España vigila megaproyecto energético marroquí en África
Las excelentes sinergias que existen entre España y Marruecos facilitan la cooperación en materia energética y estratégica. Sin embargo, también precisan de un monitoreo constante de los megaproyectos como el del Gaseoducto Nigeria-Marruecos.
Aprobado en 2016, Nigeria y Marruecos están desarrollando uno de los proyectos más ambiciosos de la historia reciente de África, valorado en 25.000 millones de dólares. La construcción del gaseoducto que conectará 14 países de la región septentrional del continente africano (Marruecos, Níger, Burkina Faso, Mali, Benín, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Sierra Leona, Guinea, Guinea-Bisáu, Gambia, Senegal y Mauritania) constará de más de 6.000 kilómetros y podrá suponer el cambio en las políticas energéticas que el continente europeo necesita.
El objetivo es transportar 30.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año desde Nigeria, uno de los países con mayores reservas del continente. El ambicioso proyecto pretende cubrir las necesidades energéticas de más de 400 millones de africanos. Asimismo, países sin litoral como Mali o Burkina Faso también se verán beneficiados, fortaleciendo así la seguridad energética regional.
La construcción ya ha comenzado. La inversión realizada hasta el momento alcanza los 6.000 millones de dólares, con el motivo de convertirlo en el centro de operaciones energético puente entre Europa y África. Y en este contexto es donde España estaría observando los avances marroquíes.
Las principales razones serían: relevancia geopolítica, puesto que Marruecos podría fortalecerse como un actor clave en el suministro energético hacia Europa, lo que modificaría los equilibrios regionales; posibles implicaciones para Canarias, si el gasoducto se conecta a Europa a través de las islas; conflicto del Sáhara Occidental, ya que parte del gasoducto atravesará este territorio en disputa, lo que podría generar tensiones diplomáticas y legales; y el impacto ambiental y riesgos políticos, debido a la inestabilidad de algunos de los países africanos por los que pasará la infraestructura.