En el punto de mira de la Hungría de Víktor Orbán: Talgo y un astronauta en órbita en 2025
Aunque el Gobierno de Hungría ha descarrilado en su primer intento por hacerse con el control de la compañía ferroviaria española Talgo, la mayor ambición industrial de su primer ministro, Víktor Orbán, no está en el transporte por vía terrestre. Se encuentra mucho más allá. Está en el sector espacial.
La gran aspiración del extrovertido jefe del Ejecutivo magiar es potenciar el tejido de su industria espacial nacional, aumentar su tamaño y sus inversiones y convertirlo en referente de los países centroeuropeos que pertenecen a la Unión Europea y forman parte de la Agencia Espacial Europea (ESA), principalmente Chequia, Polonia y Rumanía.
El pistoletazo de salida con el que Víktor Orbán confía en hacer realidad su propósito ya está cerrado en firme con una empresa privada de Estados Unidos, con la consiguiente decepción por parte de Rusia. Budapest y Moscú negociaron entre 2019 y 2021 la posibilidad de entrenar y enviar a un húngaro a la Estación Espacial Internacional (ISS) en una cápsula Soyuz. Pero ha sido la compañía norteamericana Axiom Space la que lo hará posible.
El Gobierno de Budapest había planeado que el vuelo al espacio de su conciudadano tuviera lugar en el segundo semestre de 2024. En ese periodo, Hungría ejerce la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, que comenzó el 1 de julio y concluirá el 31 de diciembre. Pero el lanzamiento no ha podido ser, y no se hará realidad desde el Centro Espacial Kennedy (Florida) hasta la primavera de 2025, como muy pronto.
El retraso de la misión espacial privada Ax-4 de Axiom no supone un serio revés para Víktor Orbán, al contrario. A principios de 2026 está previsto celebrar elecciones generales en Hungría y el político aspira a ganar por quinta vez consecutiva el cargo de primer ministro, a lo que sin duda ayudará el astronauta. Enviar un hombre al espacio es uno de los hitos para fortalecer el incipiente sector espacial húngaro.
Hacer crecer el tejido industrial espacial
De 61 años y en el poder desde 2010, el interés de Víktor Orbán por los asuntos espaciales ronda su cabeza desde hace más de una década. En febrero de 2015, menos de un año después de asumir su segundo cargo de primer ministro en mayo de 2014, fue el artífice de que Hungría accediera como miembro de pleno derecho en la Agencia Espacial Europea (ESA) y se convirtiera en el último de los 22 Estados europeos que hasta la fecha integran la organización.
Pero el que va a ser el primer astronauta húngaro del siglo XXI no viajará al espacio de la mano de la ESA, aunque su Centro de Astronautas en Colonia (Alemania) le ha entrenado en técnicas de soporte vital básico en el espacio, extraer sangre y suturar heridas. El aspirante húngaro elegido para ser astronauta es Tibor Kapu, ingeniero de 33 años, designado entre 244 candidatos ‒205 varones y 39 mujeres‒ en el marco del programa HUNOR, acrónimo en inglés de Hungarian to Orbit, proyecto gubernamental incluido en la Estrategia Espacial Húngara aprobada en 2021.
El proyecto HUNOR está bajo el control del departamento de Actividades Espaciales que dirige Orsolya Ferencz, una organización del Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio. La citada organización ejerce desde 2018 la dirección de las actividades, investigaciones y trabajos relacionados con el espacio y hace las veces de agencia espacial de facto de Hungría.
El titular de Exteriores, Péter Szijjártó, hizo público a finales de mayo la designación de Tibor Kapu, que además tiene el encargo de despertar el interés por los asuntos ultraterrestres entre la juventud y la sociedad magiar. Kapu y sus compañeros de viaje ‒un indio y un polaco‒ ya se encuentran desde el primero de agosto en la sede de Axiom en Houston (Texas), donde han iniciado su formación elemental de astronautas antes de pasar al Centro Espacial Johnson de la NASA, donde culminarán su entrenamiento.
Para la pequeña pero industriosa nación centroeuropea de 9,5 millones de habitantes y del tamaño de la Comunidad de Castilla-León, llevar un húngaro al espacio supone su reentrada en el escenario espacial internacional. Pero hay que tener en cuenta que la pretensión última de Orbán es alentar a los directivos del colectivo empresarial para que inviertan y hagan crecer el tejido industrial espacial. En la actualidad, son unas 70 pequeñas y medianas entidades, entre empresas, centros de investigación, instituciones oficiales y grupos de trabajo universitarios.
Víktor Orbán y su socio estratégico empresarial
Las actividades del Gobierno de Budapest enfocadas a la potenciación del tejido industrial espacial son imparables. La compañía que capitanea el sector es 4Gi, grupo tecnológico de capital público-privado que se autodefine como “socio estratégico del Gobierno”, cuya fuerza laboral asciende a 8.000 personas.
Centrada en el ámbito de las telecomunicaciones, 4iG ha reorientado en los dos últimos años su cartera de negocios para llegar a ser el líder regional de la industria espacial y de defensa. El gigante de la industria de defensa alemana, Rheinmetall, acapara el 25,1 por ciento del accionariado de 4iG, lo que no es de extrañar: el 21 por ciento de las importaciones húngaras proceden de Alemania, país al que se dirigen el 26 por ciento de sus exportaciones, según datos estadísticos de la UE.
El ministro de Economía, Márton Nagy, puso en mayo la primera piedra del llamado Centro de Fabricación de Tecnología Espacial. Es un nuevo complejo industrial de 4.000 metros cuadrados que 4iG y su filial Remred tienen en construcción en Martonvásár, cerca de Budapest, donde pretenden diseñar, fabricar, integrar y probar pequeños satélites de hasta 400 kilos.
El Centro está programado para que abra sus puertas en 2026 y contará con salas limpias, laboratorios y equipamientos para llevar a cabo ensayos medioambientales, acústicos, mecánicos, vibratorios, electromagnéticos y de vacío con la aspiración de convertirse en una infraestructura única en la región de Europa Central y Oriental.
El previsto vuelo espacial de Tibor Kapu es el segundo de un ciudadano de nacionalidad magiar. El primero fue el cosmonauta Bertalan Farkas, piloto de caza de la Fuerza Aérea, que despegó el 26 de mayo de 1980 desde Baikonur hacia el complejo orbital Salyut 6, junto el cosmonauta soviético Valeri Kubasov en la misión Soyuz 36 del programa de cooperación Interkosmos. Farkas regresó siete días después y ya no ha retornado al espacio. Es coronel retirado y acaba de cumplir 75 años.