Argelia busca reanimar su bloque con Túnez y Libia ante el avance de una alianza anti argelina en el Sahel

El Presidente Kais Saied (C) organizando una minicumbre del Magreb junto al Presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune (I) y el Presidente del Consejo Presidencial Libio con sede en Trípoli, Mohamed al-Menfi, en Túnez el 22 de abril de 2024 - PHOTO/ SERVICIO DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA DE TÚNEZ

Además de los desafíos diplomáticos y de seguridad, Argelia enfrenta también una gran presión migratoria en la frontera sur del país

Ante una situación extrema, el Gobierno de Argelia está tratando de reactivar las alianzas con sus países vecinos: Túnez y Libia. La escalada de tensión entre los países de la región del Sahel y el Ejecutivo de Abdelmadjid Tebboune, amenaza con un aislamiento diplomático que Argelia quiere evitar a toda costa mediante el fortalecimiento de su influencia.

El surgimiento de la Alianza del Sahel, respaldado por potencias como Rusia y Turquía, ha adoptado una postura crítica con Argelia. Con una presión migratoria que ha ido en aumento en los últimos meses, y la ruptura de relaciones tras la retirada de los embajadores de los países de la Alianza del Sahel de Argel, Argelia también decretó el cierre del espacio aéreo denunciando violaciones en el mismo por parte de Malí. 

Los jefes de estado de Mali Assimi Goita, el general nigerino Abdourahamane Tiani y el capitán de Burkina Faso Ibrahim Traore posan para fotografías durante la primera cumbre ordinaria de jefes de estado y de gobierno de la Alianza de Estados del Sahel (AES) en Niamey , Níger, 6 de julio de 2024 - REUTERS/ MAHADOU HAMIDOU

Ante este escenario, Argelia ha considerado una posible alianza con Túnez y Libia una plataforma necesaria para mantener su posición estratégica en la región. Sin embargo, esta nueva alianza no cuenta con una estructura sólida pese a las necesidades que el Ejecutivo argelino muestra. 

Esto se debe principalmente a la poca voluntad, tanto de Túnez como de Libia, de comprometerse con las aspiraciones argelinas, puesto que, según analistas, los tres países no comparten grandes objetivos comunes que hagan a los Gobiernos de Túnez y Libia plantearse una posible alianza. El primer síntoma es la falta de decisión sobre las fechas para una cumbre que delimite las pretensiones argelinas sobre la creación de este posible bloque tripartito. 

Frontera entre Túnez y la República de Argelia - PHOTO/ MINISTERIO DEL INTERIOR DE TÚNEZ

En el caso de Túnez, las discusiones que mantiene con Argelia en materia migratoria serían el principal escollo que Tebboune debería solucionar para que los tunecinos se sienten a negociar. En cambio, Libia se encuentra en una encrucijada política frágil, por lo que no existe la posibilidad de un compromiso fuerte con ambas naciones. 

A todo esto, hay que añadir los errores diplomáticos que ha cometido Argelia como las supuestas relaciones con los movimientos separatistas del Sahel y las injerencias en asuntos internos de otros países. Como consecuencia, la posición argelina y el rol neutral y mediador que intenta exportar al exterior carece de argumentos. 

Pero los problemas de Argelia no solo se basan en lo diplomático. En cuanto a la seguridad e inmigración, en los últimos años está sufriendo una fortísima presión migratoria por parte de los países de la Alianza del Sahel. En un intento por recuperar el control, el Gobierno argelino ha planteado la posibilidad de realizar deportaciones masivas. 

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune (izqda.) saluda al ministro de Asuntos Exteriores tunecino, Mohamed Ali Al-Nafti, durante la visita de éste a Argelia – PHOTO/@MohamedAliNafti

Pero a pesar de ello, Argelia insiste en que esta nueva agrupación no trata de sustituir a la Unión del Magreb, sino que se trataría de una alianza alternativa que busque soluciones viables ante los problemas actuales ante la parálisis de las instituciones regionales tradicionales. 

Aunque para ello, Argel necesitaría mantener una mínima coordinación política que pueda servir para gestionar y contrarrestar a la Alianza del Sahel y la amenaza que esta supone para los intereses de Tebboune.