Argelia insta a renovar los servicios de inteligencia exterior ante su pérdida de eficacia
El Gobierno argelino busca reestructurar sus agencias de inteligencia exterior ante las señales de debilitamiento operativo y preocupación por la seguridad nacional
Crece la tensión en las agencias de inteligencia argelina con respecto al impacto y liderazgo perdido en las cuestiones más significativas en materia de seguridad exterior.
Las primeras hipótesis planteadas por funcionarios argelinos destacan la necesidad de una reforma de las políticas de seguridad con respecto a las relaciones con los países del Sahel, con el foco principal en Malí, y Francia tras las correspondientes crisis diplomáticas.
Desde hace unos días, la necesidad de un cambio de aires dentro de los servicios de Inteligencia era un secreto a voces. Los continuos fracasos del jefe de la Seguridad de Interior, el general Abdelkader Haddad, también conocido como Nasser el-Jen, han resultado en su destitución y nombramiento del general Abdelkader Ait Ourabi, conocido como Hassan, como nuevo jefe de Interior. Un lavado de cara de los servicios de Inteligencia ha sido calificado por funcionarios argelinos como “sorprendente y notable”.
Y no es para menos, puesto que Hassan cuenta con un gran bagaje dentro de los servicios de Inteligencia argelinos, ya que es considerado uno de los “grandes hombres” durante la Guerra Civil argelina entre 1990 y el 2000; y uno de los pocos “expertos en seguridad del aparato, que domina la estructura de los grupos armados de la región”.
Pero, para que el nombramiento de Hassan como jefe de Interior pudiera darse, son varias las destituciones que se han llevado a cabo; entre ellas la del general Yahya Ali Oulhaj, uno de los hombres más importantes del Ministerio de Defensa argelino desde la llegada de Abdelmadjid Tebboune a la Presidencia en 2019; y cuyo sustituto es el general Sid Ahmed Broumana, hombre de confianza del jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Said Chengriha.
En esta línea, el Gobierno argelino también habría anunciado la incorporación del académico Zouhais Bouamama, como asesor dentro de los servicios de Inteligencia. Un proceso que se ha llevado con celeridad, pero que se prevé conlleve grandes cambios en el funcionamiento interno de la institución, especialmente, en cuanto al mantenimiento de la estrategia actual o el desarrollo de una totalmente nueva.
Sin embargo, fuentes gubernamentales aseguran que el regreso del general Abdelkader Ait Ourabi al frente es un claro indicio del ajuste necesario de los servicios de inteligencia argelinos para solventar las actuales crisis con el Sahel y Francia.
Esta serie de decisiones, según apuntan observadores internacionales, pueden ser un llamado a volver a la vieja guardia con la que contaba el expresidente difunto de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, y un retorno al “antiguo legado de seguridad”. Mismo presidente que, en el año 2015 decidió suspender la actividad del servicio de inteligencia, una decisión que llevó a Hassan y a todo el equipo a ser detenidos y puestos en disposición judicial en ese mismo año acusados de delitos de desobediencia.
Para estos observadores, el deterioro de la presencia de los servicios de Inteligencia y su operabilidad no han sido causa de las sustituciones, ni viceversa, si no que ambas causas se autoalimentan en lo que ha derivado en una pérdida de control sobre la situación de seguridad, social e incluso política en toda la región; generando una desconexión de las instituciones oficiales con la información y acciones de los servicios de Inteligencia.
Es probable que la inesperada destitución del general Abdelkader Haddad (Nasser El-Jen) del cargo de jefe de la Seguridad Interior, tras solo un año en el puesto, esté relacionada con varias irregularidades que la agencia ha observado en su manejo de diversos casos, tanto en el ámbito político como en el de derechos humanos; además de considerar que decisiones como la detención del autor franco-argelino, Boualem Sansal a mediados de noviembre han contribuido a complicar y aumentar la tensión entre Argel y París.
La ideología del general, crítica con la postura de Francia hacia Argelia, parece haber influido en la actuación del sistema durante su gestión; motivo por los cuales se detuvo al autor sin considerarse las posibles repercusiones políticas, ya que era una figura muy buscada en París, para la normalización y restauración de relaciones bilaterales estables.
Pese a los cambios, la sociedad argelina mantiene el cuestionamiento de unos cambios tan repentinos en la jerarquía de instituciones tan valoradas con los servicios de Inteligencia.