Las unidades de inteligencia financiera
“Las Unidades de Inteligencia Financiera se componen por analistas cuyo objetivo es la investigación, análisis y comunicación a la autoridad pertinente ‘SEPBLAC’ de aquellas operativas en las que se aprecien indicios de blanqueo de capitales y/o financiación del terrorismo, en este artículo hablaremos de cómo trabajan estas unidades en las entidades bancarias.”
Antes de entrar en detalle necesitamos conocer en qué consisten estas Unidades de Inteligencia Financiera (en adelante UIF) y de dónde surgen.
La creación de estas unidades es obligatoria, según la Ley 10/2010 de Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación de Terrorismo, para todos aquellos sujetos obligados cuya facturación supere los 50 millones de euros anuales.
Esta medida queda recogida más concretamente en el capítulo IV de la Ley 10/2010 “Medidas de Control Interno” bajo el nombre de “Unidad Técnica”. Para más información sobre este capítulo pueden acceder al artículo de Sec2Crime “Medidas de Control Interno”.
Hay un aspecto clave que queda recogido en la ley al mencionar las “Unidades Técnicas”, y es que deben estar formadas por expertos en la materia y con dedicación exclusiva.
Es decir, los analistas que forman parte de esas unidades deben tener amplios conocimientos sobre el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo y deben a su vez dedicarse exclusivamente a labores relacionadas con el análisis de este fenómeno.
Esta medida ha generado un cambio realmente importante en el sector, al provocar una necesaria especialización por parte de los analistas en esta materia, por lo que a día de hoy estas unidades cuentan con más profesionales y más capacitados.
En este artículo vamos a centrarnos en la labor de las UIF de las entidades bancarias.
Las UIF en las entidades bancarias están localizadas en la rama de “Riesgos no-financieros”, y normalmente están incluidas dentro del área de Compliance. Dependiendo de la decisión y estrategia de cada entidad la labor desarrollada por las unidades puede estar externalizada en mayor o menor medida, aunque se aprecia una tendencia a la no externalización debido a lo comprometido de la labor realizada, tanto por la importancia de esta actividad como por la sensibilidad de la información con la que se trabaja.
La respuesta queda clara según hemos visto anteriormente, analistas especializados. La formación de base de estos analistas es variada, siendo principalmente personas graduadas en economía, ADE y en Derecho, aunque cada vez se está teniendo más en cuenta al sector de la criminología, en base a su formación delitos económicos y a que las exigencias en la calidad por parte del SEPBLAC.
Estas exigencias de calidad en los análisis realizados hacen necesario un conocimiento más cercano al ámbito de la seguridad, el comportamiento delictivo, las organizaciones criminales y el análisis estructurado (directamente relacionado con el análisis de inteligencia), y no tan solo conocimientos puramente económicos o legales.
Los analistas reciben la información sobre posibles casos sospechosos de blanqueo de capitales o financiación de capitales por distintas vías:
La principal son los controles informáticos con los que cuentan todo banco. Estos controles tratan de parametrizar comportamientos considerados como sospechosos para que, al decretarse se generen alarmas, las cuales son analizadas. El diseño de estos controles, tarea en la que participa la UIF, es de vital importancia para la entidad, ya que podrían generar trabajo excesivo e innecesario o que actividades sospechosas no sean detectadas.
Solo las UIF conocen cuáles son y cómo funcionan estos controles.
Otras formas de obtención de información sobre comportamiento sospechoso son comunicaciones de empleados, normalmente de oficinas, y comunicaciones o peticiones por parte de las autoridades, tanto SEPBLAC como las FFCCSSEE.
Una vez recibida la información, el analista debe proceder a la investigación, en base a sus conocimientos en la materia y a la información disponible. En caso de ser necesario se podrá solicitar al cliente investigado la información que se considere necesaria, por ejemplo, documentación fiscal, pero nunca de forma directa, ya que una persona investigada, según la Ley 10/2010, no puede en ningún momento saber que lo está siendo.
En ocasiones los análisis realizados son de gran complejidad, pueden tratarse de tramas con decenas de personas implicadas, transacciones internacionales y nacionales, jurisdicciones de riesgo, empresas, etc.
Esto hace que seguir el rastro del dinero y entender el comportamiento del cliente/clientes sea realmente complicado, incluso con toda la información de la que disponen las entidades bancarias.
Una vez realizado el análisis se debe llegar a una conclusión. El analista debe concluir si encuentra indicios de blanqueo de capitales, financiación del terrorismo o cualquier tipo de crimen financiero, en caso afirmativo el análisis, tras ser revisado minuciosamente y expuesto a los organismos del control interno, es enviado a la autoridad competente, en el caso de España, el SEPBLAC.
En caso de no apreciarse inicios de sospecha se archivará, pudiendo ser reabierto en un futuro, ya que estos casos son auditados regularmente.
Las UIF son a día de hoy, y cada vez más, organismos esenciales para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, formadas por expertos en la materia, en constante colaboración con otras entidades y con los FFCCSSEE, y que actualmente se encuentran en un proceso de evolución y desarrollo.
Lo más posible es que veamos cómo se abre un nuevo nicho de mercado para aquellas personas formadas en delincuencia económica, seguridad y análisis de inteligencia, ya que el perfil de analista de PBC/FT requiere de una mezcla de conocimientos, entre la economía, el derecho, la seguridad y el análisis estructurado.
Pablo Cascio Cañas, analista de PBC/FT en ING y colaborador en el área de Delincuencia Económica de Sec2Crime