El dirham marroquí se revaloriza frente al euro y el dólar estadounidense
Según el Bank Al-Maghrib (BAM), Banco Central de Marruecos, el dirham marroquí se revalorizó un 1,4 % frente al euro y un 0,6 % frente al dólar estadounidense durante la primera semana de 2025, lo que confirma la estabilidad de la economía del país en el inicio del nuevo año.
El Banco Central de Marruecos no reportó subastas de divisas extranjeras en el mercado durante este periodo, lo que ayudó principalmente a mantener estabilidad en sus intervenciones. Además, a fecha 3 de enero, las reservas de divisas de Marruecos alcanzaron los 373.200 millones de dirhams, lo que equivale a 36.200 millones de dólares.
Aunque esta cifra representa una caída del 0,6 % en comparación con la de la semana anterior, las reservas experimentaron un crecimiento del 4,9 % respecto al mismo periodo del año pasado. Las operaciones del Bank Al-Maghrib promediaron los 144.200 millones de dirhams (14.000 millones de dólares) diariamente a través de diferentes operaciones monetarias.
Por otro lado, el BAM otorgó 60.200 millones de dirhams (5.800 millones de dólares) en adelantos a siete días; 49.600 millones de dirhams (4.800 millones de dólares) a través de acuerdos de recompra (repos); y 34.300 millones de dirhams (3.300 millones de dólares) en préstamos garantizados.
Respecto al mercado interbancario, el volumen diario de transacciones alcanzaba en promedio los 2.600 millones de dirhams (252 millones de dólares), mientras que el tipo de cambio se mantenía estable en un 2,5 %.
Como método para respaldar la liquidez, el BAM inyectó 53.400 millones de dirhams (5.200 millones de dólares) en anticipos de siete días durante su licitación del 8 de enero.
Sube la Bolsa
Por su parte, la Bolsa de Casablanca también comenzó el año con buenos resultados: el índice Moroccan All Shares (MASI) aumentó un 6,4 % durante la primera semana de 2025.
Las ganancias en sectores claves impulsaron este crecimiento: los bancos avanzaron un 6 %; los materiales de construcción, un 7,2 %; los servicios de transporte, un 13,8 %; y el sector inmobiliario, un 16,2 %.
Respecto al mercado de valores, la actividad comercial se desaceleró ligeramente y las transacciones totales disminuyeron de 7.300 millones de dirhams (708 millones de dólares) a 4.200 millones de dirhams (407 millones de dólares). Además, la mayor parte de las transacciones se realizaron en el mercado central de valores, lo que demuestra el sentimiento cauteloso, pero positivo de los inversores.
Transición en el tipo de cambio
Cabe destacar que Marruecos está en una transición en su tipo de cambio, ya que pretende abandonar el sistema actual de vinculación del dirham al euro y al dólar (cambio fijo) a un tipo de cambio flotante para 2026.
El tipo de cambio flotante es un sistema en donde el valor de la moneda se ve determinado por la oferta y la demanda en el mercado de divisas, sin una intervención directa del Gobierno o del Banco Central para fijarlo.
Así, si los inversores confían en la economía de un país, la demanda aumenta y el valor de la moneda sube; mientras que, si disminuye la confianza por parte de los inversores, el valor de la moneda podría disminuir también.
En relación con esta transición, Badr Bouarich, experto financiero y antiguo académico, identifica tres puntos claves: la inflación, la deuda externa y la volatilidad de la moneda, ya que cada una de estas cuestiones supone consecuencias a largo plazo para la economía del país.
En el año 2023, Marruecos importó aproximadamente 12.000 millones de dólares en productos relacionados con la energía y aproximadamente 8.900 millones de dólares en productos alimenticios, lo que indica su dependencia de los mercados externos.
En relación con esto y la inflación, si el dirham se debilita podría aumentar significativamente el costo de estas importaciones, lo que haría subir los precios al consumidor y afectaría al poder adquisitivo. Y como consecuencia, Bouarich advierte de que, sin redes de seguridad específicas, aumentarían las desigualdades sociales.
Además, si el dirham se depreciara, la deuda externa, que a finales de 2023 ascendía a 69.200 millones dólares (alrededor del 50 % del PIB de Marruecos), podría aumentar los costes, tensar las finanzas públicas y desviar recursos de programas de desarrollo vitales, según el experto financiero.
Y sobre la volatilidad de la moneda, estos episodios podrían disuadir la inversión extranjera directa y perturbar el comercio a corto plazo. La entrada de estas inversiones en Marruecos en 2023 ascendió a 2.500 millones de dólares, por lo que las instituciones financieras deben estar preparadas para contrarrestar los posibles ataques especulativos al dirham.
Desafíos de la transición
Para poder afrontar estos desafíos, Marruecos debe adoptar medidas estratégicas que garanticen la estabilidad económica y aprovechar, al mismo tiempo, los beneficios de un tipo de cambio flotante.
Por su parte, el BAM desempeñará un papel importante en gestión de los mercados de divisas e intervendrá cuando sea necesario, mientras que abordará cuestiones estructurales para evitar fluctuaciones excesivas.
También Bouarich destaca la importancia de alentar a las empresas, sobre todo de los sectores de la energía o las materias primas, a adoptar estrategias de cobertura debido a que estas herramientas pueden proteger a las empresas de los efectos adversos de las volatilidades de los activos subyacentes y tipos de cambio.
Además, aplicar normas que limiten las ganancias de los distribuidores en sectores esenciales como la energía y los alimentos puede ayudar a estabilizar los mercados internos y proteger a los consumidores de los shocks inflacionarios.
De momento, el inicio de 2025 registra una actividad de mercado fuerte y unos indicadores financieros sólidos para Marruecos, lo que constituye una perspectiva muy positiva para los meses próximos.