Acercamiento estratégico entre Marruecos y Níger
Después de que Níger anunciase su participación en la iniciativa del rey de Marruecos, Mohamed VI, para conectar el Sahel con el océano Atlántico, el primer ministro nigerino, Ali Mehmane Lamine Zine, viaja a Rabat con una delegación de alto nivel con el fin de establecer una asociación estratégica con el Reino, un acercamiento que genera recelo en Argelia.
Según anunció el Gobierno de Niamey, el primer ministro, que ocupa también el cargo de ministro de Economía y Finanzas, encabeza una delegación que incluye al ministro de Estado encargado de la Defensa Nacional, Salifu Modi, y al ministro de Asuntos Exteriores, Bakary Yaw Sangari, lo que confirma la importancia de la visita a nivel diplomático, económico y militar.
Esta es, además, la primera visita de miembros del Gobierno nigerino a Marruecos desde que su ministro de Asuntos Exteriores anunció en Marrakech el pasado mes de diciembre que Niamey se había sumado a la iniciativa internacional lanzada por el rey Mohamed VI para mejorar el acceso de los países del Sahel al océano Atlántico.
Mohamed Al-Tayyar, investigador marroquí en seguridad y estudios estratégicos, considera que la visita del primer ministro de Níger demuestra el papel excepcional que desempeña Marruecos en la construcción de la estabilidad y la seguridad en la región del Sahel, así como la posición de Rabat sobre los acontecimientos en Níger, “una postura racional basada en una lectura sobria y con visión de futuro, debido a la realidad de los acontecimientos políticos y de seguridad que tienen lugar en la región”.
Al-Tayyar también explica a Al-Arab que “la posición del Reino era diferente de la posición de Francia, Argelia y la mayor parte de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), posiciones que no podían adaptarse a los cambios que estaban teniendo lugar, mientras que Marruecos demostró que es un socio digno de confianza y sus decisiones están bien establecidas y se caracterizan por el carácter de continuidad, estabilidad y credibilidad”.
Como respuesta, Niamey inició un acercamiento hacia Rabat, sumándose a la iniciativa impulsada por Mohamed VI para permitir a Níger, junto con el resto de países sahelianos, acceder al Atlántico, ya que es una punto primordial a nivel económico y político.
Argelia, por su parte, teme que Rabat consiga cercar su territorio mediante esta Iniciativa Atlántica que ha recibido una gran acogida por parte de Burkina Faso, Malí, Níger y Chad.
En este sentido, cabe mencionar que la diplomacia argelina no ha logrado ganarse la confianza de los nuevos dirigentes de Níger, a diferencia de Marruecos. Asimismo, Argel también atraviesa una crisis diplomática con Mali, otro país de la región.
Con el fin de mejorar los lazos, el ministro de Energía argelino, Mohamed Arkab, confirmó a la revista Al-Jaish que Argelia invertirá 442 millones de dólares en proyectos energéticos en países vecinos, incluidos Libia, Níger y Mali.
El ministro agregó que las inversiones cubrirán el período comprendido entre los años 2024 y 2028, con el objetivo de incrementar la producción de petróleo y gas del país.
No obstante, tal y como apunta Al-Arab, la promesa argelina llegó demasiado tarde, y ni Mali ni Níger pueden cambiar su relación económica con Marruecos solo” por una promesa de la que no hay garantía de su implementación”
Marruecos y Níger mantienen relaciones sólidas basadas en la solidaridad y el apoyo mutuo. Igualmente, Niamey nunca ha reconocido a la República Árabe Saharaui Democrática ni ha apoyado al Frente Polisario. Por el contrario, fue uno de los primeros países en respaldar el regreso de Marruecos a la Unión Africana.
Por su parte, Marruecos, al contrario de lo que hizo Argelia presionando a Niamey, se mantuvo neutral ante los problemas internos de Níger, destacando que “confía en la sabiduría del pueblo y de las fuerzas activas en Níger para preservar los logros y mantener su importante papel regional constructivo”.
De acuerdo con Al-Tayyar “la apertura de Níger a una asociación con Marruecos será tratada por Argelia como una amenaza a sus intereses”. Asimismo, “se profundizará la crisis política y diplomática de Argelia con Níger y otros países sahelianos, aunque en distintos grados”, concluye.