Dos técnicos españoles de la ESA confirman que todo va bien para el primer vuelo del Ariane 6
Los ingenieros y técnicos de la base espacial de Kourou, en la Guayana francesa, a 5.850 kilómetros de la costa española de Huelva, repasan una y otra vez los procedimientos de las diferentes operaciones que tienen que seguir de cara al despegue inaugural programado para el día 9 de julio del esperado nuevo lanzador europeo Ariane 6.
En conversación por video conferencia con la responsable de estrategia de transporte espacial y vuelos institucionales de la Agencia Espacial Europea (ESA), la española Lucía Linares, desde París, ratifica que, a una docena de días para el despegue, “todos los datos que nos llegan confirman que todo va bien. Puedo decir es que estamos listos y esperamos el despegue con mucho entusiasmo y también con muchos nervios”.
Natural de Valencia, Lucía Linares asegura que en la ESA “todos somos conscientes y prudentes, porque sabemos lo que puede ocurrir en el primer vuelo de un nuevo lanzador espacial”. En la Agencia “conocemos que nos enfrentamos a muchos riesgos, pero, por ahora, todas las luces son verdes”.
La ventana de lanzamiento del 9 de julio se abre a las 20:00 hora peninsular española y se prolonga hasta las 23:00. En el caso de que la lluvia, fuertes vientos o cualquier otra razón meteorológica impidan el despegue, o bien se detecte alguna anomalía técnica, el director de vuelo dará orden de abortar el lanzamiento ¿Hasta cuándo? “Se volvería a intentar pasadas 24 o 48 horas”, concreta Linares.
El que sea uno o dos días más tarde está en función de si los depósitos de hidrógeno y oxígeno líquido que alimentan los motores “no están llenos o, por el contrario, si lo están”, explica Linares.
En el último caso, por razones de seguridad, ambos depósitos deben vaciarse y volver a rellenarse momentos antes de la nueva fecha y hora de despegue. Son tareas que deben cumplirse con exquisita meticulosidad, dada la alta inflamabilidad de ambos elementos.
Despegue en julio… o a partir de septiembre
La responsabilidad de la primera misión es de la ESA y la española es rotunda al afirmar que “nuestro objetivo es lanzar en el mes de julio”. Los equipos en la Guayana francesa “llevan trabajando noche y día durante muchísimo tiempo y desde el 9 de julio hasta finales de mes hay muchos días, así que, se tiene que hacer en julio”. En caso contrario, “tendríamos que pasar a septiembre… y ese ya es otro escenario”.
El nuevo lanzador Ariane 6 desechable y no recuperable es fruto de la colaboración de 13 países, entre ellos España, y de la aportación tecnológica de más de 600 empresas europeas, como Airbus Space Systems de Getafe y Airbus CRISA de Tres Cantos, ambas cerca de Madrid. Ha sido concebido y desarrollado bajo “criterios de modularidad y versatilidad ‒recalca Linares‒ para ser el nuevo vector que garantice el acceso de Europa al espacio”.
Con 30 contratos de lanzamiento en cartera, Ariane 6 incorpora muchas innovaciones. Una de las principales está relacionada con el descenso de la demanda de transporte de satélites para posicionarlos en órbita geoestacionaria. En cambio, están en auge las constelaciones en órbitas bajas y medias, mercado para el que ha sido desarrollado el nuevo lanzador europeo y sus estructuras en la etapa superior.
Y aquí surge el motor Vinci reencendible hasta cuatro veces, aunque “en el vuelo inaugural sólo está previsto que lo haga en tres ocasiones”, matiza el también español Matías Fernández Valbuena. Su complemento es la unidad de potencia auxiliar (APU), que proporciona un pequeño empuje adicional que ayuda a que los satélites se posicionen en el espacio.
Ingeniero aeronáutico leonés, Matías Fernández es el responsable de las estructuras que conforman el Ariane 6. Aclara que “todos los ensayos en suelo ya se han llevado a cabo”. Pero en el campo espacial hay un momento en que “hay que probar los sistemas en la realidad del vuelo, que es donde se validan los modelos de cómo funciona el lanzador, y en eso estamos”.
Luz verde tras el ensayo general “húmedo”
El primer lanzamiento al espacio de Ariane 6 tiene la consideración de misión de calificación. Centenares de sensores a bordo y en tierra van a proporcionar muchos cientos de miles de datos que van a informar con precisión y en tiempo real que está pasando en la trayectoria que describa el cohete y en sus entrañas. Pero, “aunque no embarca el típico satélite no está vacío de cargas”, indica la responsable de vuelos institucionales.
El Ariane 6 lleva diferentes pequeños satélites tipo CubeSat “del tamaño de pequeñas cajas de zapatos”, uno de ellos de la Universidad Politécnica de Cataluña. También acoge un dispensador de pequeños satélites ‒bautizado RAMI‒ obra de la compañía gallega UARX Space, localizada en Nigrán (Pontevedra), diversos experimentos y dos plataformas de reentrada guiadas por aletas para someter a evaluación.
Matías Fernández puntualiza que los satélites “se posicionarán en una órbita circular baja alrededor de la Tierra a unos 580 kilómetros de altitud”, semejante a los puntos donde se emplazan los satélites de navegación europeos Galileo propiedad de la Unión Europea.
“Un momento clave, un hito muy importante” en la campaña de lanzamiento del Ariane 6 tuvo lugar el 20 de junio, recalca Linares. Ese día, sobre el Ariane 6 posicionado en la rampa de despegue se efectuó el llamado “el ensayo general húmedo”. Consistió en llenar los depósitos de hidrógeno y oxígeno líquidos de los motores criogénicos de propulsión del lanzador, iniciar la cuenta atrás y observar y medir como se desenvuelven los parámetros en tierra antes del despegue.
La ESA perdió su independencia de transporte al espacio al caer en una especie de tormenta perfecta. La invasión de Ucrania en febrero de 2022 rompió la cooperación con la agencia espacial de Rusia, Roscosmos, que canceló los lanzamientos de cohetes rusos Soyuz desde la Guayana.
La segunda misión del pequeño cohete Vega-C en diciembre de 2022 tuvo deficiencias técnicas, que han obligado a dejarlo en el suelo hasta subsanar sus problemas. El último vuelo del Ariane 5 tras más de 25 años de servicio se produjo a principios de julio de 2023. Desde entonces, ni un solo disparo desde la Guayana francesa. Pero todo debe cambiar a partir del 9 de julio.