La UE, en busca de un nuevo pacto por el Mediterráneo
“España siempre ha desempeñado un papel fundamental en el Mediterráneo y colaboraré con su Gobierno y todas las partes interesadas para velar por que nuestras iniciativas reporten beneficios reales y duraderos a toda la región”. Así se expresaba la comisaria europea para el Mediterráneo, Dubravka Suica, durante su visita a Madrid para participar en reuniones de alto nivel, a fin de intensificar la cooperación en torno a temas fundamentales para la región.
Suica, que fue recibida en audiencia por el rey Felipe VI, se reunió con los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, así como con el secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), Nasser Kamel.
La comisaria destacó las principales prioridades estratégicas de la UE . Así, el nuevo Pacto por el Mediterráneo tendría un enfoque más integrado en la cooperación bilateral y regional, las relaciones con el Norte de África y los socios del Golfo Pérsico, la situación actual en Oriente Próximo, incluidas las necesidades de reconstrucción, y el cometido de la UpM.
La dirigente europea señaló la importancia del papel de España como puente entre Europa y el Mediterráneo, y destacó sus fuertes vínculos con los socios del Norte de África en ámbitos como las migraciones, la economía y la energía. En el nuevo Pacto habrán de incluirse futuras inversiones en energía y tecnología clínica, así como en gestión del fenómeno migratorio.
Dubravka Suica reafirmó el compromiso de la UE de apoyar la estabilidad y el desarrollo de Oriente Próximo, a cuyo respecto aludió a los planes ya en marcha para la IX Conferencia de Bruselas sobre Siria, incluida la futura ayuda financiera para la pronta recuperación y reconstrucción del devastado país.
Asimismo, la comisaria y las autoridades españolas y de la UpM con las que se reunió señalaron la importancia estratégica de una cooperación reforzada entre la UE y la región del Golfo Pérsico, con planes para fomentar acuerdos de asociación con los seis países que conforman el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).
Abordaron formas de intensificar la cooperación regional, en particular mediante la revitalización de la Unión por el Mediterráneo, la única organización regional que reúne a la UE y a los socios de la orilla meridional de ese mar.
Cuestión crucial, también trataron de la gestión migratoria, en la que España es un socio determinante. Las vías legales de encauzarla, y reducir por lo tanto la inmigración irregular mediante la lucha contra el tráfico ilícito de inmigrantes, constituyen los pilares fundamentales de una cooperación que no puede ser sino global.
También abordaron la evolución de las capacidades esenciales para la competitividad económica y la cohesión social. La UE ya ha puesto en marcha asociaciones en materia de talento con Marruecos, Túnez y Egipto, con el objetivo de reforzar las capacidades que favorezcan la movilidad y la consiguiente migración laboral.
La comisaria resumió las líneas esenciales del Nuevo Pacto por el Mediterráneo en “consensuar una visión común para la región, con especial hincapié en el comercio y la inversión, la energía y las tecnologías limpias, la adaptación al cambio climático, la conectividad digital y el transporte, la seguridad, las relaciones interpersonales y la gestión de las migraciones”.
No obstante, Dubravka Saica reconoció que Europa no puede actuar sola: “El Mediterráneo y el Golfo Pérsico están profundamente interconectados, y una cooperación más estrecha entre la UE y el Golfo será fundamental para enfrentar los retos tanto mundiales como regionales”. Y abogó por no dejar pasar la oportunidad de la celebración el próximo noviembre del trigésimo aniversario del Proceso de Barcelona, para intensificar y revitalizar la cooperación entre las dos orillas de nuestro Mar Mediterráneo.