Contención y reducción fiscal en Francia, Alemania e Italia. ¿Y España?

Líderes europeos

Emmanuel Macron ha sido el último en tomar la palabra sobre los planes internos de reconstrucción económica de los principales países de la Unión Europea. El maná comunitario, esos 750.000 millones dispuestos para sufragar los gastos de los países miembros, que no va a tener una aprobación fácil y es posible que encalle y ponga en riesgo el futuro mismo del club europeo, va a tener necesariamente que venir acompañado de los compromisos que los diferentes gobiernos van a tener que adquirir para levantar sus propios sistemas productivos, destruidos por las consecuencias económicas de la pandemia en solo cuatro meses. La devastación obliga a adquirir deudas con comerciantes, autónomos, empresas turísticas, culturales, fábricas del sector de automoción, compañías aéreas que siguen casi en los hangares ante la escasez de demanda... El presidente francés ha sido el último en dar pistas sobre lo que su ejecutivo de reciente remodelación va a hacer, y más importante aún, lo que no va a hacer para dinamizar la economía de su país, que entra en frontal contradicción con lo que se dice y lo que no se dice en España. Macron se suma a Merkel y a Conte en la exposición de planes fiscales claros de relanzamiento de las economías.

Francia: incentivar el trabajo sin subir impuestos 

Los planes del presidente de la República, explicitados en horario de máxima audiencia y en el día de la Fiesta Nacional en la televisión pública (Sánchez desprecia la española, prefiere aparecer en televisiones privadas afines a su gestión). La contención fiscal es su principal argumento, porque defiende que una subida impositiva supondría golpear duramente al consumo y provocaría incertidumbres sobre la economía gala. Exactamente lo contrario que dicen los socios del gobierno en España. “No se supera una crisis como esta subiendo impuestos”. Cierto es que Emmanuel Macron no se ha atrevido a hacer un anuncio espectacular de reducción fiscal más allá del anunciado por su ministro Bruno Le Maire para las empresas (100.000 millones de euros), como sí han hecho varios de sus homólogos europeos personalmente. Pero ha anticipado la eliminación de cargas impositivas a los jóvenes. 

Hay otra idea de la entrevista, mejor aún: se debe generar la búsqueda del enriquecimiento a través del trabajo. La comparación es odiosa, como todas, pero muy pertinente. En España hay muchos empleados de locales de hostelería y otros sectores que han comunicado a sus jefes su decisión de no volver a su puesto tras los ERTE, para poder beneficiarse del Ingreso Mínimo Vital por el cual perciben más dinero líquido sin desplazamientos, preocupaciones ni horas de faena. 

Alemania: protección a familias, pymes y rentas altas

El plan fiscal contra la destrucción económica en el país teutón es espectacular. Más de 40.000 millones de euros de reducción fiscal que suponen más del 1% de su Producto Interior Bruto. Las principales medidas beneficiarán a pequeñas y medianas empresas, y a las familias que son el motor de la actividad productiva. Pero a Angela Merkel no le entran las fobias ideológicas que sufren otros dirigentes contra aquellos que tienen rentas más altas, los considerados por el gobierno español como “ricos” o “los que más tienen”. Una subida en el límite de ingresos propiciará que se reduzca el número total de contribuyentes que tributa en el máximo tramo del impuesto de la renta, una medida que va en sentido contrario exactamente al que repetidamente aluden Sánchez e Iglesias. El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, cree que hay un beneficio a largo plazo aumentando el nivel de ingresos a partir del cual se tributa al máximo del 42% de IRPF, pero ha ido más allá con una reducción del impuesto al consumo, el IVA, de tres puntos en su tramo más elevado y dos en el reducido. Envidia sana dan los amigos alemanes.  

Italia: descenso de los impuestos por consumir

Guiseppe Conte lidera un gobierno de coalición mayoritariamente de izquierdas. Pero entre sus primeras medidas para estimular la recuperación económica tras el parón en la producción de todos sus sectores ha estado la aprobación de exenciones fiscales, subvenciones a las empresas para que vean reducidas sus cotizaciones, y créditos blandos para poder pagar los impuestos. Los tipos del IVA son recortados temporalmente, en lugar de especularse con una subida como en España que nunca llega a confirmarse ni desmentirse. Los autónomos se benefician además de una exención en su pago, y dejan de ser los recaudadores de impuestos del Estado. Cualquiera desmentiría que el ministro de Economía, Roberto Gualtieri, sea un socialdemócrata convicto, pero lo es, y ha aparcado sus preferencias personales para adaptar sus políticas a las necesidades de su país en una situación de emergencia. 

Ante esta tendencia liberalizadora que se extiende entre los países que lideran la UE, y que busca reactivar la actividad por la vía de frenar el gasto público y alimentando a los actores económicos vía reducción de obligaciones fiscales, en España el Gobierno anuncia y vuelve a anunciar subidas de impuestos “dada la situación de deuda y déficit público del país por el coronavirus”.