Medio millar de empresarios, inversores y personas de negocios convergen en el I Business Fórum de Nuakchot, destinado a impulsar la gran transformación del país en el extremo occidental del Sahel

Golpe de timón económico en Mauritania

Viajar al inmenso país que es Mauritania es reencontrarse con los valores de la población nómada que caracterizó siempre a este extremo oeste del Sáhara. El placer del tiempo, de la vida sencilla, del respeto mutuo entre seres humanos, la fortaleza de los vínculos familiares, la generosa hospitalidad y las intensas relaciones sociales basadas en la conversación y las relaciones de amistad, siguen siendo el denominador común de los cuatro millones y medio de mauritanos, que habitan este territorio fronterizo con Marruecos, Senegal, Mali y Argelia.   

Nuakchot, palabra de origen bereber, significa “lugar de vientos”. Pero, apenas se intercambian impresiones con los más viejos del lugar, algunos de ellos informan al visitante de que literalmente significa “playa de camellos”. Para un profano podrían ser ambas cosas: los vientos son una constante en el litoral, y los grandes rebaños de camellos -más propiamente dromedarios al tener una sola joroba- jalonan los pastos salvajes de esta vertiente atlántica del Gran Desierto. 

Este es el telón de fondo con el que se ha encontrado el casi medio millar de empresarios, inversores y personas de negocios que asisten al I Business Fórum que se celebra en la capital de Mauritania. Impulsado y organizado por la Red Internacional de Periodistas Árabes y Africanos (RIJAA en sus siglas en francés) se ha dado por misión respaldar con este encuentro masivo la consigna del presidente mauritano, Mohamed Ould Cheikh Ghazouani: “El desarrollo económico de nuestro país pasa por implantar una política económica donde el sector privado juegue el principal papel. La inversión privada será el motor del crecimiento”. 

La gran afluencia de medios de información de Marruecos, Senegal, Mali, Gambia, Benín, Guinea, Túnez, Libia, Egipto, Costa de Marfil, Níger, Qatar, además de Francia y de España, es considerada un punto de inflexión para el presidente de la RIJAA, Tidiane Diouwara: “Tan diversas regiones, con sus diferentes costumbres y sensibilidades reunidas aquí, constituye una apuesta formidable en la lucha contra las discriminaciones, las violaciones del derecho a la información y las libertades públicas”. Resalta que los tres días de encuentros y debates de este Primer Fórum de Negocios de Nuakchot ha permitido entablar o intensificar más aún las relaciones entre los dirigentes políticos mauritanos, árabes, africanos y europeos, junto con las agencias del sector público y las instituciones comerciales del sector privado, así como las cámaras de comercio, los intermediarios financieros, los inversores y, en fin, todos los potenciales socios en un partenariado que sin duda será beneficioso para todos. 

Se trata en suma de un potencial y gigantesco salto adelante. Algo así como un cambio de era, o al menos de siglo de la actividad económica. Mauritania reconoce que el grueso de esta se ha regido, y aún perdura, por usos y costumbres que ya no son competitivos en el mundo de hoy. Hay un firme propósito de cambiar lo que se conoce habitualmente en Occidente como economía sumergida, de manera que el país pueda incorporarse a pleno rendimiento a un crecimiento transformador del desarrollo y riqueza de su sociedad. A los posibles inversores extranjeros el Gobierno mauritano les ofrece desde grandes concesiones de suelo a 99 años prorrogables, hasta exenciones fiscales totales por los primeros ocho años y con mínimos incrementos en los siguientes. Pesca, energía, ganadería e infraestructuras de todo tipo son los grandes sectores que pueden resultar más atractivos, además de un turismo por el ya empiezan a apostar algunas monarquías del Golfo.