La creación de la Asociación de Diplomados Marroquíes en España (ADME): contexto, objetivos y actividades

Junta Directiva Asociación de Diplomados Marroquíes en España
El pasado sábado 26 de abril, se celebró en Tetuán la asamblea general constitutiva de la Asociación de Diplomados Marroquíes en España (ADME), que supone la consecución de un proceso de varios meses de consultas con centenares de egresad@s de universidades españolas que viven en Marruecos, España y algunos países de América del Sur
  1. Las relaciones hispano-marroquíes: luces y sombras
  2. Los diplomados marroquíes de universidades españolas: una palanca para superar las dificultades y reforzar las relaciones
  3. Objetivos de la ADME: 
  4. Medios:

En verdad, la idea de creación de esta asociación lleva fraguando varios años para responder a una necesidad motivada por varias razones, entre ellas:

  • La cercanía geográfica y los intercambios humanos y socioeconómicos que tuvieron, tienen y seguirán teniendo lugar entre Marruecos y España. Cada país, como es evidente, hace en gran parte la política de su geografía. 
  • Por un lado, la existencia de miles de egresad@ s marroquíes de universidades, grandes escuelas y centros de formación españoles, y por otro la falta de una estructura que les aúne y usufructúe sus multidisciplinares conocimientos, fecundas experiencias e invaluables relaciones profesionales y humanas, para el afianzamiento de las relaciones entre su país de origen y el de sus estudios universitarios.
  • La búsqueda por parte de numerosos organismos españoles y marroquíes de una institución creíble, con gente altamente cualificada y conocedora de la realidad de ambos países, para llevar a cabo proyectos comunes.

Las relaciones hispano-marroquíes: luces y sombras

La historia de las relaciones entre España y Marruecos está repleta de testimonios de vaivén humano e influjo mutuo, algo natural entre dos países fronterizos. Esta ósmosis inversa, rica y continua, desde tiempos inmemoriales, encuentra su eco en una extendida pléyade de manifestaciones sociales y económicas. A nivel cultural, de la lengua en particular, la influencia mutua remonta a muchos siglos atrás. La existencia de más de cuatro mil palabras de origen árabe y amazigh en el español, así como de miles de voces y dicciones de origen español en el habla de Marruecos, en general, y del norte de Marruecos, en particular, corrobora esa simbiosis lingüístico-cultural.

Los dos libros que he publicado recientemente titulados “Vocablos de origen español en el habla del norte de Marruecos” y “Compendio de vocablos, expresiones, juegos infantiles y topónimos de origen español en el habla del norte de Marruecos”, ponen de manifiesto el arraigo y abundancia de este ascendiente. Hablar un idioma común significa compartir pensamiento y emociones. Por ello, el marroquí y el español son más hermanos de lo que parece. Quitando un poco de religión, el parentesco y aire de familia saltan a la vista. No en balde se exclamaba el gran Benito Pérez Galdós en su “Aita Tetttauen”: “¿Qué es el moro más que un español mahometano? Y ¿cuántos españoles vemos que son moros con disfraz de cristianos?” 

Esta interconexión se ha reforzado de manera significativa en las últimas décadas, independientemente del color político del Gobierno español, merced a una política sostenida de cooperación a todos los niveles (económico, científico, cultural, migración, seguridad, justicia, fiscalidad, etc.).

Más reciente, las dos declaraciones conjuntas del 7 abril de 2022 y el 2 de febrero de 2023 que reconocen la iniciativa marroquí de autonomía como la base más seria, realista y creíble para resolver el diferendo del Sáhara Occidental han supuesto un punto de inflexión en estas relaciones. Esta nueva posición pragmática y disruptiva del Gobierno español ha tenido un efecto acelerador sobre los intercambios económicos entre los dos países. Hoy por hoy, España es el socio económico más importante de Marruecos con un volumen de negocios que superó los 24.000 millones de euros en el 2024.

Con 20.000 empresas españolas que trabajan de forma directa con Marruecos y más de mil totalmente instaladas en el país jerifiano, Marruecos es el país que más inversiones españolas recibe en el continente africano. Asimismo, les inversiones marroquíes en España han ido acreciéndose de manera notoria en los últimos años.

El incremento del número de turistas en ambos sentidos (1 millón de marroquíes frente 3,5 millones de españoles en 2024) es la consecuencia lógica de este ambiente de quietud y confianza que reina entre los dos países gracias a la voluntad férrea de sus máximos dirigentes de que las relaciones entre ambos países revistan un carácter estratégico.

Es de suponer que este proceso se irá reforzando con la organización de ambos países, junto con Portugal, del Mundial de fútbol de 2030 que está brindando más oportunidades a ambos países para afirmar su cooperación política y socioeconómica, así como catalizar los flujos culturales y humanos.

No obstante, a pesar de este sustancioso y loable progreso, sigue habiendo algunas zonas de sombra, entre ellas:

*En España: 

La persistencia en buena parte de la sociedad española de una visión contraproducente hacia Marruecos y los marroquíes. Esta visión simplista y desconfiada, a veces desde el desconocimiento, y otras por razones mal intencionadas, es nutrida por cierta clase política y un abanico bastante amplio de medios de comunicación para obtener rédito electoral fácil. Este discurso perverso encuentra su eco en las redes sociales que conforman hoy la visión de buena parte de la población. 

Partiendo de hechos aislados relacionados con la emigración irregular o con problemas de integración, presentan a la comunidad marroquí en España como una gente conflictiva, que sólo quiere aprovecharse de las ayudas sin hacer ningún esfuerzo para integrarse en el país de acogida y respetar sus valores. 

A esta narrativa se añade otra, basada también en claves del pasado, que presenta a Marruecos como un país atrasado, riesgoso y estático, omitiendo hablar de su dinamismo geopolítico y geoeconómico, de su juventud emprendedora, de su voluntad de modernizarse y mejorar las condiciones de vida de su población.

Es evidente que no todo es ameno en Marruecos y que el país se enfrenta, como muchos otros países en vía de desarrollo e incluso desarrollados, a una serie de desafíos, a nivel social en particular. Sin embargo, una cosa es que el país siga padeciendo de problemas estructurales, y otra es hacer de él un objeto de catarsis sociopolítica y una variable de ajuste electoral. 

Semejante percepción impide darse cuenta de la importancia para España de tener a un vecino próspero y estable, aminora la importancia estratégica de la cooperación entre los dos países, y subestima el impacto muy positivo de la mayor parte de la diáspora marroquí en la economía española. 

La escasa inversión del Estado marroquí en estructuras culturales y mediáticas en España con el objetivo de mejorar la imagen del país no ayuda a contrarrestar esta pérfida perspectiva.

*En Marruecos: 

La existencia de una cierta y anormal frialdad por parte de miles de egresad@s de universidades españolas hacia el país donde han cursado sus estudios universitarios, España. Esta reticencia se debe a dos motivos esencialmente: las trabas administrativas que encuentran a nivel de movilidad, y el escaso trato de favor que tienen a la hora de matricular a sus hij@s, como es lógico, en los centros escolares españoles. Este malestar debe disiparse cuanto antes.

Asimismo, asistimos a una exigua rentabilización a nivel popular e institucional -comparado con otros países- del importantísimo esfuerzo económico, inversor y educativo-cultural de España. En nuestra opinión, la falta de una plataforma mediática hispanohablante que enfatice y divulgue este ingente esfuerzo es una asignatura pendiente que urge aprobar. La implicación del sector privado español en Marruecos en la consecución de este objetivo es fundamental. 

Esta miscelánea de óbices hace que la mejora sustanciosa de las relaciones entre los dos países en el ámbito económico y político resulte insuficiente para salir de lo coyuntural e inscribir estas relaciones en un marco mucho más sólido y perenne. 

Esto nos invita a movilizar otros recursos en afán de superar estos obstáculos y evitar la vuelta a la casilla de salida con todos los problemas que acarrea. Un trabajo pedagógico y sociocultural a nivel de la población española es una tarea en espera, igual que la apertura de canales de discusión y debate con l@s que hacen la opinión en el vecino país íbero. La toma de consciencia de la población española de la interdependencia de los dos países y de su destino común es un elemento clave para garantizar la sostenibilidad de las relaciones. Una mayor y mejor presencia de Marruecos en el panorama cultural y mediático español es de suma importancia para la consecución de estos fines.

Asimismo, una mayor presencia de España a nivel mediático en Marruecos es imprescindible para visualizar y reconocer los esfuerzos considerables que está desplegando. 

El papel de los egresados marroquíes de universidades españolas es primordial para impulsar este necesario trabajo de inmunización y fortalecimiento. Estimamos que los cinco próximos años son muy propicios para entablar tal iniciativa.

Los diplomados marroquíes de universidades españolas: una palanca para superar las dificultades y reforzar las relaciones

Hablamos de miles y miles de cuadros altamente cualificados en varias disciplinas: medicina, ingeniería, farmacia, química, física, biología, derecho y ciencias políticas, economía y gestión, arquitectura, traducción, diplomacia, lengua y literatura, bellas artes, música, etc. Un buen número de ellos prefieren instalarse en España e integrarse en la sociedad española, mientras que otros vuelven a su país de origen y participan en el desarrollo económico y sociocultural nacional guardando excelentes relaciones a nivel profesional y humano con España y los españoles. 

Sin embargo, el impacto, como avanzamos antes, de la fuerza relacional y sugestiva de estos miles de diplomad@s es escaso debido la ausencia de una entidad aglutinante y “federadora” que les una y canalice sus ideas e iniciativas en beneficio de las relaciones entre los dos países. 

Conscientes de la importancia del momento político que atraviesan las relaciones entre España y Marruecos, consideramos que la constitución de esta asociación les permitirá de desempeñar este papel vanguardista, y a las instituciones de los dos Estados de aprovechar su calidad profesional y relacional. 

Objetivos de la ADME: 

Además de reunir est@s egresad@s en una plataforma que les permita intercambiar ideas y experiencias y mutualizar las fuertes relaciones que han tejido en Marruecos, España y algunos países de América del Sur, la asociación velará por visibilizarlos y hacer que desempeñen un papel más relevante acorde a su fuerza numérica, profesional y socioeconómica.

La ADME quiere también ser un interlocutor fiable de las instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil en los dos países, asesorarlas, ofrecer su conocimiento multidisciplinar y fuerza relacional para fomentar la cooperación entre ambos y aminorar las limitaciones citadas arriba. 

Asimismo, la asociación intercederá ante las autoridades competentes españolas para facilitar las condiciones de estudio, residencia e integración social de los estudiantes marroquíes en España. 

Medios:

Para el cumplimiento de estos fines se realizarán las siguientes actividades: 

  • Crear un think tank dedicado a pensar las relaciones entre ambos países y desarrollar los utensilios oportunos para promoverlas.
  • Poner en marcha una plataforma mediática enfocada en la promoción de las relaciones hispano-marroquíes.
  • Incentivar proyectos de cooperación descentralizada.
  • Organizar actividades turístico-culturales y deportivas en los dos países.
  • Establecer una red hispano-marroquí que incluye asociaciones, organizaciones y centros de investigación.
  • Concluir acuerdos y realizar proyectos con empresas, instituciones y fundaciones del sector público y privado en España y Marruecos.
  • Editar, publicar y difundir documentos, boletines, revistas y obras de toda índole concordantes con los fines de la asociación.

Dr. Mohamed Nouri, presidente de ADME