Abdelmadjid Tebboune visita China para hablar de su asociación económica con Pekín y relanzar las solicitudes de adhesión a los BRICS

El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, viajó a Pekín para una visita de Estado de cinco días. Acompañado por una amplia delegación compuesta por ministros, altos funcionarios y empresarios miembros del Consejo de Renovación Económica de Argelia, el objetivo de la visita es tratar asuntos internacionales, las inversiones chinas y la pertenencia de Argelia a la alianza BRICS. 

Según Al-Arab News, la visita se anunció pocos días antes de su partida, en un breve comunicado en el que se afirmaba que “el presidente Abdelmadjid Tebboune realiza una visita de Estado a la República Popular China, por invitación del presidente de la República Popular China, Xi Jinping, y ello en el marco del fortalecimiento de las sólidas y arraigadas relaciones y del refuerzo de la cooperación económica entre los dos países amigos de Argelia y China”. 

Según la agencia de noticias Agence Ecofin, Argel mantiene una sólida relación económica con Pekín, superando a Francia como primer proveedor del país norteafricano, rico en recursos naturales. Los intercambios comerciales entre ambos países rondaron los 7,3 millones de dólares en 2021, según las estadísticas publicadas por las aduanas argelinas. 

La última visita a China de un presidente argelino fue en 2006, durante el mandato de Abdelaziz Bouteflika. Desde 2014, Argelia está vinculada a China por un acuerdo de asociación estratégica global. Además, en 2022 se firmó un plan de cooperación que se extiende hasta 2026 y abarca varios sectores, como la agricultura, la energía, la sanidad, la ciencia y la industria espacial. 

Según Al-Arab, este plan refleja la ambición de Argelia de desarrollar sus infraestructuras, mientras que China las aprovecha para encontrar nuevas salidas al flujo de sus mercancías y acceder a los recursos minerales y energéticos en el marco del proyecto “One Belt, One Road”. En los últimos meses, empresas chinas se han adjudicado varios proyectos, entre ellos una mina de hierro en Tinduf, en el suroeste de Argelia, y el desarrollo de la mina de zinc de Béjaïa, en el norte. 

El proyecto de finalización del puerto de Hamdaniya, cerca de la capital, es un elemento clave de la asociación entre China y Argelia. Compuesto por 23 muelles y capaz de manipular anualmente 6,5 millones de contenedores y 25,7 millones de toneladas de mercancías, este proyecto será financiado por ambos países, a condición de que sea explotado por la empresa China Shanghai Ports Company. El puerto de Hamdaniya es una baza clave en la estrategia china de penetración en los mercados africanos, ya que está vinculado a la Ruta de la Unidad Africana. 

La visita de Tebboune a Pekín pretende, por tanto, acelerar la puesta en marcha de estos proyectos. Es probable que se firmen nuevos acuerdos, sobre todo en el sector minero, ya que Argelia posee varios minerales como el oro y el uranio, por no hablar de los metales raros, muy codiciados a escala mundial. También se anunció durante la visita un debate sobre la creación de un consejo empresarial conjunto argelino-chino, “para permitir a los empresarios de ambos países debatir la puesta en marcha de proyectos de asociación fructíferos y rentables para ambas partes”, según la propuesta argelina. También se espera que los presidentes chino y argelino discutan la cuestión del predominio del dólar en las transacciones comerciales internacionales. 

Esta visita se produce aproximadamente un mes después de la visita de Tebboune a Moscú, que muestra una clara tendencia argelina a dar un mayor impulso a las relaciones con Oriente, donde las oportunidades de asociación e inversión son mayores, lo que suscita dudas entre sus socios tradicionales de Europa y Estados Unidos. Durante la visita, el presidente argelino mantuvo conversaciones con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y firmaron una “declaración sobre una asociación estratégica más profunda” con vistas a reforzar las relaciones económicas, en particular en los sectores de los hidrocarburos y militar. 

Argelia cuenta con esta visita como última oportunidad para aceptar su solicitud de adhesión al grupo BRICS, dado el peso de China en el seno de la alianza. Argelia hizo oficial su solicitud en noviembre de 2022, en un contexto internacional marcado por la guerra de Ucrania y el deseo de China y Rusia de crear un contrapeso a lo que consideran la “hegemonía occidental”. A finales de 2022, el exministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, declaró que Pekín “acoge con satisfacción” el interés de Argelia por unirse al grupo BRICS. 

Según Observalgérie, algunos sitios internet especulan con la posibilidad de que la solicitud argelina sea rechazada. De hecho, fuentes oficiales aún no se han pronunciado sobre la cuestión, ya que la solicitud de Argelia todavía no ha sido examinada. Altos funcionarios de los BRICS han declarado recientemente que los países BRICS aún no se han puesto de acuerdo sobre los criterios de adhesión. Se espera que las respuestas a las solicitudes de adhesión se debatan en la cumbre de los BRICS prevista para agosto en Sudáfrica.  

Si se acepta la solicitud de Argelia, el país sólo tendrá estatus de “país observador”. En un podcast emitido por el canal de noticias qatarí Al-Jazeera el pasado mes de abril, el presidente Abdelmadjid Tebboune declaró que Argelia “será incluida inicialmente como país observador. A medida que mejoren los indicadores, nos convertiremos en miembro de pleno derecho de los BRICS”. También señaló que la banca y la inversión en los BRICS permitirán a Argel reforzar su posición tanto económica como política como miembro del Movimiento de Países No Alineados. 

Sin embargo, la agencia de noticias turca Anadolu Agency informa de que la medida sigue provocando un vivo debate entre los expertos argelinos. Algunos, como Abdelghani Ben Amara, economista y profesor de la Universidad de Batna, creen que Argelia está animado por un objetivo político y geoestratégico. Su estatus de potencia africana y mediterránea, situada en un punto crucial entre Asia y Sudamérica, podría reforzar la posición del Estado argelino en la escena mundial. Para otros, Argelia tiene poco que ganar con su adhesión, ya que sus balanzas comerciales con los cinco miembros son negativas. Además, el transporte marítimo de mercancías entre Pekín y Argel podría penalizar la economía nacional por el coste del transporte. 

En resumen, el principal interés para Argelia es el prestigio diplomático y político que podría ganar si se adhiriera a los BRICS. Al apostar también por la asociación económica y las inversiones chinas, Argel pretende dar un nuevo impulso a su economía nacional.