Argelia y la amenaza del cierre al Gasoducto Magreb Europa
Dudas, reticencias e incertidumbre ante el futuro del suministro energético se ciernen sobre España y la península ibérica en general tras la intención de Argelia de cerrar el Gasoducto Magreb Europa que significa una fuente importante de abastecimiento de gas desde el país magrebí hacia territorio europeo, pasando por el vecino Marruecos.
El choque político y diplomático que protagonizan la nación argelina y el reino alauí a cuenta de las diversas diferencias que les enfrentan (incluida la cuestión del Sáhara Occidental) ha llevado hasta esta situación en la que Argelia podría haber tomado la determinación de no prolongar el contrato para el servicio de esta infraestructura gasista después de 25 años de funcionamiento.
Argelia podría tener decidido cancelar de esta forma el gasoducto que pasa por territorio marroquí hasta llegar a las costas españolas a partir del 31 de octubre, cuando termina el contrato de paso de gas que permite la llegada de esta fuente de energía a España pasando por Marruecos, según anunció el medio francés Les Echos.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, viajó a la nación argelina para asegurar el servicio de gas debido a esta tesitura y desde el país magrebí se ha asegurado que el suministro gasista está garantizado a través de otro gasoducto submarino directo que va desde el país norteafricano al español, el Medgaz, encargado de llevar gas natural sin tener que pasar por Marruecos.
Aunque esta maniobra plantea dudas porque el Gasoducto Magreb Europa, que llega a España y alcanza Portugal, lleva a territorio español unos 8.000 millones de metros cúbicos de gas al año y el de Medgaz, que también está operativo transporta también unos 8.000 millones de metros cúbicos, pero con la promesa de que de 8.000 millones de metros cúbicos se pasará a 10.000 para compensar el cierre del otro suministro. Se aumentaría en 2.000 millones de metros cúbicos anuales la cantidad ofrecida por el gasoducto Medgaz, pero aún faltarían otros 6.000 millones de metros cúbicos para compensar todo el volumen que maneja el Gasoducto Magreb Europa. Aunque fuentes del sector gasista consultadas por el diario El Economista apuntan a que lo que falta para completar el nivel necesario de gas lo podrían aportar barcos de suministro.
Ahora habría que comprobar si lo que publica el medio francés Les Echos se cumple y finalmente Argelia interrumpe el servicio del gasoducto que atraviesa Marruecos. Todo ello después de la visita del ministro José Manuel Albares para entrevistarse con las autoridades argelinas junto a altos directivos de empresas españolas como Enagás o Naturgy; en la cual no se logró que hubiese una aproximación argelina hacia Marruecos para limar asperezas y arreglar el contencioso que protagonizan.
La situación ahora generada pone de más de manifiesto la dependencia energética que padece España y su supeditación a suministradores como Argelia, de donde proviene el 50% del gas natural que consume la nación española. Esto sitúa al Gobierno ante una tesitura difícil porque Argelia es un rival declarado de Marruecos en el Magreb, con grandes disputas políticas a lo largo de los años, y porque ahora España buscaba mejorar sus relaciones diplomáticas con el reino alauí tras una época bastante complicada generada por la decisión del Ejecutivo español de acoger en su día al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado de importantes problemas de salud en un hospital de Logroño sin haber informado ni colaborado con Marruecos, como se denunció desde el país norteafricano.
El Reino también ha venido criticando al Gobierno español por la falta de apoyo en torno a la cuestión del Sáhara Occidental, respecto a la cual Marruecos plantea una fórmula de amplia autonomía regional bajo soberanía marroquí, una opción que ha recibido importantes apoyos de países relevantes como Estados Unidos o Emiratos Árabes Unidos, aunque no el soporte esperado por Marruecos desde España. Todo ello frente a una iniciativa de referéndum de independencia saharaui planteada por el Frente Polisario y con escasos apoyos en el plano internacional, como el de Argelia.
La cuestión de cómo y en qué condiciones se permitió la entrada de Ghali en España está bajo investigación judicial, afectando incluso a la figura de la exministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y también está bajo proceso judicial las querellas que se presentaron contra Brahim Ghali por presuntos delitos de terrorismo y genocidio.
Llegados a este punto, habrá que ver qué ocurre a partir de ahora con el suministro energético en España ya que cabe destacar la debilidad de producción de energía nacional y la gran dependencia que existe ante Argelia, que proporciona el 50% del gas natural consumido por los españoles. Un escenario que coloca a España en una difícil situación política porque debe mantener buenas relaciones con Argelia y, a su vez, mejorar los vínculos existentes con Marruecos para arreglar una dañada relación diplomática entre países que se consideran vecinos y socios. Mientras, el cierre del Gasoducto Magreb Europa que lleva gas argelino a la península ibérica pasando por el estrecho de Gibraltar podría afectar seriamente al abastecimiento de gas natural, algo básico para las necesidades energéticas de cara a este próximo invierno.