Argelia ocupó el puesto 139 del mundo en cuanto a libertad de prensa en 2024
- Falta de libertad de expresión
- Un Decreto para controlar el periodismo digital
- Los medios oficiales, fuente de desinformación
El ministro de Comunicación de Argelia, Mohamed Meziane, advirtió, durante una conferencia llamada “La política mediática del Ministerio para afrontar los desafíos que afectan al frente interno”, del peligro de confiar en fuentes no oficiales y sospechosas para obtener información, destacando la importancia de garantizar la precisión en este ámbito, en una medida que muestra la tendencia de la autoridad a restringir la información a partes específicas.
Las noticias e información que circulan por las redes sociales son una evidente preocupación para el régimen argelino, ya que destacan el descontento popular y las críticas generalizadas al propio régimen del país. Por ejemplo, una campaña reciente en redes llamada “Manish_Radi” expresa el descontento popular y ha alcanzado una amplia difusión.
Asimismo, el último número de la revista Army, destacó las advertencias mencionadas por Meziane sobre el peligro de confiar en fuentes no oficiales y sospechosas. Además, el ministro destacó la importancia de lograr la precisión en este campo, ya que es un valor fundamental en el tratamiento de la información y se refirió al ciberespacio como un campo abierto a la influencia negativa sobre la cohesión social.
Para frenar la difusión de información falsa, Meziane menciona que el Ministerio de Comunicación ha adoptado una política integrada destinada a fortalecer el sistema de medios de comunicación. De esta manera, se producirán contenidos mediáticos que posicionen a Argelia como un país victorioso y fuerte, además de defender los valores nacionales.
Esta política integrada también incluye continuar con la localización de sitios web, así como modernizar y asegurar la infraestructura del sector de las comunicaciones.
La Cámara de Representantes de Argelia, en abril de 2021, aprobó la introducción de enmiendas al Código Penal, en donde se incluyen artículos que penalizan la publicación y difusión de noticias falsas. En uno de ellos se estipula lo siguiente: “Quien intencionalmente publique o promueva noticias falsas por cualquier medio que atente contra la seguridad y el orden público será sancionado con prisión de uno a tres años”.
Falta de libertad de expresión
En Argelia, la difusión de información se enfrenta a desafíos que afectan a la libertad de expresión y prensa del país. Por ejemplo, según Reporteros sin Fronteras, temas como la corrupción y la represión en las manifestaciones son considerados sensibles, por lo que el tratamiento de éstos puede comprometer a los periodistas con temas legales.
Además, los periodistas que informan sobre temas como el Hirak, movimiento popular de protesta en Argelia que comenzó en 2019 y que lucha por reformas democráticas y renovación del sistema político del país, han sido detenidos y se enfrentan a cargos graves como acusaciones de terrorismo.
En temas legales, en 2023 entró en vigor una Ley de Información que no permite, por ejemplo, que ciudadanos con doble nacionalidad sean propietarios de un medio. Esta ley también obliga a todos los medios a justificar el capital social y el origen de los fondos invertidos, prohibiendo cualquier tipo de financiación extranjera.
También la detención de personas como Khaled Drareni, que luchan por la libertad de prensa, ejemplifica la represión contra periodistas independientes. De la misma manera, se puede mencionar al escritor Boulamen Sansal, ya que es un ejemplo de la poca libertad de expresión que existe en el país. El escritor fue detenido en el aeropuerto por autoridades argelinas, ya que se le acusaba de ataque a la seguridad del Estado. Incluso el propio presidente argelino expresó que era un impostor enviado por Francia.
Otro punto importante es que con la crisis económica se han cerrado varios medios, pero, sobre todo, los que son independientes y no cuentan con apoyo del Gobierno argelino. Cabe destacar que Reporteros sin Fronteras declaró que Argelia, según la Clasificación de Libertad de Prensa de 2024, ocupó el puesto 139 de 180, lo que demuestra el entorno restrictivo para los medios de comunicación del país.
Un Decreto para controlar el periodismo digital
Desde 2012, el periodismo digital tiene un marco legal, aunque las medidas y condiciones para esta práctica no se determinaron hasta 2020 con el Decreto 20-332 en el que se especifican los métodos de realización de la difusión de información a través de internet. Este Decreto se publicó tras las declaraciones del Gobierno en las que se mencionaba que existían campañas tendenciosas de noticias falsas.
En ese momento, los activistas de las redes sociales afirmaron que hablar de temas de corrupción entre algunos funcionarios despertaba descontento con las autoridades, ya que se mencionan personas cercanas al Ejército.
El Gobierno argelino intentó que sus leales tomaran “el mando” en el periodismo digital de manera que lo colocaran de su lado y promovieran una narrativa que conviniera a la autoridad, como lo hacen varios sitios web especializados en propaganda para el régimen en donde se publica cualquier información conveniente.
Esta estrategia del Gobierno serviría para confrontar lo que informan las noticias independientes, especialmente las extranjeras, bajo el argumento de que se trata de información fabricada y fuentes de noticias falsas debido a que vienen de otros países.
Los medios oficiales, fuente de desinformación
Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, siempre pide a los medios de comunicación del país que apoyen los esfuerzos del Estado para responder a la guerra que enfrenta Argelia y hace énfasis en crear herramientas para controlar los planes de estudios y conocimientos para afrontar las guerras de cuarta generación.
Un periodista argelino, que prefirió mantener su anonimato, declaró que la ironía en su país es que las autoridades están haciendo grandes esfuerzos para combatir las noticias falsas, mientras que los medios oficiales, incluida la agencia oficial de noticias, han sido estigmatizados como fuentes de desinformación y rumores. Además, añadió que los medios de comunicación oficiales argelinos toman informaciones engañosas e incorrectas con el pretexto de hacer frente al discurso hostil y a la conspiración contra el país.
El Gobierno argelino se basa en teorías conspiranoicas para presentar a los medios de oposición como parte de un plan respaldado por el extranjero para desestabilizar el país. Además, clasifica a los defensores y activistas de derechos humanos como “agentes” de Estados hostiles.
Tebboune ha utilizado este método en varias ocasiones y afirma que la interferencia extranjera está detrás de las protestas y la oposición. Un ejemplo de esto es cuando el presidente argelino acusó a Marruecos e Israel de incitar al malestar y, por esta razón, los medios controlados por el Estado apoyaron la idea de que los activistas, dentro o fuera del país, son marionetas de fuerzas externas.
Esto se trata de una narrativa falsa y los procesos judiciales a los que los activistas son sometidos se basan en ella. Además, las autoridades argelinas no solo atacan directamente a los activistas, sino que también acosan e intimidan a las familias de estos. De esta manera, logran la estrategia de silenciar a la oposición.
En un comunicado dirigido al Gobierno argelino por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se expresó la compresión de los desafíos de seguridad que enfrenta el país, aunque advirtió de los peligros de restringir la libertad de expresión a través de la Ley 20-06 del 22 de abril de 2020. Esta ley castiga el desprecio y los insultos a funcionarios en las instituciones estatales y también castiga por difundir noticias falsas.