La derrota ante el Villarreal provoca un terremoto en el club y pone en peligro la temporada

Los 5 motivos que hacen que Xavi huya del Barça en junio

El entrenador español del Barcelona, Xavi - PHOTO/AFP/AXEL HEIMKEN

Xavi Hernández no es el salvador del Barcelona como esperaba Joan Laporta y el socio del club azulgrana. Fue, más bien, alguien en quien querían creer en vista del desplome de la entidad. Una patada hacia adelante unida a la venta de las joyas de la abuela para sobrevivir que la afición compró, anestesiada como vive viendo como la orquesta toca mientras el barco se hunde. Pero hay otros motivos que han obligado a Xavi a dejar el club en junio y a anunciarlo en enero, un movimiento que se puede convertir en una pesadilla de casi medio año.   

  1. Laporta  
  2. Deco  
  3. Excusas  
  4. Plantilla  
  5. Negreira  

Laporta  

Xavi era el entrenador de Víctor Font, el otro candidato a la presidencia del Barça. Como Font no iba a ganar las elecciones, Xavi se movió entre líneas y se puso junto a Laporta. El expresidente volvía al club en sus horas más bajas y sin una hoja de ruta, por lo que contratar como entrenador a una leyenda y a un tipo perfecto para aguantar las críticas, le pareció la maniobra perfecta. Los meses han demostrado que Laporta puso demasiados parches y ahora se empiezan a ver las costuras que nadie arregló. Un club sin profesionales en la dirección deportiva tras la salida de Cruyff y de Mateo Alemany, lleno de amistades del presidente y con un director deportivo como Deco que dejó de ser representante en cuanto el Barça le puso un sueldo en agradecimiento a los servicios prestados.   

Deco  

El exjugador portugués llegó al Barcelona por la amistad que siempre guardó con Joan Laporta. Nunca demostró sus dotes como director deportivo, pero representar jugadores y hacer negocios con el Barcelona fue suficiente para conseguir el trabajo. Una vez con galones, decidió ir a por Xavi, al que nunca vio como un entrenador de nivel. Deco y Laporta hundieron a Xavi en la miseria del vestuario el día que le obligaron convocar a los jugadores que ellos creían necesarios (Lewandowski, Gündogan y Araujo) y no a los que el técnico eligió para el partido de Champions ante el Amberes. Ese movimiento desacreditó a Xavi y la foto con Rafa Márquez, entrenador del Barça Athletic, hizo que los jugadores le perdieran el respeto.   

Excusas  

En su etapa de jugador, Xavi pudo tapar con su juego las excusas que ponía en cada partido. Un jugador muy pesado, como le han definido otros jugadores, que formó una sociedad histórica con Iniesta y Messi en el centro del campo del Barça de Guardiola. Ya de entrenador, esas justificaciones han sido su perdición en cada rueda de prensa. El colofón fue ante el Villarreal en el momento en el que se dirigió a la cámara y dijo “es una vergüenza” cuando el árbitro no pitó un penalti después de revisarlo en el VAR. Lo que antes era la hierba seca y alta, ahora es el sol de Getafe a las cuatro de la tarde. La guinda de la mediocridad fue decir abiertamente que la liga española estaba adulterada por decisiones arbitrales y, además, que ese era el motivo por el que ganarla era “muy difícil”, en lugar de revisar el mal juego del equipo.   

Plantilla  

Joan Laporta tenía un plan como presidente del Barça en su segunda etapa: evitar que el club recorriese una travesía por el desierto merecida por la mala gestión de sus antecesores. No quiso ver al Barça en Europa League ni a mitad de tabla y tiró la casa por la ventana con los fichajes de Lewandowski, Gündogan, Cancelo o Joao Félix, jugadores que nunca quiso Xavi. Con una plantilla descompensada y mucho canterano con una magnífica proyección, Xavi fue incapaz de sacar algo positivo. Lewandowski se desconectó en septiembre con un feo gesto a Balde por no pasarle un balón; Gündogan dijo en público que apenas veía caras largas tras las derrotas y sí demasiado Instagram en el vestuario y Joao Félix pasó de todo en cuanto le sentaron dos días en el banquillo. A eso se une el bajo rendimiento de jugadores como Araujo o De Jong y las lesiones de Gabi o Ter Stegen. Los jugadores han sido incapaces de entender que Xavi era algo más que un entrenador y él no se supo ganar el respeto porque le ha faltado liderazgo.   

Negreira  

El caso Negreira le estalló al Barça en las manos antes de la llegada de Xavi, pero que fuese jugador del Barça en los años en los que más y mejor le pagaba el club al vicepresidente de los árbitros, no ha ayudado. La psicosis que persigue a Xavi no favorece y la manía persecutoria le ha llevado a justificarse siempre y a lanzar acusaciones sin fundamento sobre el Real Madrid por el mero hecho de seguir el discurso de Laporta. Este caso, que no llegará judicialmente a nada, será el que hunda a la entidad que ha decidido defenderse atacando y con excusas difícilmente creíbles. Laporta no hará nada por manejar esa crisis de otra manera y los que le rodean en la directiva, tampoco ayudarán porque valoran más su despacho que al Barça.   

A Xavi le esperan meses duros. Márquez está sentenciado como un trepa por postularse como entrenador a las pocas horas de que Xavi anunciara su marcha. Si hay más derrotas, que las habrá, Laporta es capaz de cualquier cosa para seguir destruyendo el club a su antojo.