La crisis entre Argelia y Francia se intensifica con detenciones y represalias mutuas
Las autoridades francesas han detenido a varios influencers argelinos residentes en su territorio, acusándolos de terrorismo, incitación a la violencia y al odio. Esta acción agrava la ya tensa relación diplomática entre Argelia y Francia, desatando una serie de detenciones y represalias mutuas.
Los arrestos se producen tras las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, quien el domingo expresó las “dudas" de su país sobre la disposición de Argelia para reactivar las relaciones bilaterales. Barrot también manifestó su preocupación por el caso del escritor franco-argelino Boualem Sansal, quien lleva semanas detenido en Argelia.
Hasta el momento, las autoridades francesas han detenido a tres influencers: Youssef Zazou, Nouman Boualem e Imad Obi, conocido como 'Imad Tintin'. Activos en redes sociales, cuentan con un gran número de seguidores y son notorios por sus discursos de incitación contra figuras de la oposición y activistas políticos que se oponen a las autoridades francesas.
Según informaciones locales recogidas por Al-Arab, la lista solicitada por las autoridades francesas incluye a una treintena de influencers que utilizan sus plataformas digitales para “promover el discurso de la autoridad argelina”.
Parece que la creciente tensión entre Argelia y Francia ha dado lugar a un documento que detalla una serie de detenciones y represalias mutuas. Tras la captura del exdirector de seguridad, el general de división Farid Ben Sheikh, acusado de “colaboración y espionaje con potencias extranjeras”, en referencia a Francia, y la detención del escritor Boualem Sansal, además de una fuerte campaña contra el escritor Kamal Daoud, Francia parece intentar debilitar el poder de la autoridad argelina en su territorio, buscando frenar su influencia social y política.
Los analistas políticos no descartan que la medida francesa sea un intento de presionar a Argelia, ya que las posibilidades de liberación de Boualem Sansal se han reducido, especialmente después de las declaraciones del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune en su conocido 'Discurso a la Nación', donde calificó al escritor de “ladrón”.
Barrot declaró a la radio RTL el domingo que las posiciones de Argel “han generado dudas sobre la disposición de los argelinos” a comprometerse con la hoja de ruta para mejorar las relaciones bilaterales. El ministro francés de Asuntos Exteriores añadió que “el cumplimiento de la hoja de ruta requiere la voluntad de ambas partes”, y calificó de “inválidos" los motivos que llevaron a las autoridades argelinas a detener a Boualem Sansal.
Estos activistas, recientemente atacados por las autoridades francesas, han jugado un papel clave como brazos sociales y políticos de las autoridades argelinas. Han sido dirigidos y utilizados por los servicios de seguridad y diplomáticos para acosar y desacreditar a los símbolos del movimiento de oposición popular. A pesar de las denuncias en su contra, han logrado mantenerse al margen de la vigilancia francesa en los últimos años, gracias a la armonía política que existía en ese período entre Argel y París.
El opositor argelino Chawki Ben Zahra, quien se refugió en Francia tras participar en el movimiento prodemocracia de 2019, afirmó que Youssef Zazou e Imad Tintin se habían unido a “la guerra emprendida por el régimen argelino en Francia”.
Ben Zahra acusó a las autoridades argelinas de movilizar a un “gran número” de influencers que incitan a la “violencia", y señaló que el viernes presentó una denuncia en la ciudad de Lyon por las amenazas recibidas de Imad Tintin.
En su última grabación, el influencer Youssef Zazou incitó a los funcionarios del Estado, en particular al presidente Tebboune y al ministro delegado de Defensa Nacional, general Saeed Chengriha, a disparar contra quienes exigían volver a las calles a principios de este año. Además, les aseguró que sus seguidores en Francia estarían dispuestos a perseguir a cualquiera que se atreviera a manifestarse o protestar contra ellos.
Argelia intentó movilizar a un grupo de inmigrantes en varias capitales europeas, así como en Canadá y Estados Unidos, para llevar a cabo campañas de desprestigio, amenazas e incluso ataques físicos contra activistas políticos de la oposición, especialmente en Francia, Bélgica, España y Canadá, a cambio de incentivos materiales y morales.
El ministro del Interior francés, Bruno Rotayo, anunció la detención de influencers argelinos acusados de incitación al terrorismo y promoción de discursos de odio, pero no explicó las razones detrás del retraso de su gobierno en perseguir a estas personas en los últimos años ni su incomprensible política de tolerancia, a pesar de las denuncias presentadas en su contra por las víctimas.
Fuentes en Francia informaron que el activista Youssef Zazou fue el primero en ser arrestado por la seguridad francesa en la ciudad de Brest, al norte del país. La detención se produjo tras la publicación de una grabación en su cuenta de TikTok, seguida por 400.000 personas, en la que incitaba a la violencia y al terrorismo, y amenazaba a activistas políticos de la oposición al régimen.
En el mismo discurso, Imad Obi apareció en una grabación en la que llamaba a la violencia y al asesinato, mencionando por su nombre al activista político Mohamed Tadjadit, quien ha sido encarcelado varias veces en Argelia. Esto llevó a la seguridad francesa a arrestarlo en la ciudad de Grenoble. Eric Vaillant confirmó que “las investigaciones continúan con el detenido debido a sus amenazas documentadas”, y agregó que las autoridades están comprometidas a responsabilizar a cualquiera que promueva el odio y la violencia.
El hashtag que apareció en las redes sociales, “Ma Ranish Radi" (No estoy satisfecho), causó alarma entre las autoridades argelinas, aunque reflejaba una posición general sobre las condiciones del país. En respuesta, las fuerzas sociales fueron instruidas para lanzar un contra-hashtag, “Rani m3a bledi” (Estoy con mi país), con el mensaje "Apoyo a mi país”, sugiriendo que detrás del primer hashtag había partidos extranjeros. Esto desató, además, una campaña organizada de influencers leales al régimen, cuyo objetivo era amenazar y usar la violencia contra los opositores.
