Las promesas de Tebboune chocan con la inestabilidad económica del país
Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, está siendo señalado por la población argelina tras el fracaso de sus promesas, ya que chocan con la realidad económica del país.
Los reproches se centran en la incapacidad del Gobierno para reducir el incremento de la inflación, la escasez de recursos y cortes de luz que no cesan desde que el presidente argelino fuera reelegido hace cinco meses.
El incumplimiento de las promesas está siendo señalado duramente por la población argelina apuntando que el presidente confía cada vez más en asesores externos que en los propios ministros. Según las fuentes consultada por el medio Al-Arab, estos hechos están provocando en el Gobierno una grave pérdida de estabilidad y poder de decisión.
Sin embargo, han sido los métodos utilizados por Tebboune los que han supuesto la puntilla final para una sociedad argelina que ve cómo parte de las medidas anunciadas por el presidente, o bien no surten ningún efecto, o bien no son finalmente aprobadas.
La gota que ha colmado el vaso han sido las recientes destituciones del ministro de Finanzas, Laziz Faid, y del ministro de Industria Farmacéutica, Fouad Hajji, tras apenas tres meses desde su nombramiento. En su lugar se ha designado a Abdelkrim Boulazard, como ministro de Finanzas, y a Wassim Gwaidri, nuevo ministro de Industria Farmacéutica.
Unos despidos de los cuales no se han dado explicaciones claras y que han dado pie a especulaciones, puesto que los ceses se han justificado, por parte de la Presidencia argelina, como “errores graves”.
Parte de las sospechas que justificarían los despidos son la falta de implementación de una subvención para viajes al extranjero, que el Gobierno había prometido aumentar, pero cuya ejecución se ha estancado debido a los problemas financieros que atraviesa el país.
Dicha ayuda para viajes, que hasta ahora eran de 95 euros, pasaría a ser de 750 euros para adultos, 300 euros para los jóvenes y 1.000 euros para peregrinos; sin embargo, estas medidas no son viables porque el país no puede costearlas; y, en el caso de poder implementarlas, costarían alrededor de 4.000 millones de dólares, una cifra imposible de asumir en la actual situación económica de Argelia.
Además del problema de las subvenciones para viajes, Laziz Faid era el encargado de liderar las negociaciones con sus homólogos de la Unión Europea para revisar el acuerdo de asociación según el principio de “win-win”, tal y como quedó registrado en la última reunión del gabinete presidido por Tebboune.