pesar de sus promesas de luchar “hasta la última casa de Teherán”, Jomeini se vio obligado a aceptar un alto el fuego —y no la paz— ante la amenaza del Ejército de Liberación Nacional de Irán (rama militar de la OMPI con sede en aquel entonces en la frontera iraquí).
Pero hoy, con la extrema debilidad de Jamenei y la fragilidad del régimen, parece poco probable que pueda retroceder de manera tan estratégica, incluso si su supervivencia dependiera de ello. A diferencia de Jomeini, Jamenei podría ser incapaz de salvar su régimen de un colapso inminente.
Artículo publicado en La Dépêche du Midi, titulado "Séisme politique en vue en Iran":
https://www.ladepeche.fr/2025/03/17/tribune-iran-un-seisme-politique-en-vue-12575093.php