Los griegos deciden este domingo en referéndum el futuro de su país

Atalayar/diarioabierto.es
Pie de foto: El primer ministro griego, Alexis Tsipras, bromea en el momento de emitir su voto
Los griegos están llamados este domingo a las urnas en un referéndum convocado de manera apresurada por el primer ministro, Alexis Tsipras, y en el que está en juego el futuro del país tanto dentro de la UE como del euro, aunque el Gobierno insiste en que lo único que está en juego es su capacidad para negociar un mejor acuerdo.
Los últimos sondeos muestran una pequeña ventaja de los partidarios del 'sí', aunque destaca el porcentaje crucial de indecisos que se sitúa en torno al 12 por ciento.
Un 44,8 por ciento de los griegos votaría el próximo día 5 a favor del retorno de Grecia a las negociaciones con la ‘troika’ comunitaria, según la última encuesta ALCO para el diario griego ‘Ethnos’ que refleja una ligera ventaja de 1,4 puntos porcentuales por delante del ‘No’ (43,4 por ciento).
Existe un porcentaje crucial de indecisos que se sitúa en torno al 12 por ciento (11,8 por ciento para ser más exactos) de acuerdo con el mismo sondeo, efectuado entre el 30 y el 1 de julio.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha declarado que votar ‘no’ en el referéndum ayudaría al país a lograr condiciones más generosas y una posición negociadora más fuerte.
Por contra, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha advertido este jueves de que la victoria del ‘no’ en el plebiscito no “fortalecerá” la posición negociadora del país y ha asegurado que colocaría a Grecia y a Europa en una posición “muy difícil”.
El protagonismo de Varufakis
Espero conseguir un pacto el lunes... y será independiente de si conseguimos una mayoría de 'sí' o 'no' en el plebiscito", ha declarado al diario alemán 'Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung'.
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, ha expresado este sábado su confianza en que pueda conseguir un acuerdo el próximo lunes con los acreedores de su país independientemente de los resultados del referéndum de mañana domingo.
“Que nadie escuche a quienes dicen que las ofertas están fuera de las mesa, porque desde luego que siguen ahí”, ha añadido en los extractos de la entrevista publicados por el medio.
El ministro griego aprovechó además para atacar a su homólogo alemán, Wolfgang Schaeuble, quien “en 2012 ya dejó claro que era partidario del ‘Grexit'”, esto es, la salida de Grecia de la eurozona.
Sin embargo, Yanis Varoufakis, ha asegurado que presentará su dimisión en caso de que el voto favorable al ‘sí’ resulte finalmente vencedor en el referéndum que celebrará el próximo domingo el país heleno sobre las propuestas planteadas a Grecia por sus acreedores internacionales, aunque ha expresado su confianza en que sus compatriotas votarán mayoritariamente ‘no’ en la consulta.
“No continuaré (como ministro)”, afirmó Varoufakis al ser cuestionado en una entrevista con Bloomberg sobre las consecuencias de una victoria del ‘sí’, aunque expresó su disposición a “colaborar con quien desde el parlamento tenga que afrontar la crisis de deuda del país” y aseguró que, incluso si llegase a producirse su salida del Gobierno, no tiene planes de abandonar el país y ejercerá sus responsabilidades como diputado.
“Cuando vas a una batalla no hablas de la derrota”, sentenció el ministro griego de Finanzas, quien reiteró su llamamiento a los griegos para no seguir “aplazando y fingiendo” y poder acometer una verdadera reforma del país a través de una reestructuración de la deuda.
En este sentido, Varoufakis dijo preferir “cortarse un brazo” antes que firmar con los acreedores del país cualquier acuerdo que no contemple una reestructuración de la deuda y recordó que el programa aplicado en Grecia por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) se ha mostrado como uno de los mayores fracasos de la historia económica mundial.
Referéndum sorpresa
Hace dos semanas, y para sorpresa de muchos, incluidos los propios griegos, Tsipras anunciaba que sometería a referéndum la última propuesta formulada por la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que Grecia pudiera resolver sus problemas de liquidez y afrontar los pagos de deuda pendientes.
El anuncio, además de provocar la ruptura de las conversaciones con las instituciones para cerrar un acuerdo, hizo que el BCE congelara su programa de liquidez para los bancos griegos, empujando al Gobierno a ordenar el cierre de todos los bancos del país con el fin de evitar la fuga de capitales.
Así las cosas, los griegos amanecieron el lunes con la noticia de que solo podrán sacar hasta el próximo lunes 60 euros diarios de los cajeros automáticos, medida que sin embargo no será aplicable a los turistas, sector clave de la maltrecha economía helena.
En el caso de los jubilados, muchos de los cuales carecen de tarjetas bancarias, se tuvo que adoptar como medida de emergencia la decisión de abrir un millar de sucursales bancarias el miércoles para que estos pudieran cobrar un único pago de 120 euros de sus pensiones.
Y mientras los ciudadanos sufrían los efectos del ‘corralito’, continuaban las negociaciones contrarreloj entre el Gobierno y las instituciones para tratar de evitar el impago por parte de Grecia. Así, el lunes por la noche, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, hizo un último intento de sentar a Atenas nuevamente en la mesa de negociaciones.
Propuesta de tercer rescate
Tsipras respondió por carta proponiendo la negociación de un tercer rescate por 29.100 millones de euros en dos años para hacer frente “exclusivamente” a los vencimientos de deuda externa e interna, que debería venir de sus socios europeos, dejando fuera al FMI, algo que el eurogrupo descarta.
Además, planteaba una “breve prórroga” del actual rescate –que finalmente expiraría en la medianoche del 1 de julio– para evitar un “impago técnico” y solicitaba una reestructuración de la deuda acumulada.
Sin embargo, la propuesta griega fue rechazada por los miembros del eurogrupo, por lo que Atenas cumplió con su promesa y no pagó los 1.500 millones de euros que tenía que pagar al FMI antes de la medianoche del 30 de junio. Grecia se convirtió así en el primer país desarrollado en no cumplir con sus compromisos con el organismo internacional, si bien aún no ha sido declarado en suspensión de pagos.
El FMI coincide con el Gobierno griego en que su deuda es “insostenible” y en un informe publicado esta semana, y elaborado antes del ‘corralito’, reclama a sus socios europeos que concedan un nuevo rescate al país heleno hasta 2018 de alrededor de 36.000 millones de euros e, incluso, no descarta que sea necesaria una quita.
Desde el martes, no ha habido nuevas propuestas, aunque han sido muchos los líderes europeos que han asegurado que la “puerta está abierta al diálogo”, incluida la canciller alemana, Angela Merkel, y el Gobierno griego ha insistido en que sigue en la mesa de negociaciones.
Sin embargo, lo cierto es que entre los líderes europeos, incluidos Juncker y la propia Merkel, la postura de Tsipras, que se ha mantenido firme en la convocatoria del referéndum pese a las críticas, ha generado una cierta exasperación, hasta el punto que la canciller dejó muy claro que no se puede negociar hasta que no se celebre la consulta y haya un resultado.
Euro vs Tsipras
Así las cosas, aunque lo que votan este domingo los griegos es la última propuesta de la antigua ‘troika’, lo cierto es que la consulta ha pasado más a ser un referéndum entre Europa sí o no, o entre Gobierno sí o no.
Desde el Gobierno, Tsipras, y con él su popular ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, han dejado claro que el ‘no’ no supone una salida inmediata de Grecia del euro y la UE, sino que deja al país en una mejor situación de fuerza para negociar un acuerdo más ventajoso con las instituciones. Además, ambos, en el caso del ministro de forma mucho más explícita, han ligado su futuro al resultado de la consulta.
Mientras, desde la oposición, los principales partidos –el centrista To Potami, el conservador Nueva Democracia y los socialistas de PASOK–, piden el ‘sí’, al igual que los principales líderes europeos, puesto que consideran que la victoria del ‘no’ sería un rechazo a Europa y conllevaría la salida del país de la moneda única.
Los sondeos daban a comienzos de semana una ventaja considerable al ‘no’ pero con el paso de la semana el ‘sí’ ha ido cobrando fuerza hasta el punto que este viernes los últimos sondeos le han dado una ligera ventaja, aunque ofrecen una imagen de país claramente dividido.
Los griegos, además, siguen sin tener muy claro qué es lo que votan exactamente. En la papeleta se encontrarán con la siguiente pregunta: “¿Debe ser aceptado el borrador de acuerdo que presentaron la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25 de junio 2015 y que consta de dos partes, que conforman su propuesta unitaria? El primer documento se titula ‘Reformas para la finalización del vigente programa y más allá’ y el segundo ‘Análisis preliminar de la sostenibilidad de la deuda'”.
En primer lugar en las papeletas, algo que también ha sido criticado, aparece la casilla del ‘no’, dejando claro que esta opción significa que “no se aprueba”, mientras que debajo aparece la casilla del ‘sí’, precisando que con ello “se aprueba” la citada propuesta, que las instituciones ya han dejado claro que ha quedado obsoleta.
Proceso acelerado
La rapidez con la que se ha tenido que organizar este referéndum ha sido criticada tanto dentro como fuera de Grecia. Así, el Consejo de Europa consideró este miércoles que la consulta no cumple con los estándares internacionales, ya que los votantes no tendrán al menos dos semanas para reflexionar sobre su voto.
También se ha criticado el coste de esta consulta, unos 20 millones de euros, en un momento en que el país carece de liquidez, sobre todo teniendo en cuenta que los griegos votaron por última vez el pasado 25 de enero, cuando se impuso Syriza.
La votación de este domingo será la cuarta vez que los griegos acudan a las urnas desde que se produjo el primer rescate en 2010. El referéndum es, sin embargo, el primero en el país desde que en 1974 los griegos decidieron por el 69 por ciento de los votos abolir definitivamente la monarquía.
Los colegios electorales abrirán sus puertas a las 7:00 horas y cerrarán a las 19:00 horas, salvo que se decida prolongar en hasta dos horas el voto, algo legalmente posible. Así, los sondeos a pie de urna podrían salir en los minutos posteriores al cierre de las urnas, mientras que los primeros resultados oficiales podrían conocerse a partir de las 20:00 horas locales, una hora más en España. Para que el resultado sea vinculante deben participar al menos el 40 por ciento de los electores.
Al menos medio millón de griegos sin embargo, no podrán pronunciarse en esta ocasión, a menos que consigan volver a su país antes del domingo, ya que la legislación helena no permite el voto desde el extranjero. Según el portal euractiv.com, que cita los datos de Eurostat, desde el inicio de la crisis en 2006-2007 unos 505.000 griegos han salido del país, si bien la cifra sería mucho mayor ya que no hay datos de varios de los años.