China ejerce su control sobre las tierras raras y amenaza las cadenas de suministro globales
La exportación de los materiales provenientes de las tierras raras está siendo condicionada por los nuevos reglamentos de control de China. Esto, en consonancia con las retrasadas aprobaciones, está causando que la situación se escenifique como un desafío para las cadenas de suministro globales.
A principios del mes de abril, Pekín, en respuesta al anuncio de aplicación de aranceles por parte de la Administración de Donald Trump en Estados Unidos, comenzó con su nueva estrategia e impuso restricciones en la exportación de siete elementos e imanes permanentes esenciales. Esto llega después de semanas de retrasos en la aprobación de licencias para la exportación a Europa, situación que dificulta satisfacer en tiempo y forma la demanda actual y que acrecienta el miedo de que se sobrecargue el sistema de solicitudes.
Concretamente, las nuevas restricciones implican que los exportadores requerirán licencias otorgadas por los funcionarios del Departamento de Comercio para el envío de estos elementos, lo que simboliza el papel del poder chino en la actualidad.
Los elementos de las tierras raras son indispensables y estratégicos para la industria de la alta tecnología, la automotriz y la defensa, abarcando una gama de productos desde los chips semiconductores, los teléfonos móviles, las baterías eléctricas, los robots, los motores, los automóviles eléctricos, los drones, las turbinas eólicas, los misiles y hasta los aviones de combate.
Empresas estadounidenses como Tesla, Ford y Lockheed Martin han expresado su preocupación a estas medidas, e incluso Wolfgang Niedermark, como miembro de la Junta Ejecutiva de la Federación de Industrias Alemanas (BDI), afirmó que la puerta de oportunidad para Europa se está cerrando, que los daños pueden ser sustanciales y que la falta de preparación operativa puede resultar clave. Además, la compañía alemana Volkswagen ha afirmado que su suministro de elementos de tierras raras se mantiene estable, pero que sus proveedores sí se han visto afectados por la limitación de licencias de exportación.
Asimismo, el multimillonario estadounidense y CEO de Tesla, Elon Musk, resaltó que China le había cuestionado sobre la utilización de los imanes permanentes que usa en sus brazos robóticos y la posibilidad de su empleo por fines militares. También, el CEO de la empresa automotriz india de Mahindra & Mahindra, Rajesh Jujurikar, aclaró que los procesos para los certificados finales que establecen que los elementos no serán utilizados en la fabricación de armas no están desarrollados.
En relación con el sector militar, los imanes permanentes son fundamentales en la fabricación de aviones de combate, como los elaborados por Lockheed Martin, lo que hace que se prevea que estas restricciones terminarán ocasionando problemas a corto y a largo plazo en las cadenas de suministro del área.
Por otro lado, Cameron Johnson, socio de Tidal Wave Solutions en Shanghái, considera que los países con relaciones arraigadas con China consiguen obtener los elementos sin que las solicitudes tengan que ser oficialmente aceptadas.
En suma, las tierras raras se han convertido con el paso de los años en un mecanismo de control económico, donde el gigante asiático controla la gran parte de la producción y del suministro global y sus respectivos minerales y metales críticos y raros. Además, también ejerce su dominio en la tecnología requerida para la refinería.
El liderazgo que Estados Unidos presentaba en el sector de las tierras raras se ha visto desplazado por la adquisición progresiva de China de esos territorios, sobre todo cuando estos depósitos rocosos que presentan tanta riqueza material se han vuelto una herramienta de geopolítica. Precisamente, Donald Trump ha proyectado su interés de negociar un acuerdo que le permita acceder a las tierras raras de Ucrania a cambio de apoyo militar y su proyecto de poseer Groenlandia como zona rica en estas materias.
Aunque la tregua arancelaria aplicada este mes tras noventa días de enfrentamiento comercial entre las dos potencias político-económicas, Estados Unidos y China, haya finalizado, probablemente dirigirá un incremento de aprobaciones por parte del Departamento de Comercio, pero deja entrever el efecto que esto supondrá para el futuro de las exportaciones. Igualmente, las nuevas medidas también actúan como motor para que se busquen medidas alternativas u opciones para diversificar las fuentes para reducir la dependencia hacia China.