El arte de la diplomacia deportiva en Marruecos

Fouzi Lekjaa, presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol, recibe el Premio al Mejor Equipo durante los Premios de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) 2023 en Marrakech el 11 de diciembre de 2023 - PHOTO/AFP

Una sinfonía dirigida por el Sr. Fouzi Lekjaa hacia la Copa Africana de Naciones 2023.

  1. La influencia de Lekjaa se extiende más allá del terreno de juego

El poder de la diplomacia deportiva reside en su capacidad para trascender fronteras, forjar identidades nacionales y establecer vínculos internacionales. En una época marcada por los conflictos y las grandes apuestas, el deporte se está convirtiendo en un lenguaje universal, y Marruecos se perfila como un notable ejemplo de éxito en este terreno, magistralmente orquestado por el visionario Fouzi Lekjaa.

Desde su nombramiento como presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF) en 2014, Fouzi Lekjaa ha demostrado ser el cerebro de una extraordinaria transformación del panorama futbolístico marroquí. Bajo su liderazgo y en menos de 10 años, la selección nacional masculina ha deslumbrado al mundo alcanzando las semifinales del Mundial de 2022, un logro sin precedentes para un equipo africano.

La influencia de Lekjaa se extiende más allá del terreno de juego

  • Como primer marroquí en formar parte del Consejo de la FIFA y segundo vicepresidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), ha elevado a Marruecos a las altas esferas del fútbol mundial.
  • Su reciente nombramiento como jefe del comité encargado de la candidatura marroquí para la Copa del Mundo de 2030, en asociación con España y Portugal, demuestra la confianza que Su Majestad el Rey, que Dios le asista, tiene en su capacidad para elevar la bandera marroquí a lo más alto del mundo. 

Lo fascinante de Fouzi Lekjaa es su capacidad para trascender el ámbito del deporte, ya que su papel estratégico al frente de los presupuestos del Estado marroquí da fe de su polivalencia. Compagina hábilmente su implicación en los asuntos financieros cruciales del Reino con su dedicación a hacer de Marruecos un faro futbolístico mundial, lo que le convierte en un vehículo de transparencia.

Los paralelismos entre el éxito diplomático deportivo de Marruecos y la visión de Lekjaa son asombrosos. Ha convertido el deporte en un instrumento de promoción de la imagen del país, en un catalizador de una identidad nacional orgullosa e innovadora. La selección femenina, en su primera participación en un Mundial, alcanzó los octavos de final, creando una nueva narrativa en el fútbol árabe. 

A pesar de la propaganda argelina, las historias de ciencia ficción y las decenas de artículos pagados por Argel, Fouzi Lekjaa encarna la resistencia de Marruecos frente a un vecino dolorido. Su capacidad para sobreponerse a la adversidad, ya sea en el terreno de juego o en la arena política, le convierte en una figura emblemática de la determinación marroquí.  

Como simpatizante de la selección nacional, diría que la audaz sugerencia de traer de nuevo la Copa Africana de Naciones (CAN) al Palacio Real en 2023 representa un nuevo reto que hay que superar, pero sobre todo una oportunidad que hay que aprovechar. A partir de ahora, sin duda tendremos que alejarnos de la propaganda y no dejarnos intimidar por las posibles críticas.   

Es la hora de la convicción. 

En conclusión, el éxito de Marruecos en diplomacia deportiva, bajo la dirección de Fouzi Lekjaa, es una sinfonía de excelencia. Es el director de una ola que trasciende los estadios para asustar a los pasillos de los militares argelinos. Marruecos, animado por esta ola de éxitos, se erige en ejemplo inspirador de lo que puede lograr la diplomacia deportiva, uniendo a los pueblos africanos y proyectando a una nación hacia nuevos horizontes. 

Mehdi EL KAROUANI 

@karouani_M