India sube su cotización estratégica tras pisar la Luna con la misión Chandrayaan-3
India se ha convertido por mérito propio en la cuarta nación del mundo en posar de forma controlada una plataforma robótica sobre la superficie de la Luna, con lo que queda ratificada como una gran potencia espacial global y sube como la espuma su cotización estratégica.
Eran las 14:32 hora peninsular española del miércoles, 23 de agosto, cuando los cuatro soportes de apoyo del módulo de superficie Vikram tocaban el suelo de Selene cerca del cráter Manzinus U tras un descenso automático de 19 minutos desde una altura de 25 kilómetros.
En ese preciso momento el ordenador de la sonda retransmitía el mensaje que tenía programado para la ocasión: “¡llegué a mi destino y tú también! Muy poco después se recibía en el Centro de Control en Bengalore de la Red de Mando y Seguimiento de Telemetría de la Organización de Investigación Espacial de la India ‒ISRO, por su acrónimo en inglés‒ y los ingenieros y técnicos allí presentes estallaban de emoción y aplaudían de alegría y con ellos toda la población India.
La nación más poblada del planeta se acaba de sumar a los estados que se pueden contar con los dedos de una mano ‒Estados Unidos, Rusia y China‒ como uno de los que han pisado la Luna. Pero al mismo tiempo se convierte en el primer país que deposita un objeto sobre el Polo Sur del satélite natural de la Tierra.
La hazaña protagonizada por Nueva Delhi ha sido muy valorada a escala mundial tanto en su vertiente tecnológica como estratégica por la gran dificultad de la misión. Tan solo tres días antes lo había intentado la sonda automática rusa Luna-25, que terminó en un bochornosos fracaso tras perder el control y estrellarse contra la superficie lunar. Al igual que la sonda rusa, Vikram también es una plataforma de demostración de las capacidades de la tecnología de alunizaje india.
India, alumno aventajado de Rusia
La proeza protagonizada por los ingenieros y técnicos de la ISRO es el testimonio del enorme desarrollo que ha alcanzado la astronáutica india desde finales de la década de los 60. El fundador del programa espacial de India y en cuyo homenaje se ha bautizado la sonda que ha alunizado fue el científico Vikram Sarabhai (1919-1971), que obtuvo la confianza de la primera ministra Indira Gandhi y que con mayor o menor fortuna han mantenido los sucesivos gobiernos de Nueva Delhi.
Alcanzar la Luna es prueba que el alumno aventajado, India, ha sabido sacar provecho de las enseñanzas recibidas de su maestro, Rusia, que durante la guerra fría transmitió buena parte de su saber, experiencia y tecnología a la entonces incipiente comunidad espacial india. Ahora, India ha enviado una señal al mundo de que es una fuerza a tener en cuenta en la exploración del espacio.
El primer ministro Narendra Modi ha seguido el alunizaje desde Johanesburgo, la capital de Sudáfrica. Allí asiste a la cumbre de los países BRICS, y allí también ha recibido las felicitaciones de prácticamente todos los mandatarios del mundo.
Al presidente de la ISRO, Sreedhara Somanath, también le han llovido los mensajes de enhorabuena de sus homólogos, incluidos los jefes de las agencias de Estados Unidos (NASA), Rusia (Roscosmos), China (CNSA) y España, Bill Nelson, Yuri Borisov, Zhang Kejian y Miguel Belló (AEE), respectivamente.
El director general de la agencia española conoce personalmente a Somanath, con quien departió en fechas recientes en una reunión internacional en Bengalore, en la que el directivo índico le hizo saber que Chandrayaan-3 era una misión “especial” en la que estaba en juego “el orgullo de India”.
¿Qué es lo que ahora se le viene encima a la ISRO? Lo que se podría llamar la guinda del pastel: hacer rodar por el suelo lunar a Pragyan, un pequeño vehículo de seis ruedas y 26 kilos con instrumentos científicos que ha viajado de la Tierra a Selene en el interior de Vikram.
Lo que le queda a la misión Chandrayaan-3 y lo que pasó con Luna-25
Pragyan debe tocar el suelo lunar “en las próximas horas o en un día, todo depende de las condiciones”, ha manifestado el presidente de la ISRO. Y es que hay prisa porque se juega a contrarreloj. Los ingenieros indios han querido que el alunizaje de Vikram haya tenido lugar cuando los primeros rayos del Sol comenzaban a iluminar el lugar elegido para posarse. El motivo es que la sonda india está diseñada para sobrevivir un único día lunar, que equivale a 14 días terrestres.
Tanto Vikram como Pragyan generan electricidad para que funcionen sus instrumentos científicos gracias a los paneles solares que llevan acoplados. Cuando los rayos del Sol dejen de iluminarlos, dejarán de funcionar los equipos para analizar la composición química y mineralógica del regolito lunar, las propiedades térmicas hasta una profundidad de 10 centímetros, la densidad del plasma cerca de la superficie, la actividad sísmica y la posible existencia de agua. Sus días están contados y hay que darse prisa en desplegar la rampa y que Pragyan comience a rodar.
La misma prisa que se ha dado el director general de la Agencia Espacial de Rusia, Yuri Borisov, para dar las primeras interpretaciones oficiales del desastre de la misión rusa Luna-25. El jefe de Roscosmos compareció por televisión el 21 de agosto para explicar a los rusos que la causa principal del accidente fue que el sistema de propulsión para situarse en la órbita previa para el descenso “funcionó durante 127 segundos en lugar de los 84 previstos”.
“Ocurrió el 19 de agosto, a las 14:10 hora de Moscú, y aproximadamente a las 14:57 se perdió el contacto con Luna-25”. Preciso que el ciclograma de funcionamiento se había probado “numerosas veces en un simulador de vuelo terrestre, antes de ser cargado en el ordenador de la sonda lunar”.
Un cohete Soyuz con Luna-25 despegó del cosmódromo siberiano de Vostochny el 11 de agosto. La sonda efectuó dos ajustes de órbita los días 12 y 14 de agosto y el 16 entró en su órbita lunar. Su alunizaje estaba previsto para el 21 de agosto, pero la maniobra del día 19 fue fatal.
Chandrayaan-3 comenzó su carrera hacia la Luna bastante antes. Despegó el 14 de julio en un lanzador LVM-3 desde el Centro Espacial Satish Dhawan. Alcanzó el 5 de agosto la órbita lunar para recortarla de forma progresiva de cara a su alunizaje final, como así ha sido.