Xavi, el gran señalado de la crisis del Barça tras la derrota ante el Shakhtar
El Barcelona inaugura oficialmente su primera gran crisis con Xavi Hernández como entrenador. Después de una primera temporada donde la Liga española tapó las vergüenzas europeas, Xavi decidió que en su segundo año el equipo tenía que jugar bien, a ese fútbol que tanto le gusta, y dejar a un lado el 1-0.
Pero el nivel del Barcelona no es suficiente para salir por Europa y ganar. Alguien no lo vio o no quiso verlo cuando se cerraron algunas contrataciones. Los últimos partidos dan cuenta de esa baja calidad con la derrota en el Clásico o la victoria milagrosa en San Sebastián donde el Barça fue dominado.
En Hamburgo, sede del Shakhtar en Champions debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, el equipo que alineó Xavi no compareció hasta casi el minuto 60 cuando cambió de una sola vez a cuatro jugadores. Romeu, Ferran Torres, Marcos Alonso y Raphina no tienen calidad para jugar en el Barça o, al menos, Xavi no ha sabido integrarlos en la plantilla para que demuestren el potencial de otras temporadas como es el caso de Alonso.
El gol de Sikan dejó en evidencia al controvertido Ferran Torres que acudió a tapar el centro a casi cuatro metros del atacante. El balón llegó al delantero ucraniano que ganó en el salto a Christensen para poner el único gol del partido junto antes del descanso.
Lewandowski ha agotado su potencial goleador en el Barça. En Champions volvió a hacer un mal partido, en parte, propiciado por la falta de balones en el área que suele rematar como nadie. El único que puede hacer esa tarea en Gündogan, pero se encuentra demasiado solo en el centro del campo. Gavi se emplea en labores defensivas y Oriol no es Busquets.
El georgiano Gocholeishvili atacó al lateral más débil del Barça. Ni Alonso, ni Ferran ni Balde fueron capaces de seguirle el ritmo. Xavi no supo cerrar la sangría y dedicó los cambios a señalar a culpables más que a arreglar el desaguisado.
Los minutos finales sirvieron para dar la razón a Gündogan sobre la actitud de sus compañeros y desmontar esa parafernalia ganadora de la que impregna Xavi a su equipo pase lo que pase. Desde aquella Supercopa en Arabia cuando perdieron ante el Real Madrid, la plantilla vive perdida en falsas alabanzas a un supuesto buen juego cuando pierde y a mirar el resultado cuando gana… y gracias. Las palabras del alemán no sentaron bien en el vestuario, pero son la señal inequívoca de que Xavi no es Guardiola y que su escaparate se puede caer en cualquier momento porque, es de justicia decirlo, tampoco el club vive su mejor momento económico.
El grupo H se queda con el Barça y el Porto empatados a 9 puntos, pero ahora el Shakhtar tiene 6 por los cero puntos del Antwerp. Jugar en casa ante el equipo portugués es buena noticia, pero el viaje a Amberes para rendir visita a la cenicienta del grupo no es, ahora mismo, la mejor noticia para los de Xavi.
Las costuras del Barça vuelven a saltar por donde más remiendos tienen, la Champions. Xavi empeora los números de Koeman con el 42 % de derrotas en Europa por el 36 % de su predecesor. Una plantilla que no tiene la calidad ni la experiencia para esta competición y que sigue sin ser capaz de cerrar el pase a octavos tres años después.