¿Qué ha sido de convertir a España en el primer país europeo con satélites radar y ópticos de observación?

The Minister of Defence, Margarita Robles, accepted that the Ministry of Science and Innovation, led by Pedro Duque, would divest Ingenio and that its operation would be taken over by the National Institute for Aerospace Technology (INTA), which was not contemplated in the PNOTS.

Hoy se cumplen tres meses desde que el satélite de observación español Ingenio ‒también conocido como SeoSat‒ quedó hecho añicos al explotar en pleno vuelo de ascenso el lanzador europeo Vega, que el 17 de noviembre del pasado año lo transportaba al espacio para colocarlo en órbita alrededor de la Tierra.

Propiedad del Ministerio de Ciencia e Innovación, han pasado 90 días y el mutismo de Pedro Duque y su equipo directivo es absoluto. Nada ha trascendido sobre si el que debía ser el primer satélite gubernamental de observación español será relevado por otro semejante o qué pasará.

Da la impresión de que su desaparición y la perdida de los 200 millones de euros que supuso hacerlo realidad sean una nimiedad y no haya producido ningún tipo de perjuicio. Es lo que se puede deducir a tenor de que ni el Ministerio de Ciencia e Innovación ni tampoco el de Defensa ‒al que Ingenio iba a ser transferido una vez en funcionamiento en órbita‒, hayan planteado hasta el momento la sustitución de la plataforma espacial.

La desintegración de Ingenio por causas totalmente ajenas al satélite ha dejado huérfano al llamado Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS), aprobado oficialmente en julio de 2007 por un acuerdo entre los Ministerios de Defensa e Industria, cuyos titulares eran en aquel entonces José Antonio Alonso y Joan Clos, respectivamente.

Con Ingenio en sincronía con la plataforma radárica Paz ‒en órbita desde febrero de 2018‒ se pretendía convertir a España en “el primer país europeo que dispondrá de un sistema dual de observación de la Tierra, radar y óptico, y de doble uso, civil y militar”. Es lo que el 7 de junio de 2011 afirmó en Madrid la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, durante la ceremonia de presentación en sociedad de Paz en la sede de Airbus Space Systems, contratista principal de ambos.

Ni una sola reunión tras el desastre

Con el tándem Paz-Ingenio también se buscaba dotarse con una mayor independencia y soberanía operativa en el ámbito de la adquisición de imágenes con destino a la defensa, la seguridad y las aplicaciones civiles, a la vez que capacitar a la industria nacional para el desarrollo y construcción de satélites y sensores radar y ópticos de gran resolución.

Mientras que lo segundo se puede dar por logrado con creces, lo de obtener “independencia y soberanía en la adquisición de imágenes espaciales” ha quedado en entredicho. Ingenio se ha esfumado, Paz ofrece fotografías radar complejas de interpretar de forma adecuada en muchos casos, en espacial sin el complemento de las imágenes ópticas que Ingenio iba a proporcionar, lo que obliga a su compra a terceros.

En cualquier caso ¿Cómo es posible que tres meses después del accidente el Comité de Dirección del PNOTS, el máximo órgano de control y seguimiento del Programa, no se haya reunido para valorar las consecuencias de que Ingenio se haya esfumado? ¿Qué Ministerio toma la iniciativa de convocar la reunión?

El citado Comité está formado por altos funcionarios de varios ministerios, entre ellos de Defensa y del departamento de Industria, Comercio y Turismo, que en 2007 incluía al Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el organismo público promotor de Ingenio, hoy adscrito a la cartera de Ciencia e Innovación. Dicho Comité de Dirección está presidido por el secretario general de Industria y PYME, el economista Raúl Blanco, y por la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro.

¿A qué se espera para celebrar el conclave? ¿Ya no hay necesidad de mejorar la vigilancia, el control de fronteras y la detección de vertidos? ¿Moncloa y el Ministerio de Defensa que encabeza Margarita Robles han descartado suplementar al satélite radar Paz con otro óptico, tal y como se recoge en el PNOTS? ¿El departamento de Ciencia de Pedro Duque y el de Industria de Reyes Maroto abandonan su implicación en la promoción y financiación de satélites gubernamentales? ¿Disponer de satélites de tecnología dual y uso civil y militar ya no es válido? 

Cerrar el PNOTS, asumir un PNOTS-2 o apostar por un satélite de transición

En cualquier caso, no parece razonable que el órgano de alto nivel que supervisa la marcha del PNOTS no se haya reunido pasados tres meses del desastre para encontrar una alternativa a Ingenio. ¿Se da por concluido el PNOTS? ¿Se da paso a un PNOTS-2? ¿Se apuesta por un satélite de transición de fabricación nacional y rápida, poco coste y mejores prestaciones, lo que la tecnología actual hace posible? Ninguna de todas las preguntas formuladas tiene todavía respuesta.

Ante los Ministerios de Ciencia, Defensa e Industria se han presentado propuestas que plantean un relevo de Ingenio para restablecer el equilibrio del PNOTS. Son documentos que detallan los objetivos que se pretenden conseguir con el diseño, desarrollo, fabricación y puesta en órbita de un pequeño satélite electroóptico de alta resolución, con un peso del orden de una tonelada y que permita discriminar objetos por debajo de 50 centímetros, que mejora los 2 metros que contemplaba Ingenio.

En algunos casos se ha evitado denominar al proyecto con el apelativo de Ingenio-2, para evitar recordar al que ya es historia. Prácticamente todos los borradores de proyecto que obran en manos de los Ministerios proceden de la industria espacial española y, en algún que otro caso, de un grupo de empresas que se han coaligado en otras ocasiones en iniciativas espaciales parecidas. Pero ninguna parece haber obtenido respuesta, entre otras razones porque el Comité de Dirección está ausente.

Con el PNOTS, el Gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero pretendía dotarse con las enormes capacidades que ofrecen los satélites de observación de la Tierra. El Programa lo heredó el Gobierno de Mariano Rajoy y ahora el de Pedro Sanchez. Sin embargo, a la vista del aparente desinterés que demuestra el Ejecutivo actual, parece que las limitadas ambiciones espaciales españolas en materia de satélites han quedado diluidas o en estado durmiente… salvo prueba en contrario.