Ante la necesidad, una respuesta: Operación Balmis
A finales del mes de marzo del pasado año se observó que la crisis sanitaria no solo sería larga, sino que exigiría un esfuerzo mayor, motivo por el que se constituyó ‘ad hoc’ la Operación Balmis por parte del Mando Componente Terrestre (MCT), en el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército de Tierra. Ante la necesidad, una respuesta, el MCT puso en marcha equipos de descontaminación no específicos para realizar misiones preventivas en el ámbito NBQ, lo que permitió apoyar a la población civil con una actuación más eficaz.
El Ejército tuvo que hacer un colosal esfuerzo a través del Mando de Apoyo Logístico (MALE), adquiriendo material sanitario, montando hospitales de campaña, habilitando instalaciones físicas como hospitales, así como campamentos para personas sin techo y albergues. También llevaron a cabo el apoyo de transporte a los Bancos de Alimentos, traslado de material sanitario y de agua potable, entre otras misiones.
La Operación Balmis ha supuesto un antes y un después en todos los sentidos, principalmente ha puesto de manifiesto que España tiene a su disposición un “Ejército de Héroes” dispuestos a darlo todo por sus compatriotas. Unas Fuerzas Armadas de las que podemos estar mucho más que orgullosos.
La Operación Balmis se constituyó ‘ad hoc’ en el Mando Componente Terrestre (MCT), subordinado al Mando de Operaciones (MOPS), que dirige esta misión. El jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, el general Varela, delegó el liderazgo del MCT en el teniente general Palacios, jefe del Mando de Canarias, donde se encuentra el Mando de Presencia y Vigilancia Terrestre.
La misión fue bautizada con el nombre de Operación Balmis en recuerdo del médico Javier Balmis, encargado de llevar la vacuna de la viruela a América Latina bajo el reinado de Carlos IV, a principios del siglo XIX.
Durante las primeras semanas, el Ejército de Tierra realizó casi 4.000 actuaciones, además de colaboraciones con la Policía y la Guardia Civil, que implicaron a más de 2.000 militares cada día, desde el 16 de marzo. Un balance muy positivo, siendo además la mayor movilización del Ejército en las últimas décadas. Tal es así que, la suma del número diario de militares implicados en la Operación Balmis arroja un dato total de 187.000 efectivos.
La estructura de la operación se dividió en dos núcleos: el área de Planes y el centro de Operaciones; ambos coordinados por el área de Mando, liderado por el jefe del MCT y su jefe de Estado Mayor.
Por una parte, el área de Planes recibe las peticiones del MOPS, que indican las solicitudes que provienen desde cualquier punto de España. El Ejército se adapta a las necesidades de la sociedad y va generando nuevas capacidades. De este modo, las operaciones que se van a realizar se planean a corto plazo y en función de las demandas que reciban. Y por otra, una vez que la misión se ha elevado a las unidades, el centro de Operaciones adquiere el control. Registra cualquier tipo de incidencia, necesidad de contacto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y posee un enlace directo con todas las patrullas y apoyos que están en curso. Además, está a cargo de la logística, el personal y los recursos materiales.
Como novedad, la mayoría de las naciones han buscado el apoyo de sus militares para asistir, de una manera o de otra, a las instituciones civiles en la gestión de la pandemia.
Las tareas encomendadas han sido muy variadas. Los militares se han implicado desde la asistencia en el control del confinamiento de la población, a las tareas de desinfección, el suministro de alimentos y agua a los más necesitados o la asistencia sanitaria. Pero quizá, el uso más común que han dado los gobiernos a sus FAS ha sido para ampliar las capacidades logísticas. La rápida construcción de hospitales de campaña, la evacuación de nacionales y su aportación para garantizar un suministro seguro y rápido de material médico han sido las tareas más visibles que han puesto de manifiesto que los militares constituyen un apoyo clave para la asistencia en situaciones de crisis y, por tanto, para el bienestar social y la ayuda humanitaria. Como ha sucedido en la actuación en otros desastres naturales, la pandemia ha resaltado la cara humana de los militares.
Las descontaminaciones que se han realizado en el marco de la Operación Balmis han sido de dos tipos: las preventivas, que son las que se llevan a cabo cuando no se tiene confirmación de que haya ningún positivo; y las reactivas, que es cuando sí los hay. Para las primeras no se requieren unidades específicas; para las segundas se necesita personal con una mayor cualificación, por eso se encargó el propio Regimiento o las compañías NBQ de las Brigadas, las cuales, periódicamente, asisten a ejercicios organizados por esta unidad para mantener su nivel de preparación.
Las residencias de ancianos han sido uno de los lugares en los que más se han tenido que realizar este tipo de intervenciones —hasta 5.300 desinfecciones en residencias—. Los otros ámbitos en los que se han centrado sus actuaciones han sido las infraestructuras críticas, como aeropuertos, direcciones generales de tráfico, parques de bomberos, dependencias policiales, parques de bomberos, instalaciones sanitarias, centros penitenciarios y centros de menores, entre otros.
Ante el gran número de defunciones de las primeras semanas y la saturación de los servicios funerarios en Madrid, esta Comunidad Autónoma pidió ayuda a las FAS para el traslado de cadáveres. La Unidad Militar de Emergencias (UME) se hizo cargo de esta tarea, con el apoyo de unidades NBQ del Ejército de Tierra. Se encargaban de recoger, embolsar el cuerpo —dos veces— y depositarlo en el féretro para que otro equipo lo transportara a donde indicase la Comunidad; en este caso, la mayoría se dirigieron a las morgues provisionales, que permanecieron abiertas durante un mes.
Las FAS también se han implicado en las campañas de vacunación —que comenzaron al final de 2020 y comienzos del 2021— para garantizar que todo el proceso se realiza de forma adecuada. En algunos casos, la participación de las FAS ha sido en el transporte o la escolta de las vacunas desde las plantas de producción a los centros de distribución. En España, además, la ministra de Defensa ha abierto la posibilidad a las comunidades autónomas que lo soliciten, para que el personal militar sanitario participe en la administración de vacunas para poder acelerar el proceso de inmunización de la población.
Esta pandemia ha dejado patente una situación que ya venía perfilándose desde hace varios años. Nos encontramos en un nuevo entorno de seguridad en donde las amenazas son más indiscriminadas, más complejas e impredecibles. En este nuevo escenario, ningún país puede hacer frente en solitario a estos nuevos desafíos.
Además, dentro de un Estado será necesario avanzar hacia la utilización de todos sus recursos de forma coordinada, efectiva y eficiente para ofrecer una respuesta que permita volver a la normalidad lo antes posible para contrarrestar los efectos negativos de un suceso disruptivo.
Esta situación ha supuesto un antes y un después en todos los sentidos, principalmente ha puesto de manifiesto que España tiene a su disposición unas Fuerzas Armadas dispuestas a darlo todo por sus compatriotas. Unas Fuerzas Armadas de las que podemos estar mucho más que orgullosos y con las que debemos contar para la superación de esta crisis que, solo se logrará, con la confianza en las instituciones y también con la responsabilidad de la población. En un entorno dominado por la incertidumbre, la confianza en las instituciones permite mantener a la población unida y crear el entorno de seguridad necesario para la prosperidad del país en su conjunto.
José Javier Fernández Hernández/ Máster Universitario en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales/ Diplomado en Altos Estudios de la Defensa Nacional/ Colaborador en el Área de Defensa Nacional de Sec2Crime.
- Hidalgo García, M. (2021). El papel de las Fuerzas Armadas en la gestión de la COVID-19 como generador de confianza. Instituto Español de Estudios Estratégicos.
- Lázaro, F. (2020). Casi 2.500 militares recibieron apoyo psicológico tras participar en la ‘operación Balmis’ por la crisis del coronavirus. El Mundo. Recuperado de: https://www.elmundo.es/espana/2020/06/18/5eeb7ea2fdddff986a8b4576.html
- Tierra Edición Digital. Núm. 56 (mayo 2020). Operación “Balmis”. Recuperado de: https://publicaciones.defensa.gob.es/revistas.html